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miércoles, 14 de agosto de 2013

Deporte y Música / La Vuelta y sus sintonías (7/7)

Llegamos al final de la serie sobre la Vuelta Ciclista y sus músicas con un capítulo especial. Una “Etapa epílogo” en la que haremos memoria de sintonías utilizadas en la cobertura televisiva de otras pruebas ciclistas diferentes a la Vuelta a España, que también las hubo. Y varias de las cuales corrieron a cargo de nombres ilustres. Al final del post me reservo un par de temas que aunque no han sido músicas ciclistas bien podrían haberlo sido, y que son dos buenos ejemplos de lo que mi oído busca en este subgénero.

a) Kraftwerk y el “Tour de France” (1983 y 2003)

Ralf Hütter y Florian Schneider fundaron a finales de los años sesenta el grupo de música experimental “Organisation”, luego llamado “Kraftwerk” en Düsseldorf (Alemania). Ambos cuentan con una sólida formación clásica, pero al igual que su admirado Stockhausen no seguirán la ortodoxia de una orquesta y se dedicarán a la experimentación con los sonidos. A partir de la publicación de “Ralf und Florian” en 1973 empieza a tomar forma su concepción musical definitiva, más accesible al público y con una apuesta decidida a liderar el incipiente género de la música electrónica. Su cuarto álbum como Kraftwerk (“Autobahn”, 1974) les catapulta al éxito internacional. Sus siguientes trabajos –ya como cuarteto con Wolfgang Flür y Karl Bartos- seguirán recibiendo el aplauso de la crítica y del público, siendo reconocidos en todo el mundo como la gran referencia del sonido electrónico en los años setenta: “Radio-Aktivität” (1975), “Trans Europa Express” (1977) y especialmente “Die Mensch-Maschine” (“El hombre-máquina”, 1978) quizás el disco icónico de Kraftwerk. Cuando publican “Computerwelt”, en 1981, el sintetizador que ellos introdujeron en la música moderna años atrás es omnipresente en las discotecas y radiofórmulas. Sus deudores van desde sus paisanos “Rheingold” hasta muchos grupos europeos y en concreto españoles, especialmente “Aviador Dro (y sus obreros especializados)” y “Azul y Negro”.

Ralf Hütter, fundador y alma-máter de Kraftwerk, tiene otra pasión al margen de la música, la robótica y los computadores: el ciclismo. Es un enfermo de este deporte: Por entonces pedalea y entrena casi a diario e incluso llega a participar en algunas competiciones menores cuando sus compromisos profesionales se lo permiten. En una ocasión, la pasión ciclista de Hütter interfirió en la vida de Kraftwerk. En 1983, una caída en bicicleta en las cercanías de Colonia le deja en coma durante unos días, justo cuando se iba a publicar el nuevo LP del grupo titulado “Techno Pop”. El nuevo disco se retrasará tres años y saldrá al mercado con el título de “Electric Café”.

Kraftwerk, en plena interpretación de "Tour de France" en el Sónar de Barcelona el pasado junio
En la primavera de 1982, atento a las evoluciones de la Vuelta a España como cualquier aficionado, escucha “Me estoy volviendo loco” de “Azul y Negro” [ver capítulo 1º]. Hütter se queda boquiabierto al escuchar el tema del grupo de Cartagena y se pregunta a sí mismo cómo es posible que a él, maestro de la música electrónica y apasionado del ciclismo, no se le haya ocurrido antes un tema así. Decide basarse en “Me estoy volviendo loco” para componer un tema de cara al 80º aniversario del Tour de Francia. Acelera el metrónomo hasta llegar a una cadencia semejante y adapta los bufidos del esquizofrénico transformándolos en el jadeo de un ciclista. Una melodía made in Kraftwerk para el estribillo y listo. “Tour de France” se publica como single en 1983 coincidiendo con la edición correspondiente de la ronda gala y cosecha un aplauso unánime. Años después, Hütter reconoció al productor musical y locutor radiofónico Julián Ruiz haberse inspirado en “Me estoy volviendo loco” de “Azul y Negro” para componer su “Tour de France”.

La versión que incluyo aquí es la versión larga. Por dos motivos: me gusta más y guarda una pequeña historia personal. A quienes escuchaban la radio matinal a principios de los ochenta puede que les suene como música de continuidad previa a las señales horarias de las siete o las ocho de la mañana. Un recuerdo de mi más tierna infancia -con cinco añitos- que escuchaba al levantarme para ir a la clase de Párvulos.





Veinte años más tarde, Kraftwerk completan aquel single con todo un álbum para conmemorar el centenario de la primera edición del Tour, aunque el LP “Tour de France Soundtracks” no llega por poco a publicarse en fechas de competición. Se trata de un álbum monográfico relativo al mundo del ciclismo, tanto a la competición en sí (“Prologue”, “Étape” 1, 2, 3...) como a los detalles de la preparación y el entrenamiento (“Elektro Kardiogramm”, “Vitamin”, “Aéro Dynamik”, “La Forme”...)

