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domingo, 2 de febrero de 2014

Tenis / Abierto de Australia 2014

Acaba de terminar el primer Grand Slam del año: el Abierto de Australia. El palmarés del torneo individual aportó nuevos nombres: los de Li Na en el femenino y de Stanislas Wawrinka en el masculino. El de damas fue un torneo mucho más abierto que el de los hombres, pero ambos fueron espectaculares y en uno y otro cuadro pudimos disfrutar de varios partidos que merecen un rincón en la memoria de los aficionados. Al margen de los tenistas, hubo un protagonista sobrevenido: el sofocante calor de la primera semana con temperaturas superiores a 40ºC, que provocó sofocos y desmayos en las pistas y en las gradas.

Como ya viene siendo habitual en el blog publicamos al final del post un nuevo archivo en formato pdf sobre el gran torneo en cuestión. Semejante al recientemente publicado Anuario 2013, añade más novedades con respecto a los trabajos sobre Grand Slam anteriores.

Siempre que veo un partido de tenis, y en especial de Grand Slam o Copa Davis/Federación me pica la curiosidad de comprobar los precedentes de partidos entre los tenistas, así como de repasar el historial de tal o cual jugadora o jugador en ese torneo. Satisfago y comparto esa curiosidad personal añadiendo a las rondas finales no solo la ficha del partido, sino también los respectivos historiales de los dieciséis mejores del torneo individual australiano de esta edición, y el desglose actualizado de los enfrentamientos disputados desde cuartos de final. Todos los apartados presentados con páginas ilustradas, detalle que desde la modestia acerca estos trabajos a la categoría soñada de “revista digital”. Partiendo de mis limitaciones, cada vez quedo más satisfecho de este tipo de trabajos, y la acogida por parte de los lectores también parece favorable, así que seguiré trabajando en esta línea. No sé cómo denominarlos ya, ¿”guía”, “dossier”, “anuario”, “revista”...? Lo dejo a vuestra elección.

Potencias emergentes

El discurrir del cuadro individual femenino de Australia en 2014 se asemejó mucho al último campeonato de Wimbledon, en el que su campeona fue una tenista veterana que no se topó con ninguna de las diez primeras del ranking WTA y en el que las grandes candidatas se dieron grandes castañazos en rondas iniciales mientras surgían por aquí y por allá “outsiders” y tenistas noveles dispuestas a llevarse la preciada copa Memorial Daphne Akhurst a su casa.

Cibulkova vs Sharapova. Ganó la primera. Bajitas al poder
La “criba de favoritas” comenzó en primera ronda con las derrotas inesperadas de Petra Kvitova y de Sara Errani (si bien la brava tenista boloñesa pudo resarcirse con su compañera Roberta Vinci con el título de dobles) aunque lo más comentado tuvo lugar en octavos, con las derrotas de la archicandidata al título Serena Williams a manos de la renacida Ana Ivanovic (ya avisamos que volvía, y ha vuelto) y de la “Princesa del Tenis” Maria Sharapova ante Dominika Cibulkova. La simpática eslovaca, que representa en la actualidad junto a Sara Errani el arquetipo de jugadora menuda, luchadora, gran restadora y difícil de batir, no se conformó con dejar fuera a la cabeza de serie nº3 y superó sucesivamente a la prometedora rumana Simona Halep y a la eterna promesa incumplida Agnieszka Radwanska para alcanzar la final. Su primera final en Grand Slam. A la mayor de las hermanas polacas, que venía de dejar en la cuneta a la hispano-venezolana Garbiñe Muguruza (ojo a Garbiñe, que apunta muy alto) y a la segunda gran candidata Victoria Azarenka, se le ha vuelto a escapar el tren del título cuando más seguras parecían sus posibilidades.

Eugénie Bouchard: ¿Ha nacido una estrella?
Después de cerrarle el paso a la Williams, Ana Ivanovic se enfrentó a su nueva némesis: Eugénie Bouchard. A quienes siguen habitualmente el tenis seguro que les sonaba su nombre tras sus éxitos en categoría junior, o tras su notable debut en Wimbledon. Ahora, en el Abierto de Australia, todo el mundo se ha prendado de su juego, inusualmente maduro para sus diecinueve años, y de su adorable y angelical atractivo físico. La tenista de Montreal había ganado a Ivanovic en Wimbledon y repitió la hazaña en Melbourne en uno de los mejores partidos del torneo. Apuesto a que tras el partido a la serbia le entraron ganas de rodear del brazo a “Génie” y advertirla sobre los peligros que le acechan con su adquirida popularidad, y lo que suele sucederles a las guapas jovencitas que despuntan en el tenis. Algo sobre lo que Ana y Maria Sharapova pueden dar conferencias y escribir tratados.

Bouchard disputó la semifinal ante la única superviviente de entre las mejores raquetas actuales de la WTA: la china Li Na. Ésta, muy segura y motivada, impuso un fortísimo ritmo que comenzó con un “break” en el primer juego, alcanzando en pocos minutos un demoledor 5-0. Una vez decantado el primer set en favor de Li, Eugénie Bouchard consiguió equilibrar el partido y repartirse los juegos con su rival, que llegó a la final tras ganar por 6-2, 6-4.

