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miércoles, 5 de octubre de 2016

Real Oviedo / Euroforia (Cap. 3º - Real Oviedo - Génova)



... Y llegó el gran día.

Aquella mañana no se dio abasto en el aeropuerto, cuya parca infraestructura fue más insuficiente que nunca. No cesaban de llegar hinchas genoveses que a bordo de sendos vuelos “charter” llegaban a Oviedo para presenciar el debut genoano en la UEFA. Todos uniformados. La mayoría con camisetas y quien más quien menos con una bufanda o una bandera “rossoblù”. Coincidió que se trataba del 19 de septiembre y que tenía lugar como cada año el desfile del “Día de América en Asturias” por el centro de la capital. Los “grifoni” se sumaron al público y por una vez el espectáculo se centró en las aceras más que en las carrozas. Pocas horas después comenzaba el partido, y tras el desfile los genoveses avanzaron como un ejército camino del Carlos Tartière.

Se cifró la marabunta ligur en unos seis mil aficionados, que ocuparon todo el fondo oeste y lo que pudieron apañar de las tribunas norte y sur. Desde mucho antes del pitido inicial allí estaban ellos con sus cánticos, sus enormes banderas al viento, sus pancartas... Fue una de las primeras y mayores exhibiciones del auge del movimiento ultra italiano en España (Mundial de 1982 aparte). Había mucho temor a que provocaran altercados y fueron objeto de una vigilancia especial por las fuerzas del orden. Salvo lo visto dentro del estadio, no me consta que dieran problemas. Es más, hubo según parece tanto en Oviedo como en Génova mucho “buen rollo” entre ambas aficiones hermanadas en su bautismo internacional. Se probó cuando meses después la TV nos mostró a los grifoni cantando el “Porrompompero” de Manolo Escobar.

El escenario: Carlos Tartière de Oviedo
Para ellos y para nosotros fue un día interminable. Pasaban los minutos como si fueran horas, y las horas como si fueran meses, esperando que llegaran las ocho y media y que el partido comenzara. Ambos equipos tenían bajas sensibles. El Real Oviedo llegaba sin su defensa Rivas, habitual en la banda izquierda. Mientras, los genoveses también tenían fuera de combate a su peligroso lateral izquierdo Branco. Skuhravy, el temible delantero centro rossoblù, llegaba renqueante. El árbitro designado por la UEFA levantó sospechas por parte y parte. Se trataba del sueco Fredriksson, quien en el reciente Mundial de Italia obvió una clara mano de Maradona que evitó un gol soviético (“La Otra Mano de Dios”, lo llamaron). El entrenador italiano Osvaldo Bagnoli manifestó que el objetivo del Génova era marcar en Oviedo para facilitar una posible remontada en el Luigi Ferraris si fuera necesaria.

Los Grifoni en el fondo oeste


Skuhravy avisa...
El estreno

Las entradas no aptas para todos los bolsillos y el miedo a los hinchas rivales hizo desistir a varios aficionados azules de acudir al Tartière, y ello evitó el lleno. Para quienes no tenían otra opción quedaba el consuelo de la TV. Entonces se televisaban todos los partidos de competición europea sin exclusivas corporativas ni más restricción que la hora del encuentro. Conectaron justo con el saque inicial, privándonos de ver el tifo de los hinchas locales (de aquella “Brigadas Azules”, “Chiribí” y otros grupos “pre-Symmachiarii”) El habitual comentarista de los partidos de la Selección Española José Ángel de la Casa aún se estaba presentando, y los letreros de inicio aún estaban en pantalla cuando el defensor genoano Caricola asestó su primer golpe a Lacatus, que mereció la primera tarjeta amarilla del partido con el tiempo contado aún a segundos.

Muy poco después llegaron los primeros sustos. Skuhravy remató de cabeza por bajo un centro de Aguilera zafándose de Gorriarán. Carlos tomó la palabra para recibir el guante en su duelo de delanteros con el checoslovaco. Braglia tuvo que intervenir en dos ocasiones consecutivas ante dos zurdazos del jiennense: uno en carrera y el otro al quedarse solo tras un buen centro de Lacatus.

...y Carlos responde
Tras este vertiginoso inicio, el partido se durmió y se entró en una fase de tanteo y centrocampismo que pasó a dominar muchas fases del encuentro y que a espectadores neutrales les aburriría como a ovejas, pero a los oviedistas y a los genoanos no nos llegaba la camisa al cuello. Los genoveses eran un equipo de mucho empuje y dispusieron de dos oportunidades más a lo largo de la primera mitad: un chut alto de Onorati y un susto del portero Viti que apartó in-extremis el balón de la cabeza de Caricola tras una peligrosa falta botada por Bortolazzi.

