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lunes, 21 de mayo de 2012

Real Oviedo / Análisis de la temporada 2011-12 (o "Crónica de un Fracaso")

El ex-delantero azul Perona ajustició al Real Oviedo en Santa Cruz de Tenerife
La temporada 2011-12 es ya historia para el Real Oviedo. Pese a que hace meses, al final de la primera vuelta, hacíamos un pronóstico optimista acerca de las posibilidades de ascenso del equipo azul, los malos resultados obtenidos en las últimas jornadas han impedido la clasificación a final de curso entre los cuatro primeros puestos que dan derecho a disputar la promoción de ascenso a Segunda División. La mala planificación deportiva, la falta de concentración en partidos y momentos clave y los problemas extradeportivos que padece endémicamente el Real Oviedo desde hace una década provocaron el fracaso de la campaña oviedista. Remarcamos la palabra “fracaso” en homenaje a las manifestaciones vertidas por el entrenador José Rojo “Pacheta” que el lector podrá encontrar más abajo.

El comienzo de la Liga 2011-12 fue muy pobre en cuanto a juego y resultados. Se esperaba que los métodos que Pacheta había llevado a cabo para remontar la delicada situación de la temporada anterior hicieran que el equipo se disparara en la clasificación desde el inicio pero en el primer partido en el Nuevo Butarque de Leganés se pudieron ver los puntos débiles del equipo. Especialmente la falta de concentración en tareas defensivas que juzgo personalmente como la causa última del “no-ascenso”. Víctor, ex internacional y ex jugador entre otros de Real Valladolid y Villarreal, se aprovechó de la empanada mental defensiva azul y disfrutó de uno de sus últimos días de gloria como jugador en activo (avanzada la temporada se retiró para ocupar el puesto de entrenador del conjunto madrileño)

Armando Barbón: Presente (DAWLAD)
La situación se prolongó con dos derrotas consecutivas en casa (Toledo y Lugo, especialmente sangrante la primera) y el consiguiente merodeo por las posiciones de descenso a Tercera División. Llegó una pequeña reacción ganando en el Cerro del Espino al Atlético de Madrid B (2-3) pero fue la siguiente derrota en Alcalá de Henares y la vergonzosa imagen ofrecida la que espoleó al grupo y encadenar una serie de buenos resultados y de mejoría progresiva de juego que colocó al Real Oviedo en zona de promoción de ascenso en apenas dos meses. El equipo parecía otro, mucho más asentado, concentrado, con los jugadores metidos totalmente en el encuentro... El culmen de esta reacción fue la brillante victoria en el Alfredo Di Stefano de Valdebebas (o “Florentinópolis”) ante el Castilla por 1-3, donde se dio una imagen sobresaliente que esperanzó a los aficionados.

Llegó la eliminatoria de dieciseisavos de final de la Copa ante el Athletic de Bilbao y allí se mostró lo mejor y lo peor del equipo. Se compitió a gran nivel, dominando incluso durante varias fases del encuentro a los de Bielsa, pero se demostró que faltaban dos elementos clave en el equipo: un organizador y un delantero centro propiamente dichos. Hubo posibilidades de arrinconar al Athletic si se hubiera elaborado más, y se desperdiciaron ocasiones de marcar que un delantero de nivel medio no hubiera fallado. El Real Oviedo perdió los dos partidos por 0-1, dejando una buena imagen al hacer sudar la clasificación al Athletic, pero mostrando a quien quisiera verlos los dos pecados capitales del plan deportivo: Jugar sin “5” y sin “9”.

El final de la primera vuelta, aún con la penúltima derrota ante el Rayo Vallecano B dejaba al Real Oviedo en franca posición para conservar plaza de promoción de ascenso e incluso apretando a lo largo de la segunda vuelta poner en peligro el liderato del Castilla. Pero la segunda vuelta fue una catástrofe. El inicio fue prometedor (5-0 al Leganés) pero en la jornada siguiente un mal partido en Toledo se tradujo en una derrota (1-0) y en una grave lesión en la rodilla de Xavi Moré que a la larga sería clave. La derrota en casa ante el filial colchonero por 0-2 hizo saltar las alarmas de los aficionados más avezados. El equipo no sólo había perdido un partido en casa. En realidad había perdido pie en la orilla del ascenso. Mala imagen en general, sin carácter, sin reacción al gol de Luque. Sin ideas y sin soluciones en el banquillo.

