En el Congreso de Tokio de 1964, celebrado con ocasión de los JJOO, se decidió de una sola vez las sedes de los cuatro
 siguientes Campeonatos del Mundo de fútbol. En 1970, México. En 1974, 
la República Federal de Alemania. En 1978, Argentina. Y en 1982, España.
 Las dos últimas, a espera de confirmación en el Congreso de Londres de 
1966.México era uno de los países del mundo más futboleros y su selección tenía presencia habitual en las fases finales mundialistas, aunque no muy lustrosa hasta la fecha. Con ocasión de los Juegos Olímpicos de 1968 y aprovechando el auge del turismo internacional de clase media el gobierno mexicano estaba llevando a cabo un gran proyecto de modernización de infraestructuras de transporte y alojamiento que también sería útil para el Mundial. Además, se estaba construyendo en el barrio capitalino de Santa Úrsula un enorme estadio con capacidad para más de cien mil espectadores (el Azteca), ideal como sede principal del IX Campeonato del Mundo. Las otras sedes serían el estadio Jalisco de Guadalajara, el Cuauhtémoc de Puebla y los estadios de Toluca y León (éste de nueva construcción). Se descartaron como sede otras ciudades importantes como Monterrey, Querétaro, Veracruz y Acapulco.
Con garantías logísticas y económicas aseguradas, el gran problema que presentaba México era la gran altitud
 sobre el nivel del mar de varias de sus sedes. No se sabía con certeza 
cómo podría responder el organismo al esfuerzo a casi dos mil metros de 
altitud. Los Juegos Olímpicos de Ciudad de México de 1968 disiparían la 
mayoría de las dudas.
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| Israel debuta en la fase final en México 1970 | 
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| La altitud no impidió presenciar partidos espectaculares | 
La modernidad también fomenta los primeros grandes negocios comerciales,
 las retransmisiones en exclusiva y los primeros acuerdos publicitarios,
 algo que empezará aportando mucho dinero pero que acabará por enturbiar
 el natural desarrollo del campeonato. De hecho, el sistema de competición de México’70 se mantiene idéntico al de anteriores ediciones pero ya se estudia la posibilidad de incluir más partidos
 en futuros campeonatos para obtener más ingresos por retransmisión y 
publicidad, bien por modificación del calendario o por inclusión de más 
participantes.
El Grupo 1º
 enfrentó a mexicanos, soviéticos, belgas y salvadoreños. El partido 
inaugural en el Azteca entre México y la URSS terminó con un empate a 
cero que esperanzó a los anfitriones, aunque para clasificarse tuvieron 
que ganar a Bélgica en la última jornada gracias a un penalti 
“sospechoso”. El Salvador perdió sus tres partidos sin conseguir marcar 
un sólo gol.
El Grupo 2º, como suele suceder con los grupos en los que juega Italia,
 se resolvió de manera caótica, con empates y victorias transversales 
que beneficiaron a los primeros bicampeones (Italia y Uruguay) a costa 
de suecos e israelitas. Italia, vigente campeona de Europa, había 
desplegado un juego muy cicatero que no invitaba a apostar por sus 
posibilidades. Pero no sería la primera vez, ni la última, que Italia 
comienza mal un campeonato y finaliza con una clasificación meritoria, 
cuando no ganándolo...
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| Bobby Moore (Inglaterra) y Uwe Seeler (RFA) | 
En el Grupo 4º se clasificó como primera de grupo la Alemania Occidental, sin brillantez en su juego pero con muchos goles gracias a la inspiración anotadora de su joven delantero Gerd Müller. El equipo que sí sorprendió gratamente por su forma de jugar fue Perú. Con Teófilo Cubillas
 como líder y el ex jugador brasileño Didí como entrenador, los peruanos
 practicaban un fútbol semejante al de Brasil que ganó muchos adeptos.
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| Brasil y Perú ofrecieron un gran partido en Cuartos | 
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| Uruguay y Brasil, con el trío arbitral conducido por el español Ortiz de Mendíbil | 
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| Gerd Müller (RFA) frente a Facchetti (ITA) | 
Brasil e Italia se disputaban no sólo el título de 1970 en aquella final en el Azteca de Ciudad de México, sino también la Copa Jules Rimet en
 propiedad. Se había determinado que el valioso trofeo de campeones se 
otorgaría definitivamente a la primera selección que ganara por tercera 
vez el Campeonato del Mundo, y tanto sudamericanos como europeos 
aspiraban a ese honor. Brasil partía en todas las quinielas como la gran
 candidata, pero los italianos que tanto habían disgustado en la primera
 fase habían mejorado su nivel y aspiraban igualmente al título. ![]()  | 
| Brasil agrandó su leyenda en el Azteca | 
Pasado el cuarto de hora, un saque de banda es cabeceado a gol insólitamente por Pelé,
 quien supera a Facchetti y a Burgnich, mucho más altos que él. Brasil 
domina pero Italia se acerca de vez en cuando a la portería de Félix con
 peligro. En un contraataque, Boninsegna
 burla a Clodoaldo y bate a Félix, empatando el partido cerca del 
descanso. El error defensivo que provocó el 1-1 descoloca durante unos 
minutos a Brasil, pero en la segunda mitad los sudamericanos imponen su 
calidad y su fortaleza física ante una selección italiana muy castigada 
por el agotador “Partido del Siglo”. Mediada la segunda parte, un 
potente disparo lejano de Gérson sorprende a Albertosi y devuelve la ventaja a Brasil. Pocos minutos más tarde, Jairzinho
 se adentra en el área y marca de manera afortunada el 3-1 (Jairzinho 
conseguía así el record de marcar en todos los partidos de su selección 
en el Mundial). Desde entonces el partido es un monólogo de Brasil, y la
 incertidumbre se centra en saber si lograrán algún gol más. Éste llega 
casi al final del encuentro. Pelé
 recibe en la frontal y atrae sobre sí a toda la defensa italiana, 
entonces, cede a la derecha para la irrupción y el chut a gol del 
capitán Carlos Alberto. 
Brasil vence por 4-1, gana su tercer Campeonato del Mundo, se queda la 
Copa Rimet y se gana un lugar destacado en la memoria de los aficionados
 de todo el mundo por su gran juego. 
Para muchos, la selección brasileña de 1970 sigue siendo considerada hoy en día como el mejor equipo de la historia del fútbol. Del mismo modo, por el gran nivel de juego general y por su abundancia en “partidos legendarios”, México 1970 se recuerda como uno de los Mundiales más espectaculares. El recuerdo de este campeonato pesará mucho en el futuro, cuando haya de tomarse una decisión de urgencia para cambiar una sede.









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