Como representación de “Tour de France Soundtracks”, escojo dos piezas. La primera etapa y “La Forme”, quizás mi tema favorito del LP.




Otros artistas del género como John Tesh homenajearán igualmente al Tour de Francia titulando álbumes o canciones con el nombre de “La Grande Boucle”.


b) Jean-Michel Jarre y “Chronologie” (Giro de Italia, 1993-94)

Jean-Michel Jarre es hijo de Maurice Jarre, compositor de varias de las bandas sonoras cinematográficas más recordadas ("Lawrence de Arabia”, “Doctor Zhivago”...) si bien su relación paterno-filial fue durante años poco amistosa tras la separación del matrimonio progenitor. Se distancia claramente del convencionalismo musical de su papá y -al igual que hicieron Kraftwerk en Alemania- el joven Jean-Michel se lanza al mundo del futuro abrazándose al sintetizador. Con su segundo disco y aún sin cumplir la treintena alcanza su gran hito artístico, el célebre “Oxygène” (1977), al que seguirán otros discos considerados míticos dentro del género electrónico (“Equinox”, 1978; “Les chantes magnetiques”, 1981; “Zoolook”, 1984; “Rendez-vous”, 1986; etc.)  Al igual que Kraftwerk, JMJ será popularmente conocido por la espectacularidad de sus directos. Cabe destacar que es el primer artista occidental de música moderna que actúa en la China maoísta. Quedó muy impactado por su experiencia en Oriente tal como lo atestiguan algunos de sus más célebres éxitos (“Souvenir of China”, sin ir más lejos). Hechos y personajes tan dispares como la explosión del transbordador Challenger (durante la grabación de su “Rendez-vous”) y la figura del papa Juan Pablo II también inspiraron a Jarre.

En 1993 publica “Chronologie”, una vuelta de tuerca a su relación con el sintetizador. Con una cadencia acelerada con respecto a anteriores trabajos que iban casi a medio tiempo, el LP cosecha un éxito importante en Europa. También en España, donde es considerado un artista de culto y donde cuenta con un grupo de fieles no muy numeroso pero sí muy entusiasta. Posiblemente se trata del último álbum del Jean-Michel Jarre llamémosle “clásico” o “convencional” y, en todo caso, del último álbum que gozó de difusión en radiofórmulas españolas. Por aquel entonces, el canal de TV de obediencia berlusconiana Telecinco había adquirido los derechos de emisión para España del Giro de Italia, en pleno apogeo de la “Indurainmanía”. Y cierto responsable de marketing eligió el nº4 de “Chronologie” del Genio de Lyón como sintonía del Giro. Y acertó de pleno porque tiene todos los ingredientes que una buena BSO ciclista ha de tener. Se utilizó consecutivamente en 1993 y 1994, los dos años en los que Telecinco emitió el Giro. El primero lo ganó Miguel. El segundo se lo birlaron entre Berzin y un muchacho llamado Marco Pantani subiendo el Mortirolo.




c) Biceps y “Muñeco de ficción” (“Volta” a Cataluña, 1985)

La mayoría de canciones de la Vuelta a España de aquellos años se convertían en éxito seguro. Y por efecto imitación, las Vueltas regionales tuvieron como la nacional sus propias sintonías. La más celebrada de ellas fue “Muñeco de ficción” del grupo Biceps. Un gran tema muy representativo de la música y de la producción de aquellos años, reconocible por la melodía de sus violines y por sus dos audaces “breakdowns” al inicio y a la mitad del tema, expresión musical de la célebre frase atribuida a Adolfo Domínguez: “La arruga es bella”. Rítmico, bailable, elegante. Su letra crítica a cierto tipo de personajes públicos, posiblemente a políticos... (Si “Muñeco de ficción” fuera una canción de hoy, no dudaríamos sobre este particular). Por desgracia, esta canción fue el único éxito de esta banda que prometía mucho. En su día se denominó a Biceps como los Ultravox españoles, y no iban del todo desencaminados...

Sirvió para ambientar la “Volta” a Cataluña de septiembre de 1985 y fue un éxito no sólo en Cataluña sino en toda España. Tanto es así que sonó en su día mucho más de lo que lo hicieron varias sintonías de la Vuelta inmediatamente posteriores que quedaron en el olvido (en concreto “Magic Mix”) De hecho, cuando me senté por primera vez a enumerar en un folio las músicas de la Vuelta para empezar a preparar esta serie, incluí por error “Muñeco de ficción” en 1986, pasando a Gloria Estefan a 1987.




d) “Azul y Negro” por partida doble: “Funky Punky Girl” (“Volta” a Cataluña 1984) y “Vuelva ud. Mañana” (Vuelta a Valencia 1986)


Marcados por el éxito de sus dos sintonías consecutivas de 1982 y 1983, Otros dos temas de Azul y Negro volvieron a ser solicitados para este cometido. En este caso, “Funky Punky Girl” para la “Volta” del 84, y “Vuelva ud. Mañana” para la Vuelta a Valencia de 1986.