Victoria "in extremis" ante el Montañeros en casa, gracias a un gol de Pelayo en el descuento
Se sucedieron las derrotas fuera de casa, dando una imagen más que lamentable. El equipo daba la impresión de estar desmadejado, los interiores atacaban solos frente a defensas pobladas, el centro del campo era inexistente y la ausencia de referencias ofensivas se pagó también muy cara. En La Roda, Gran Canaria y Cuenca faltó ambición y sobró molicie. Cierto es que el árbitro del partido ante La Roda (el extremeño Santos Caballero) ayudó al descalabro con dos rojas directas mal señaladas, pero ello no puede esgrimirse como excusa. Las cuestiones extradeportivas pudieron afectar. Especialmente la falta de cobro desde febrero, pero a la hora del partido se podría haber hecho sobre el césped mucho más de lo que se exhibió. Se contrató a Teo para suplir la baja de Xavi Moré. Teo, Abásolo y Jandrín se alternaron en la posición de interior derecho y Pacheta no dio la confianza adecuada a ninguno de los tres. Las ausencias de Abásolo en los partidos eran imperdonables, Jandrín tiene calidad y ganas pero le falta mucha experiencia y Teo se vio obligado a alternar interior y lateral sin poderse habituar a ninguna de estas posiciones.

Óscar Martínez, perseguido por las lesiones
Al quedarse tan cerca de la zona de promoción, los pequeños detalles han tenido más importancia al final de la Liga. Los medios locales destacan como causa principal del fracaso azul las muchas derrotas sufridas fuera de casa, pero aquí corresponde añadir el excesivo número de derrotas cosechadas en el Nuevo Carlos Tartière (4) para un equipo que desea ascender. La última de ellas, ante el Getafe B, fue el punto en el que se quebraron las opciones de ascenso del Real Oviedo. Un partido que se iba ganando y que por falta de concentración y posiblemente de carácter se terminó por perder en el descuento. De casi idéntica forma se perdió en la jornada siguiente en campo coruñés de Elviña Grande (junto a la casa de mis primos, por cierto) ante el Montañeros. Estas dos derrotas colocaron al conjunto azul en una delicadísima situación, obligándole a ganar los cuatro partidos restantes. Se ganó al Castilla pero se viajó a Tenerife sin la mentalidad adecuada. De ganar en Santa Cruz, en el Heliodoro Rodríguez López, el Real Oviedo hubiera tomado a tiempo el último tren de ascenso adelantando a los locales. Aquí toca reprochar a la prensa local la mentalidad con la que presentó ante la afición el encuentro. La frase tan repetida durante aquella semana de “al menos un empate” significaba quedar por detrás del Tenerife y a expensas de terceros. La victoria era el único camino... y el ex-oviedista Perona (uno de los delanteros más eficaces que ha tenido el Real Oviedo en sus últimas temporadas y cuya salida por la puerta de atrás debería de explicar la dirección técnica), remataba las escasas opciones de meterse entre los puestos que daban acceso a la promoción.

A Pacheta no le salen las cuentas.
El colmo de un equipo que parece no querer ascender pese a las facilidades que los rivales le fueron dando con sus inesperados tropiezos era conservar mínimas opciones al final de la última jornada, y así fue. El Real Oviedo debería ganar en San Sebastián de los Reyes y esperar a que el Corujo derrotase al Albacete para ocupar la cuarta plaza en detrimento de los albaceteños. Los oviedistas volvieron a hacer el ridículo perdiendo por 2-0 mientras a las afueras de Vigo los locales ganaban por 1-0 al Albacete. Tras la derrota en Santa Cruz de Tenerife, Pacheta (que se pasó toda la segunda vuelta insistiendo acertadamente en lo “duro y largo” que iba a hacerse el camino a la promoción) lamentó la ausencia en su equipo de un jugador que marcara veinte goles (cifra a la que llegó Diego Cervero, último ídolo azul, en el UD Logroñés del grupo II, y a quien Pacheta –preguntado en el transcurso de una entrevista radiofónica- rechazó contratar porque no encajaba en su planteamiento de equipo de “juego directo” –sic-)  La gran metedura de pata del bueno de Pacheta fue sostener finalmente que “al haber hecho todo lo posible, no clasificarse no es un fracaso. José Rojo debería tener en cuenta que, por su entidad histórica, cualquier temporada en la que el Real Oviedo no milite en la Primera División es automáticamente un fracaso al que poner remedio cuanto antes. Por la boca muere el pez.

