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domingo, 8 de septiembre de 2013

Puertos míticos (2) / Naranco

Oviedo es la ciudad ideal del “feng-shui”, esa doctrina oriental que busca la armonía según la orientación de los elementos. A saber, una ciudad feng-shui ha de tener un río al este (puntúa el Nora, en Colloto), campos de labranza al sur (zona practicable salvo la central térmica de Soto de Ribera), un gran camino al oeste (El Camino de Santiago) y una montaña al norte que te proteja de las malas influencias que vienen del nordeste (el Naranco). 
 
Panorámica del Naranco sobre Oviedo, desde San Esteban de las Cruces

Habitado desde la prehistoria pero manteniendo siempre su estatus natural junto a la ciudad a la que cobija, cobró importancia a mediados del siglo IX cuando el rey asturiano Ramiro I construyó su complejo palaciego en uno de sus rincones. Desde él se contempla una vista impagable de Oviedo y de toda la zona central asturiana (cuando la niebla lo permite) y por la carretera que sube a su cima se elevaron a la leyenda ciclista José Manuel Fuente “El Tarangu” y Tony Rominger. En estos tiempos de finales de etapa con llegadas en alto cortas y explosivas en las que el pelotón puede romperse súbitamente en mil pedazos y los jefes de filas pueden arañar valiosos segundos al cronómetro, no podía faltar el paradigma de este tipo de ascensiones. Ojalá el del próximo viernes 13 de agosto sea el primero de una larga tanda de finales de etapa habituales en la Vuelta a España, tal y como sucedió en los ochenta y en los noventa, pues aunque carece de longitud y pendientes exageradas no le faltan ni leyenda, ni carisma, ni afición que llene sus cunetas.

Por si las moscas, un matiz antes de comenzar. A veces se confunde el Naranco con el Naranjo (de Bulnes) y viceversa. Nada que ver el uno con el otro. Éste último, situado en el centro de los Picos de Europa y llamado Urriellu, es apodado “Naranjo” por el color anaranjado que toma su piedra cuando atardece. Es la cuna y la meca del alpinismo español, y en un futuro escribiré sobre él en una nueva sección.
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Por las faldas del Naranco

Perfil nº1 (Altimetrías)
Como viene siendo habitual, los ciclistas entrarán en Oviedo desde La Manzaneda por la calle de San Lázaro (pendiente acusada de 10% en descenso) y realizarán un breve circuito urbano atravesando la capital de sur a norte en dirección al Naranco. Cuando comiencen a enfilar el camino al alto llegarán a la calle hoy en día dedicada a uno de los miembros de ese mismo pelotón: el campeón olímpico en ruta de 2008 Samuel Sánchez. Si tuvieran una décima de segundo podrían volverse hacia la estatua que representa a Samu en el podio de la Gran Muralla China aquel 09-08-2008. Al doblar la esquina a la derecha se inicia la ascensión al Naranco. La subida propiamente dicha comienza pocos metros más adelante, en el cruce de las calles Ramiro I y el comienzo de la Avenida de los Monumentos, en el que se da un pequeño giro hacia la izquierda. Hace apenas un mes he recorrido esta zona a pie y he podido constatar que no está tan bien señalizado como parece. Para subir sin confundirse de bifurcación en sus cuatro o cinco cruces iniciales hay que tirar de intuición y seguir el camino que más suba. En los primeros 1.500 metros (+/-) la pendiente se mantendrá estable en torno al 5%. Se nota que subes, pero es una cuesta sostenida y llevadera a través de una carretera urbana rodeada en su mayoría de casas unifamiliares, tanto viejas como chalés más modernos. Aproximadamente a un kilómetro de la ascensión se abre hacia la derecha una calle que da hacia la conocida “Pista Finlandesa”, un circuito para caminar, correr y pasear en bicicleta que primero fue de kilómetro y medio y después se amplió a gran parte de la solana del Naranco. Asemeja una especie de cinturón en la montaña y es frecuentado tanto por jóvenes deportistas como por abuelos. Las vistas de Oviedo desde la Pista Finlandesa son más que destacables. A lo largo de la ascensión veremos Oviedo a nuestros pies cada vez más lejos.

Perfil nº2 (Tracks4Bikers), más orientativo que fiable en ciertos tramos

Unos 300 o 400 metros más arriba, la cuesta se hace algo más pronunciada (cerca del 8%) justo allí donde actualmente acaban las aceras y dejan paso al arcén. Es un tramo de otros 300 metros (+/-) en el que nos acercamos hacia un famoso merendero llamado obviamente “El Mirador”. Desde la curva de “El Mirador”, una herradura a izquierdas, quedan unos quinientos metros de pendiente algo más suave en su inicio y que recuperará en su tramo final el 8%. Llegamos a los monumentos prerrománicos del Naranco y merece que hagamos una pequeña parada.