“Funky Punky Girl” tiene la inconfundible impronta en la producción de Julián Ruiz, oiréis que suena muchísimo al Tino Casal de los primeros ochenta. En cuanto a “Vuelva ud. Mañana”, hay momentos en los que parece inspirada en el “Tour de France” de Kraftwerk, a su vez tomada como hemos contado del “Me estoy volviendo loco” de los propios Azul y Negro. Como si se tratara de una correspondencia postal-musical de ida y vuelta. Y a los memoriones de la TV les sonará su parte final porque sonaba cuando el concursante de turno resolvía la pregunta de “El Tiempo es Oro” (qué tiempos aquéllos)

Quizás por este último detalle recuerdo con más claridad la segunda canción.






Y para finalizar, un par de... ¿sugerencias?... ¿ideas?... ¿posibilidades?... de tipos de sintonías ciclistas para quien tenga a bien escucharlas. Desde mi criterio propongo dos canciones como ejemplo:

Nº1): A mucha gente el nombre de Suso Saiz no les dirá nada. Pues os cuento: Músico y productor entre otros de dos de mis grupos españoles predilectos: “Esclarecidos” y “21 Japonesas”. Reconocido y multipremiado por su obra para el mítico programa de TV “Al Filo de lo Imposible”. También es el compositor de varias bandas sonoras cinematográficas (“El detective y la muerte”, “Juego de Luna”, “África”...) En sus primeras grabaciones firmaba como director de “La Orquesta de las Nubes”.

De entre la muy recomendable BSO de “Al Filo” hay una pieza entre todas que en mi opinión habría sido la música ciclista casi perfecta: “Banana Mango Mix”. El título hace referencia a un cóctel que se servía en un local de Rawalpindi (Pakistán) del que tomó nombre una nueva vía de ascenso por las moles del Trango (en las estribaciones del Karakorum) que intentaban tres de los alpinistas del programa.

“Banana Mango Mix” lo tiene todo: Protagonismo del ritmo: vivo, cadencioso y constante. Melodía sencilla y corta a modo de estribillo, ambiente “in crescendo”, elementos vocales que recuerdan a las sintonías clásicas de “Azul y Negro” y mucha calidad. Una rareza rítmica incluida en una banda sonora poética. (Nota: en el disco aparece erróneamente “Buango” por “Mango”, basta ver el episodio de “Al Filo” para advertirlo)




Nº2): No todo va a ser techno, sintetizadores y música programada. ¿Que buscamos una sintonía más acústica, más pop-rock, acorde con los últimos tiempos? Pues para eso recurriría a otra canción en concreto. Allá por julio de 1991, cuando Indurain estaba inmerso en la conquista del primero de sus cinco Tours consecutivos, sonaba en la radio “The Crowd” de Ann Carlberger

Ex-vocalista del grupo femenino sueco “Pink Champagne” y emigrada a Australia tras la disolución del grupo, se trataba de una atractiva cantante que por aquel entonces mantenía una relación sentimental-profesional con el guitarrista del grupo de rock gótico local “The Church” Marty Wilson-Piper. A dúo compusieron el disco de Ann, titulado “Hidden treasures”. El resultado se aleja tanto del post-punk de “Pink Champagne” como del sinfonismo de “The Church” y se queda en un remedo del rock californiano tipo “Fleetwood Mac años 80” a la australiana, con ese sentido tan especial para la música que tienen los “aussies”. El disco no tuvo el éxito merecido. “The Crowd” no pasó del 32 en “Los 40 principales” de la época, pero aquella canción colonizó mi mente en aquellos días y pese a que desde entonces no volvió a sonar ni siquiera de madrugada en M80, nunca la olvidé. Pasaron nada menos que veinte años y medio hasta que gracias a internet y tras muchas búsquedas infructuosas, pude volver a escuchar “The Crowd” y conocer el resto del álbum. Cada cual tendrá sus gustos, a mi me mereció la pena.

A lo tonto, uno se da cuenta de que “The Crowd” también reúne características óptimas para una BSO ciclista. La percusión marca un ritmo cadencioso (conditio sine qua non) mientras se desarrolla la melodía, que parece sacada de “Tango in the Night”. La Carlberger no llega a tener la voz de Christine McVie pero se le nota su influencia. Una canción especial con buenos recuerdos que volveré a subir cuando escriba sobre los cinco Tours de Miguel.




Fin de la Serie.
Finis Coronat Opus

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