Ahora es tiempo de arreglar institucionalmente la Casa Azul, sobre todo su situación patrimonial y económica. La Junta de Accionistas que habrá de celebrarse de inmediato y que no fue celebrada en las fechas pertinentes (antes del pasado 31 de diciembre) definirá el nuevo equilibrio de fuerzas. El Consejo de Administración (con sólo tres personas al frente) habrá de dar cuenta de sus ídem y tanto Ayuntamiento como APARO (Asociación de Peñas Azules del Real Oviedo) apretarán a Alberto González y sus secuaces. Veremos si con éxito o sin él. Quizás el ascenso a la Segunda División no sirviera para solucionar problemas sino más bien para enquistarlos (perpetuación de Alberto en el poder) pero la asfixia económica del club es dramática y la amenaza del descenso administrativo a Tercera División sobrevuela nuestras cabezas como lo hizo en 2003.

Evolución de puesto y puntos a lo largo de la campaña liguera recién finalizada
A continuación, un dossier estadístico sobre la temporada 2011-12 y un análisis personal acerca de cada jugador en el que con la complicidad del lector me tomo la libertad de tomar el lugar del inepto de José Manuel Martínez para decidir renovaciones y bajas a raíz del rendimiento observado en este curso, así como unas notas sobre el resto de elementos del Real Oviedo y su entorno:
Dossier ROCF 2011-12 Stats


1 Lledó: La mayoría de los goles que ha recibido son achacables a errores de su defensa. Es un portero experto y seguro, aunque en ocasiones sus salidas del área causaban peligro de infarto en la grada. Debería continuar.

3 Candela: Las lesiones sólo le han dejado disputar ocho partidos a lo largo de esta campaña. Se le debe conceder el beneficio de la duda, si bien hay que decir que en lo jugado no superó en nada a Álvaro Cuello. Podría seguir.

4 Pascual: Ignorado por Pacheta, lo más parecido existente en la actual primera plantilla a un medio centro creativo debería disputar más minutos en esa posición para probar sus cualidades. Ser canterano juega a su favor, pero tampoco tendría mucho margen. Debe seguir un año más.

5 Juanma: A largo plazo, el mayor logro de Pacheta ha sido reconvertir a este calamitoso lateral izquierdo en un central izquierdo capaz y convincente. Tiene aún graves lagunas que cuestan puntos a lo largo del año. Puede quedarse o salir, si aparece alguien mejor.

6 Pelayo: No es un jugador técnicamente bueno (a priori) ni es capaz de controlar sus entradas impetuosas. Sin embargo es un jugador muy útil en el centro del campo y como canterano su compromiso para con el club está fuera de toda duda. Sigue seguro.

7 Abásolo: Supuestamente es un gran futbolista con un elevado nivel técnico, cosa que apenas pudo demostrar en sólo dos partidos de los veintidós disputados. Cierto es que tuvo problemas extradeportivos que le impidieron rendir, pero no puede servirle de excusa. Claramente transferible.

8 Aitor Sanz: El próximo entrenador oviedista deberá replantearse a qué jugar y si realmente le es útil un jugador de catorce tarjetas por temporada. Tiene carácter y buena técnica, pero nunca será el mediocentro creativo que el Real Oviedo necesita. Para eso está Pelayo. Posiblemente fuera.

9 Rubiato: En su periplo oviedista ha demostrado de lo que es capaz, tanto para bien como para mal. Delantero de rachas (o lo enchufa todo o no ve puerta) su actitud sobre el césped e incluso su aptitud están puestas en solfa por buena parte de la masa azul. Transferible con mayúsculas.