Viaje al siglo IX

El primero que nos encontramos, visible desde lejos, es Santa María del Naranco. Un edificio construido en tiempos del rey Ramiro I (842-850) y diseñado por el arquitecto Tioda, de origen ilirio (hoy diríamos ex-yugoslavo). Aunque no está totalmente claro, hoy se acuerda que su uso original era el de residencia del rey. Posiblemente su palacio de veraneo. También se especula que pudiera hallarse habitado si no todo el año al menos la mayor parte, dejando el más antiguo en el centro de Oviedo para los meses de invierno. Con posterioridad fue utilizado como iglesia. Se le añadió en el XIX una espadaña que alteró la escalinata sur y que pereció al ser derruida. 

Santa María del Naranco
Desde el punto de vista artístico representa el arquetipo del arte prerrománico asturiano, arranque del posterior estilo románico de la Europa de la baja Edad Media. Una fórmula de arquitectura sin parangón en la Europa occidental y sólo emparentada con los templos construidos en Asia Menor bajo el influjo de Constantinopla (no en vano, Tioda era nativo de la zona de influencia bizantina). A diferencia de otras construcciones del prerrománico local, Santa María tiene una única nave central de grandes dimensiones, con una cripta inferior y una balconada a cada extremo. Los arcos de medio punto están sostenidos por columnas de estilo corintio y sus enjutas están decoradas con medallones en relieve. A decir de los que saben, el prerrománico asturiano se define por sus bóvedas de cañón en las naves (la de Santa María es enorme) y por los frescos que decoraban sus paredes interiores (gesto claramente bizantino que hoy sólo puede apreciarse en parte en otro templo prerrománico ovetense: San Julián de los Prados). Los tres arcos de las fachadas laterales de Santa María del Naranco se usaron en el icono turístico corporativo asturiano, y de su importancia habla la admiración que Rafael Moneo manifiesta hacia este edificio, catalogándolo como “gran obra de arte”. Como curiosidad añadida, diremos que en la cabecera de la sección “La máquina del tiempo” del programa de TV “La Aventura del Saber” incluyen Santa María del Naranco como representativo de la Alta Edad Media.


San Miguel de Lillo
A unos 400 metros más arriba, según la carretera se vuelve a empinar un poco, se encuentra el otro templo prerrománico ramirense: San Miguel de Lillo. Su planta se asemeja más al resto de edificios del prerrománico asturiano aunque su construcción fue coetánea de la de Santa María. Se supone que su uso fue siempre eclesial. En él se destacan sobremanera las jambas de sus portones, profusamente talladas. También la existencia de tres ábsides, lo que sugiere que nos hallamos ante la parte trasera de un edificio mayor. Se cree que lo conservado es sólo la tercera parte de un gran edificio con finalidad de basílica palaciega, y que una parte importante de San Miguel se derrumbó tras un desprendimiento. Sobrecoge ver estos edificios, razonablemente enteros tras más de once siglos y medio en pie, e imaginarse las circunstancias de su construcción, y los siglos de olvido transcurridos desde el final de la monarquía asturiana hasta que los hombres volvieron su vista sobre su pasado y se decidieron a conservar los vestigios de sus ancestros. Hay abundancia de construcciones de este estilo repartidas por el centro de Asturias (Santa Cristina de Lena, San Salvador de Valdediós, Santa María de Bendones...) y varios de ellos sin salir del centro de Oviedo (La Cámara Santa, en la Catedral; el ábside de la iglesia de San Tirso, junto a ella...) Durante muchos años se estimó que la Fuente de Foncalada –también en el centro de Oviedo- era prerrománica pero el hallazgo hace pocos años de la base de la llamada “Fuente de la Rúa” –en el Museo de Bellas Artes, muy próximo a la Catedral-, considerada gemela de Foncalada, planteó que el origen de Oviedo pudo haber sido no altomedieval, sino romano. Aquí podríamos hablar de los hallazgos de una villa romana bajo los terrenos de la actual Facultad de Medicina, o de los muchos rastros neolíticos esparcidos por Oviedo y sus aledaños (el Naranco atesora un castro en la zona de Cuyences), pero ya me he enrollado bastante...

Para finalizar este inciso, no dejaré de reclamar que la zona de acera, al menos a un lado de la calzada, llegara a las proximidades de Santa María del Naranco –al menos, a su finca inferior- para facilitar su acceso a pie. No hay que alargar mucho y representaría un gran beneficio turístico.

De Lillo a la cima

La Curva de Lillo, el punto clave
A la altura de San Miguel de Lillo llegamos al punto de inflexión de la subida al Naranco, la Curva de Lillo: una curva de herradura a derechas de casi 180 grados justos que supone un súbito ascenso del porcentaje casi al 11%, el punto de máxima pendiente de toda la ascensión. En esta zona suelen ubicarse muchos aficionados y la carretera se hace ligeramente más estrecha. En este tramo se producen los ataques más fructíferos, aquí pierden la rueda los ciclistas menos frescos. La pendiente se mantiene en torno al 10% durante aproximadamente 500 metros, para suavizarse ligeramente (al 7-8%) y mantenerse así hasta llegar a la zona del último kilómetro, donde alcanzamos de nuevo el 10% (la última ocasión para atacar). Este tramo, con ligeras curvas, atraviesa el Naranco de oeste a este y es claramente visible desde Oviedo. Al tiempo, la ciudad aparece bajo nosotros mirando a la derecha, cada vez más lejos. A falta de aproximadamente 400 metros, finaliza la ascensión propiamente dicha y comienza un tramo llano que nos llevará a la meta en la explanada central, a la altura de las antenas repetidoras. Entre los 800 y los 300 kilómetros a meta (+/-) bordearemos la falda del Naranco para volvernos a la cara norte por una curva constante de izquierdas, tras la que perderemos de vista Oviedo por unos instantes. La llegada es llana y la carretera parece volver a ensancharse un poquito. Esta zona ha llegado a ser escenario de algunos sprints tanto en la Vuelta como en la Subida al Naranco.

