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viernes, 27 de julio de 2012

Centenario Lángara (8/12): Lángara oscurece a Conen en Alemania (1935)


LÁNGARA OSCURECE A CONEN EN ALEMANIA (1935)

El ariete ovetense hace dos goles formidables con el equipo nacional.

La gran victoria de la Selección Española causó sensación en la Alemania de Hitler.

El 12 de mayo estaba programado en Colonia (Alemania) el encuentro entre los equipos de España y Alemania. Era la primera confrontación entre ambas naciones. El “match” tenía muchísimo interés. De un lado, Alemania llevaba una buena racha desde su espléndido papel en el Mundial de Italia donde, al ganar a Austria, se alzó con el tercer puesto del torneo. Por otro lado, llevaba tres victorias consecutivas fuera de territorio germano. Estaba considerada como la segunda potencia de Europa en aquellos momentos tras Italia. Al contrario de España, a la que el poco feliz empate a tres tantos de una semana antes en Lisboa había frenado los ánimos.

García Salazar recuperó a Muguerza

En Lisboa, como es sabido, don Amadeo García Salazar había hecho debutar al medio centro Enrique Soladrero, del Oviedo. No jugó bien, y a los siete días, en Colonia, Muguerza iba a volver al eje de la línea de medios. Sin embargo, aparte de esta variante, el señor García Salazar se mantuvo con el mismo equipo.

Por ejemplo: Zamora, que había sido suplente en Lisboa, volvía a serlo en Colonia. García Salazar fue a lo claro y alineó ante Alemania en ese 12 de mayo de 1935 casi a los mismos hombres que empataron en Lisboa siete días antes. Nadie daba nada por nuestro equipo. Alemania estaba convencida de la victoria, y su ariete Conen de oscurecer a Isidro Lángara. Todo sería al revés.

El defensa alemán Münzenberg trata de huir del acoso de Lángara

Jugaron por España Guillermo Eizaguirre; Zabalo, Quincoces; Cilaurren, Muguerza, Lecue; Ventolrá, Luis Regueiro, Lángara, Iraragorri y Gorostiza. Como suplentes se equiparon Zamora (portero), Areso (defensa), Pedrol, Soladrero y Pedro Regueiro (medios) y Lafuente y Campanal (delanteros). Alemania, por su parte, con una formación de gala: Buchloh; Janes, Busch; Gramlich, Münzenberg, Bender; Lehner, Hohmann, Rasselnberg, Conen y Fath. Conen era ariete, pero saldría para despistar como interior izquierda. El belga Langenus, el eterno árbitro de los partidos de España –ya que dirigió muchísimos a nuestro equipo- era el director de la contienda.

Conen marca, pero Lángara responde

El estadio, abarrotado. Ochenta mil espectadores. Algunos jugadores españoles jamás habían actuado ante tanto aficionado. Banderas con la esvástica alrededor de todo el campo. Cuando se interpretaron los himnos, España estuvo firme pero en posición normal. Los germanos, brazo en alto. Era 1935 y recordémoslo: en España gobernaba la República y en Alemania, Hitler caminaba hacia el máximo poder.

Hubo un acuerdo curioso. Si se producía una indisposición pasajera, el jugador que se ausentase podía volver de nuevo al campo, retirándose su sustituto. Así, Quincoces y Lecue chocaron entre sí y estuvieron ausentes unos minutos del terreno de juego. España no quedó con nueve hombres, ni mucho menos. En esos siete minutos de ausencia Areso y Pedro Regueiro les reemplazaron. Vueltos los titulares, los suplentes volvieron al banquillo. Era una novedad reglamentaria que no prosperó.

Lángara ante Buchloh. La actuación del guipuzcoano causó sensación en la Alemania del III Reich

A los once minutos de juego, Conen remató a gol un rechace de Quincoces. España no se amilanó. Eizaguirre, atrás, paraba mucho y bien. Quincoces era un baluarte. Cilaurren, coloso en medio campo y con él dos interiores fuera de serie: Luis Regueiro e Iraragorri. Lángara rompía con todos los esquemas germanos. A la hora, Lángara empataba tras un centro de Ventolrá. El entusiasmo español fue total. Siete minutos más tarde [1], Lángara volvía a marcar de forma brillante: Ventolrá remató de cabeza, el meta germano Buchloh rechazó en corto y Lángara, jugándose una pierna, profundizó a la red. Era el uno a dos.

Una segunda parte heroica

España sabía que si triunfaba se colocaba de nuevo a la cabeza de Europa. Alemania se volcó sobre el arco español. Eizaguirre, en su mejor partido con la Selección, lo detuvo todo. La defensa estuvo maravillosa. En medio campo, Cilaurren estuvo impresionante. Y Luis Regueiro e Iraragorri, sin ceder un solo minuto, acabaron con todas las esperanzas teutonas. Y, para colofón, un Lángara que no daba un balón por perdido y que había anotado dos goles dejando en evidencia a Conen. Al final, gran triunfo y el sensacional balance de Lángara: Llevaba jugados ocho partidos con la Selección y ya tenía alcanzados catorce goles. Algo inaudito.

Manuel SARMIENTO BIRBA.


Notas:
[1]: Al filo del descanso (min. 45), según archivo de la DFB, aunque Félix Martialay corrobora el dato (min. 37)

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