10 Manu Busto: Sus cualidades técnicas son bien conocidas y su condición de máximo goleador de las últimas temporadas, también. Pero tiene un gran debe: por si alguien dudaba de que en los partidos importantes se arruga ya no tendrá dudas. Por vez primera me planteo su traspaso.

11 Martins: Realiza un gran trabajo de desgaste en la delantera y tiene a su favor a buena parte de la afición, pero este año no ha marcado los goles que se esperaban de él y que siempre hizo a lo largo de su carrera (Ej.: Conquense). Dudo entre mantenerlo y traspasarlo.

12 Owona: O se aprovechan sus grandes cualidades físicas en un puesto menos comprometido defensivamente (medio centro, interior...) o su nombre debería figurar en lugar destacado en la lista de traspasos a realizar. En ningún modo debe seguir siendo defensa del Real Oviedo.

13 Dani Barrio: Si asume ocupar el lugar de portero suplente, podría permanecer en la plantilla. Sus intervenciones no han sido mejores que las de Lledó pero tiene margen de mejora porque es aún muy joven. Eso sí, ser de la cantera del Sporting aporta puntos en su contra de cara a la grada.

14 César Negredo: Poco queda del central rocoso y contundente que vimos a su llegada al Nuevo Carlos Tartière. A lo largo de esta temporada ha alternado partidos serios con alarmantes signos de decadencia en sus facultades como central. ¿Veterano o gastado? Traspasable.

15 Xavi Moré: Cuando se lesionó el Real Oviedo era tercero y seguía una línea ascendente. Ya sabemos cómo ha acabado la temporada. Si hay algún inocente en la plantilla de la desastrosa segunda vuelta final es precisamente él. Liderazgo, talento y gol: Hoy por hoy, imprescindible.

16 Falcón: Víctima habitual de las lesiones, pero no hemos visto ni pizca de sus supuestas virtudes futbolísticas durante sus tres años de estancia en Oviedo. Si el hombre ha puesto todo su empeño en triunfar, la verdad es que me pone muy fácil su inclusión en la lista de transferibles.

17 Teo: Apenas unos meses en el Real Oviedo, el único refuerzo invernal debería asumir un rol secundario en el equipo, pues en su puesto están dos de los mejores del club azul: Xavi Moré y Jandrín... o cambiar de banda y ser suplente de Nano. Tiene gol pero no convence aún. Duda.

18 Jorge Rodríguez: La grave lesión padecida en 2011 le ha cortado la temporada. Le ha costado volver al once inicial y cuando lo ha hecho parecía haber olvidado ser ese defensa hábil para el corte, cumplidor y capaz. Le dejaría por si vuelve a ser quien era, pero no creo que continúe.

19 Óscar Martínez: Es, después de Xavi Moré, el segundo mayor inocente de la plantilla de la debacle sufrida. Demostró grandes condiciones y fortuna de cara a la portería cuando pudo disfrutar de minutos. Es de esperar que el año que viene tenga más suerte. Debería seguir.

21 Nano: Ha llevado mucho peligro por su banda izquierda y ha cuajado una temporada más que aceptable, mejorando con mucho el nivel medio del equipo. Su entendimiento con Álvaro Cuello puede ser muy próspero en el futuro. En el tramo final, al menos lo intentó. Fijo.

23 Juanpa: Jugador cuyo rendimiento ha sido paralelo al del equipo en general a lo largo de la temporada. Ha estado mejor en la primera vuelta que en la segunda (horrible). Si hubiera alternativas más plausibles en cantera o en mercado debería ser traspasado o seguir como suplente.

26 Jandrín: Es un proyecto de gran jugador que poco a poco va cuajando. No puede asumir aún gran protagonismo en el equipo pero su participación como extremo derecho o mediapunta es provechosa. Deberá tener compañeros que le apoyen dentro y fuera del césped. Continúa.

27 Chamorro: Inédito en Liga, disputó sólo 17 minutos en la ida de dieciseisavos de Copa ante el Athletic de Bilbao. En el filial no ha estado mal del todo pero debe progresar mucho más para hacer carrera en el equipo. Debería quedarse en el Vetusta y pulirse como futbolista.