Vista aérea de la cima del Naranco
Al llegar a la meta tradicional, nos encontramos un aparcamiento y los restos de un edificio que fue durante un tiempo puesto de la Guardia Civil (según recuerdo), y que aún llegué a conocer en pie aunque en ruinas. Al cabo de la recta principal hay un bar en cuya terraza había (no sé si siguen estando) unos catalejos para ver Oviedo desde las alturas. Ni que decir tiene que en un día claro la vista desde el Naranco a los cuatro puntos cardinales es grandiosa. Al norte se puede ver toda la costa central asturiana (Avilés, Gijón, el Cabo Peñas, etc) En un día afortunado se puede contemplar una rasa costera de no menos de cien kilómetros. Al sur, abajo Oviedo y más allá las montañas primero del Aramo (donde está el Angliru), y más allá de la Cordillera Cantábrica propiamente dicha (Pajares, San Isidro...). Al oeste se puede ver hasta los montes de Tineo y algo más allá. Y hacia el este, se llegan a ver las montañas del Sueve y bastante a lo lejos las moles blancas calizas de los Picos de Europa (en cuya estribación se hallan los Lagos de Covadonga)

Más allá de la meta, el Naranco continúa...

En realidad, no es el final de la subida, puesto que la carretera continúa. A la altura del bar la carretera curva en zig-zag hacia una explanada que se abre a la derecha donde en días propios se suele acampar en plan “picnic”, y que mira al nordeste. Pasada esta explanada campera, continúa una carretera sinuosa y muy vertical (en torno al 12%) que habría sido un añadido final muy notable para la escalada al Naranco de no ser porque la cima es estrecha y no admite la parafernalia de meta, pero a donde se puede llegar individualmente en coche, bicicleta o a pie. Es la cima principal del Naranco, el llamado “Pico Paisano” (632 metros) coronada por una gran estatua del Sagrado Corazón de Jesús, visible desde muchos kilómetros a distancia y que es a Oviedo lo que el Cristo del Corcovado a Río de Janeiro, y que tiene análogos en otras ciudades en España y fuera de ella (pienso en Palencia, o en Cuzco en Perú por poner un par de ejemplos). Su promotora original fue Ramoncita Bertrand, miembro de una conocida familia foránea de industriales radicada en Oviedo (como los Tartière) que dedico una parte de su vida a realizar pequeñas colectas para la construcción del monumento en lo alto del Naranco. Falleció bastantes años antes de que se inaugurara finalmente, en 1981. Se da la circunstancia de que uno de los hijos de Ramoncita es mi tío político, y que fue él quien dibujó el primer boceto del Sagrado Corazón del Naranco, que dista ligeramente de la imagen actual.

Cada año, a mediados de junio, se realiza una jira al Sagrado Corazón para cuya circunstancia especial se rehabilita una línea de autobús que llegaba a la explanada central (la Meta del Naranco) y que se acortó hace más de veinte años primero hasta San Miguel de Lillo, y después más abajo cuando se abrió el nuevo acceso al edificio del Centro Asturiano, que antes tenía su entrada por una carretera que partía de la Curva de Lillo hacia la izquierda.

Alternativa

Para quienes gusten del senderismo y la naturaleza, y para los que prefieren la BTT a la bicicleta tradicional, el Naranco también ofrece la posibilidad de recorrer una ruta pedestre alternativa a la carretera asfaltada. Una parte desde Lillo, otra desde el cercano pueblo de Ules y otra desde Fitoria, al otro lado del Naranco (que yo sepa).

Fuente y Rominger: leyendas en el Naranco (1974 y 1993)

Videoteca on-line del Naranco

1986  https://www.youtube.com/watch?v=ZHx6R5arlCU
1991  https://www.youtube.com/watch?v=Xl2i6Nho1TE
1992  https://www.youtube.com/watch?v=0mpwn_8341o   
            o https://www.youtube.com/watch?v=1k78BRWDMTs
1993  https://www.youtube.com/watch?v=24cnKBrnNcU
(y las célebres entrevistas a Rominger y a Zülle)
         https://www.youtube.com/watch?v=OvsaKGM61VM
         https://www.youtube.com/watch?v=Z1zih6YGeUo
1995  https://www.youtube.com/watch?v=t0TLaoQim-Q
1996  https://www.youtube.com/watch?v=AFsKyF5j5QA
1997  https://www.youtube.com/watch?v=FtTxfTMXqFI



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