Avanzada la primera parte, falló el audio. La voz de De la Casa apenas se podía oír mientras el sonido ambiente aparecía mezclado con un zumbido característico de los acoples de micrófono. Mucho tiempo después pude comprobar que era un fallo de emisión y no de recepción de mi TV, o un cruce con la señal de la tele en B/N de mi habitación donde quien no quería ver el fútbol veía el capítulo de turno de “Topacio”.

Bango celebra su histórico gol
Bangol

Todavía con el zumbido en los oídos y llegando al cabo de la primera parte un centro de Zúñiga a Lacatus fue despejado a saque de esquina por Caricola. El rumano bota el corner hacia el centro del área donde aparece Bango desde la frontal para cabecear picado. Su remate es interceptado por Signorini y el balón rebota ante el propio Bango, quien en forzada posición chuta cruzado con la derecha batiendo a Braglia, aguando la fiesta a los miles de “grifoni” que lo ven desde el fondo. Eran poco más de las nueve y cuarto de la noche, el minuto 44:05 de la primera parte. Gol.

Con los hinchas azules aún festejando el histórico primer gol internacional del Real Oviedo, un centro bombeado al área genovesa es dominado por Lacatus ante Signorini y Caricola. Ante el peligro inminente del 2-0 el férreo marcador del ariete rumano le propina en su entrada un golpe con el brazo en el cuello, respondido de inmediato por un harto Marius Lacatus por lo que castizamente se llama una “manovuelta”. Con el jaleo derivado de esta acción en la que Fredriksson se lavó las manos, se llegó al final de la primera parte.

Un instante de la segunda mitad
Viti: Protagonista a la fuerza

La segunda comienza con un saque de esquina genovés en la misma posición donde minutos antes había marcado Bango. El balón llega al omnipresente Caricola, que se adelanta a Jerkan y cuyo apurado chut supera la meta de Viti. Fredriksson aparece de nuevo para anular la jugada por falta previa para cabreo monumental de los italianos. En medio de la protesta una moneda de 500 pesetas (para quienes no las conocieron, algo mayor que las de 2€ de hoy en día) lanzada desde el fondo “grifoni” impacta en la cabeza de Viti, acarreando como consecuencia inmediata un parón en el juego para atender al pruviano y una sanción económica ulterior para el Génova.

Los genoveses tratan de hacerse con las riendas del partido y los de Irureta se retrasan para defenderse y tratar de morder al contragolpe. Un mal centro de Ferroni tras chut de Ruotolo se convierte en un pase a Eranio despejado por Viti con apuros. Poco después, dos acciones de Carlos (una de ellas un “globo”) aceleraron el pulso a unos y a otros. Bortolazzi de falta, Eranio y Ruotolo disparan desde fuera del área acechando la portería oviedista en pos del empate. Las últimas acciones peligrosas del partido son una jugada de ataque del Real Oviedo interrumpida por un falso fuera de juego de Jankovic (suplente de Lacatus) y un cabeceo de Caricola al segundo palo tras saque de falta de Bortolazzi. Se movió mucho el electrocardiograma pero no volvió a hacerlo el marcador y el Real Oviedo firmó en su primer partido internacional su primera victoria.

La última ocasión genoana: cabecea Caricola
Con el 1-0...

En Oviedo se valoró muy positivamente la victoria y un buen número de escépticos snobs que dudaban o negaban la capacidad del Real Oviedo para competir ante un equipo puntero de la Serie A de entonces se dieron cuenta de su error. Se había obtenido para el partido de vuelta una escasa renta pero a cambio Viti se había mantenido imbatido, lo que era muy importante en una eliminatoria con valor doble de goles en caso de empate final. En Génova clamaron –y no sin cierta razón- contra Fredriksson, en especial por el gol anulado al inicio de la segunda mitad. Pero los transalpinos realizaron una conjura común entre equipo y afición para dar la vuelta a la eliminatoria de treintaidosavos en el Luigi Ferraris. Me quedaban dos semanas de vacaciones, las que quedaban para el partido de vuelta.



Próximamente... el desenlace: Génova - Real Oviedo

1 comentarios:

  1. El articulo esta muy bien, pero el equipo es el Genoa no el Génova.

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