28 David González: Caso parecido al de Chamorro. Tiene cierto nivel pero aún está en fase de formación. Al contrario que José Manuel, que desprecia a los jugadores de cantera (Ernesto, Artabe, etc...) cualquiera apoyaría a su cantera, por lo que debe seguir trabajando en el filial.

29 Álvaro Cuello: Gran descubrimiento como lateral izquierdo el de este central del Vetusta. Es demasiado joven para que las responsabilidades de la defensa izquierda descansen sólo en sus hombros pero se ha confirmado en ese puesto como un jugador de futuro. Seguirá.

31 Adrián Torre: Inédito en el primer equipo (sólo convocado en una ocasión), se le puede indicar el mismo comentario que a sus compañeros del filial. Que siga puliendo allí sus condiciones, alternando entrenamientos y convocatorias con el primer equipo.

32 Jairo Cárcaba: Le tocó debutar el día en el que el Real Oviedo tiró por la borda sus opciones de ascenso (Tenerife), por lo que poco se le podrá juzgar de sus primeros minutos con el primer equipo. Del mismo modo que sus compañeros del Vetusta debe continuar su progresión.

Pacheta (Entrenador): No dudo ni de su empeño personal ni de albergar sus mejores intenciones para con el equipo. Durante el final de la primera vuelta la cosa funcionaba, pero no ha sabido rehacer el sistema tras la lesión de un sólo jugador (Xavi Moré) ni utilizar las ventajas del autodenominado “fútbol directo” para contener la hemorragia de puntos en la segunda vuelta. Sus jugadores no han aprendido nada del carácter y del compromiso que él mismo exhibía como futbolista. Además ha caído preso de sus palabras y deberá aprender la conjugación del verbo “fracasar” en un club que aunque milita en 2ªB es de Primera División y uno de los más importantes de España. Fracasó, sí, y por ello no debe continuar.

José Manuel Martínez (Dtor. Deportivo): Una sola palabra define su gestión al frente de la secretaría técnica azul: “Calamidad”. No hacen falta más comentarios.

Alberto González (Presidente y máximo accionista): ¡Alberto vete ya!

Ayuntamiento de Oviedo (Segundo máximo accionista): De Gabino de Lorenzo huelga pronunciarse. Al nuevo dirigente Agustín Iglesias Caunedo cabe exigirle que pase de las palabras a los hechos y que como alcalde, como cabeza del segundo paquete accionarial y como presidente honorífico del club en tanto alcalde de Oviedo haga lo posible para la supervivencia del club, controlando los desmanes de la actual directiva y facilitando en todos los órdenes las actividades del Real Oviedo, cuya imagen redunda en la de la capital. La Junta de accionistas de diciembre que aún no se ha realizado debe ser inmediata y en ella el Ayuntamiento y la APARO han de hacer valer su postura.

Prensa y Medios de Comunicación locales: En líneas generales han cumplido su función de “opinión pública” y han apoyado al club, pero en la fase final de la temporada muchos periodistas han pecado de mentalidad de equipo pequeño impropia de oviedistas, pidiendo al menos un empate en partidos en los que inexcusablemente se debía de ganar y se perdió (visitas a Montañeros y Tenerife)  Todos sabemos dónde estamos y el barro que pisamos, pero no se les debe de olvidar nunca lo que realmente significa el Real Oviedo y que ningún club que milita en esta categoría ni la mayoría de los de la inmediatamente superior (e incluso algunos de los que lo hacen en Primera) pueden compararse al club azul en entidad, historia, masa social, etc.  Los medios asturianos en general (distíngase de “ovetenses”) han ignorado o relegado a un segundo plano el devenir azul. Nada que no sorprenda, pero eso no quiere decir que esta conducta sea la correcta.

Afición: Realmente casi nada se le puede pedir a una afición que en los momentos en los que ha hecho falta lo ha dado todo por el club, literalmente hablando. Si acaso, que hay que intentar mantener el espíritu de ánimo al equipo durante los noventa minutos de partido. Del uno al noventa. Más aún cuando se reciben goles pues lo contrario se demuestra que la inseguridad hace mella en nuestra defensa y las remontadas rivales se tornan posibles.

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