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lunes, 10 de marzo de 2014

Breve Historia del Mundial de Fútbol (2/21) 1930

Designada en el Congreso de la FIFA en Barcelona el año anterior, Uruguay organizó el primer Campeonato del Mundo de Fútbol en 1930. El evento supuso la gran conmemoración del centenario de la independencia del país sudamericano.

Pese a que la creación del Mundial de Fútbol había sido generalmente aplaudida, la designación de Uruguay como sede echó atrás a varias federaciones europeas que no querían asumir los inconvenientes de un largo desplazamiento de sus jugadores. Sólo cuatro selecciones europeas arribaron a Montevideo: Bélgica, Francia, Rumania y Yugoslavia. España, Italia, Austria, Alemania y las selecciones británicas fueron las grandes ausentes del torneo.

El campeonato dividió a sus trece participantes en cuatro grupos. El Grupo 1 estaba conformado por cuatro equipos, y el resto por tres. Los campeones de grupo pasarían a semifinales.


Alineación de los anfitriones uruguayos
El primer partido del Grupo 1, disputado el 13 de julio, fue el primer partido de la historia de las fases finales mundialistas. Francia ganó por 4 a 1 a México y el delantero francés Lucien Laurent marcó a los veinte minutos el histórico primer gol de la competición. Los franceses cayeron posteriormente ante Argentina y Chile, que se disputaron la primera plaza en la última jornada. Argentina ganó por 3-1 con su delantero estrella Stábile marcando los dos primeros a poco de iniciarse el encuentro.

El Grupo 2 enfrentó a Brasil, Bolivia y Yugoslavia. Bolivia recibió sendas goleadas por 4-0 de sus rivales. En este caso, fue el primer partido el decisivo. Yugoslavia venció a Brasil por 2-1 y se clasificó para semifinales. La no inclusión de jugadores del estado de São Paulo debilitó a los brasileños quienes, aunque no eran aún la gran selección que luego serían, sí era un conjunto fuerte.

Stábile (ARG)
El Grupo 3 acogía a la anfitriona Uruguay, Rumania y Perú. El partido de los locales ante Perú supuso la inauguración del Estadio del Centenario, erigido ex profeso para el Mundial y con capacidad para 100.000 espectadores. Con un solitario gol de Héctor Castro ganó Uruguay a Perú, encontrando menos resistencia en Rumania, a la que ganó por 4-0 en el mismo escenario. La selección celeste era la vigente bicampeona olímpica y en consecuencia la gran candidata al triunfo, por lo que su pase a semifinales se daba por hecho.

En el Grupo 4 se clasificó Estados Unidos, que ganó por 3-0 tanto a Bélgica como a Paraguay. La selección estadounidense estaba compuesta en su mayoría por jugadores de origen inmigrante. Su delantero Patenaude fue el primer jugador en marcar tres goles en un mismo partido. Stábile igualaría la marca en el Argentina-México del Grupo 1 disputado dos días después.

El sorteo de semifinales reservó el esperado duelo entre Uruguay y Argentina para una posible final. Uruguay se enfrentaría a Yugoslavia y Argentina a los Estados Unidos. Ambas selecciones sudamericanas confirmaron los pronósticos y golearon a sus rivales por idéntico y abultado marcador: 6-1. Los estadounidenses sólo consiguieron batir al portero argentino Botasso al final del encuentro, mientras que los uruguayos tuvieron que remontar el gol inicial del yugoslavo Vujadinovic.

El gol definitivo de Héctor Castro (4-2)
El 30 de julio tuvo lugar la primera final mundialista que disputaron los dos vecinos del Río de la Plata: Uruguay y Argentina. Dorado adelantó a los charrúas en el minuto doce pero los argentinos reaccionaron y dieron la vuelta al marcador gracias a sus goleadores Peucelle y Stábile. La primera parte finalizó con un 1-2 inquietante para los intereses locales. En la segunda mitad, los goles de Cea (58’), Iriarte (68’) y Héctor Castro (89’) brindaron el título de Campeón del Mundo a Uruguay. Los argentinos tuvieron que conformarse con el subcampeonato mundial y con ver a Stábile como máximo goleador de Uruguay 1930 con ocho goles marcados.

La organización y el desarrollo del primer campeonato mundial se consideraron exitosos, pero la no participación de varias selecciones europeas –principalmente de España e Italia- se entendió como un agravio en Uruguay, cuya federación decidió no acudir ni a Italia cuatro años después para defender su título, ni a Francia ocho años después. Pese a las dudas iniciales y a las ausencias ilustres, el campeonato Mundial sumaría participantes progresivamente en las siguientes ediciones.



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