Triunfo de Li: La Dama de Oriente ganó a la de tres en Melbourne
El duelo final entre Li Na y Dominika Cibulkova superó las expectativas, al menos en el primer set. Si en Wimbledon 2013 Sabine Lisicki salió ante Bartoli muerta de nervios y derrotada de antemano Cibulkova, por contra, se presentó extramotivada y decidida a ganar el partido de su vida. La primera manga fue disputadísima y tanto la china como la eslovaca hicieron méritos para vencer. El primer set se decidió en el desempate del “tie-break” del lado de Li. Cibulkova acusó el golpe moral de perder el set y cedió el partido, aunque el 6-0 del segundo set no refleja realmente la resistencia que sí opuso la de Bratislava. Li, la única de las primeras cabezas de serie que alcanzó el último partido, consiguió su segundo título de Grand Slam tras Roland Garros 2011 y, a la de tres, ganar en Australia, su torneo predilecto.

Melbourne, Suiza

Al contrario que en el individual femenino, en el individual masculino ha habido muy poco espacio para sorpresas. Salvo la eliminación de Del Potro a manos de Roberto Bautista apenas ha habido vencedores inesperados hasta llegar a cuartos. Salvo el argentino, los ocho primeros del ranking llegaron a esta instancia. A partir de cuartos, sí hubo lugar para ver cosas nuevas. Stanislas Wawrinka ha ingresado en el club de los más ilustres, de aquellos jugadores que han ganado un torneo de Grand Slam. Lo que podría ser una sorpresa no lo es tanto, conociendo su progresión del año anterior. Para alcanzar el éxito el pupilo de Magnus Norman ha tenido que batirse otra vez ante Novak Djokovic en un largo y duro encuentro, tal y como sucedió el año pasado en dos ocasiones (en la propia Melbourne y más recientemente en el Abierto de los Estados Unidos) aunque esta vez el resultado fue diferente y el serbio fue quien hizo las maletas. Sumado a la moda de los entrenadores con ilustre pasado como jugador, “Nole” se presentó en Australia de la mano del mítico Boris Becker para aspirar a su cuarto título consecutivo, pero todo quedó en agua de borrajas. Wawrinka, por su parte, aún tuvo que pelear mucho para alcanzar el último día de competición ante Tomás Berdych en la semifinal. El checo venía de ganar a David Ferrer

Federer: El regreso de quien no se había ido
Por el otro lado del cuadro alcanzaron las semifinales Rafael Nadal y Roger Federer. El mallorquín arrastró durante casi todo el campeonato una leve pero molesta tara: una ampolla en su mano izquierda que le impedía asir la raqueta con comodidad y golpear la bola con naturalidad especialmente al saque. Nadal se sobrepuso a estos problemas y fue avanzando rondas dejando en la cuneta a Monfils, Nishikori y Grigor Dimitrov (el único “invitado” a los cuartos de final frente a siete de los ocho primeros cabezas de serie). Federer, renacido gracias al trabajo con su nuevo entrenador-estrella Stefan Edberg y a sus buenas sensaciones con su nueva raqueta, acalló a sus críticos y a quienes le dan por acabado. Jugó a un gran nivel, especialmente los cuartos de final ante Andy Murray, y se vio las caras de nuevo con Rafa. En su duelo trigésimo tercero esperaba Roger que su nueva vida profesional le ayudara a vencer viejos fantasmas... pero Rafa volvió a derrotar al Genio de Basilea y se plantó en la final.

Stan pudo en la final con un Rafa Nadal lesionado
Los precedentes eran absolutamente favorables para el tenista español: 12 victorias sin perder un sólo set ante Stan, pero cada partido es diferente y quizás por ser una final de Grand Slam, o por ser el partido nº13 entre ambos (para supersticiosos) esta vez ganó Wawrinka. No fue una final disputada porque Nadal sufrió al comienzo del segundo set un pinzamiento en la espalda que le mermó primero su saque y poco después su movilidad, teniendo que ser atendido en vestuarios y motivando acto seguido una protesta poco cortés del suizo. Rafa se mantuvo en pista por pundonor y con el paso de los minutos acabó recobrando un nivel aceptable en su juego, pero ya había demasiado terreno perdido. Empero, la lesión de Nadal no resta mérito al juego de Wawrinka, que mereció la victoria con un juego muy ofensivo y demostró desde el primer peloteo claras ansias de triunfo. 

Su título en Australia eleva a Stan a la tercera posición del ranking ATP, ocupando por primera vez el primer lugar de entre los jugadores suizos del que hasta entonces había gozado Federer durante más de once años. Al tiempo, Nadal no conseguía ser el primer tenista en obtener dos títulos de cada torneo de Grand Slam, pero al faltar en 2013 vio aumentar su ventaja en el ranking sobre Djokovic y asegurar su liderazgo casi hasta Roland Garros.

Hasta entonces, aún quedan cuatro largos meses de un calendario lleno de torneos, entre los que destacan los de Indian Wells, Miami, Montecarlo, Roma y Madrid.

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