El Comité Ejecutivo de la FIFA otorga el 4 de julio de 1988 la organización del XV Campeonato del Mundo a los Estados Unidos,
que aventajan en la votación a Marruecos por tres votos (10 a 7) y a la
candidatura brasileña que obtiene dos votos. Pese al fracaso de la
primera liga profesional norteamericana de los setenta y primeros
ochenta, la FIFA está muy interesada en despertar el interés por el
deporte allí conocido como “soccer”.
Se espera que la población estadounidense de origen hispanoamericano o
europeo abra la puerta del mercado local a la Federación internacional, y
con ello ampliar sustancialmente la red de patrocinadores
potenciales. Asegurado el éxito económico del Campeonato, había
incertidumbre sobre la repercusión del Mundial en los Estados Unidos y
sobre la asistencia a los estadios, pero éstas se despejaron desde el
primer día. En cada sede, la inmensa mayoría de las localidades fueron
vendidas y se cubrió en cada partido la práctica totalidad del aforo.
Como en cada edición, la fase clasificatoria
siguió dando más de lo mismo: debutantes sorpresa ocupan el lugar de
los grandes ausentes. Con Chile excluida por la sanción de 1990, Bulgaria dejó fuera a Francia. Inglaterra –semifinalista en 1990-, quedó eliminada en beneficio de Noruega
–que volvía a una fase final tras una ausencia de 56 años. Portugal se
quedó a las puertas frente a italianos y suizos (habituales de los
primeros mundiales, pero ausentes de las últimas seis fases finales). Debutaron
Grecia, Nigeria, Arabia Saudí y Rusia, que fue el primer país heredero
de la URSS en clasificarse. Checoslovaquia –ya escindida- participó
unida por un lapsus administrativo de las federaciones checa y eslovaca
aunque su selección no se clasificó. En Sudamérica no se clasificó
Uruguay, pero sí Bolivia. Y Argentina estuvo a punto de quedarse fuera
tras perder en Buenos Aires 0-5 con Colombia. Pudo conseguir el billete a Estados Unidos gracias a una victoria por la mínima ante Australia.
Dado
que seguía habiendo importantes selecciones que se quedaban fuera de la
fase final, la FIFA anunció que desde 1998 habría 32 participantes
frente a las 24 actuales. Medida que, como el tiempo ha demostrado, no
solo ha sido inútil, sino que ha sobrecargado en exceso el calendario de
competición. Para ésta última edición con 24 equipos se mantuvo el
calendario de las anteriores ediciones mundialistas.
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Maradona, o el Crepúsculo de los Dioses |
Se estimó escaso, por contra, el número de sedes
presentadas para el Mundial norteamericano. Sin embargo, la magnífica
red de comunicación interior de los Estados Unidos permitió la logística
necesaria para el desplazamiento y acomodo de equipos, espectadores y
medios entre las nueve sedes (Los Ángeles, San Francisco, Detroit,
Chicago, Dallas, Boston, Orlando, Nueva York y Washington). Se
aprovecharon estadios de fútbol americano,
algunos de ellos en el extrarradio de las ciudades o incluso emplazados
a varios kilómetros de distancia en condados o incluso estados
distintos. Por ejemplo, la sede de Boston tenía su estadio en Foxboro,
la de San Francisco en Palo Alto, la de Detroit en Pontiac... El
Silverdome de Pontiac fue el primer estadio totalmente cubierto que acogió partidos de la fase final del Campeonato del Mundo de fútbol.
Las novedades más destacadas de esta edición fueron dos:
- La concesión de tres puntos por cada victoria, al modo de la Liga Inglesa, que se generalizaría posteriormente en todas las competiciones nacionales.
- La posibilidad de realizar una tercera sustitución, en caso de lesión de un portero. Más tarde se ampliaría el supuesto a cualquier jugador en cualquier situación.
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Inauguración en Chicago (17-06-1994) |
El Grupo A
encuadró a la anfitriona estadounidense con tres selecciones candidatas
a dar sorpresas: Rumania, Suiza y Colombia. Se estimaba que tras el 0-5
a Argentina los colombianos podían optar a una gran clasificación, pero
fueron la única selección eliminada. El primer gol del segundo partido
de Colombia –ante EE.UU.- fue marcado por el defensa Andrés Escobar
en propia puerta. Regresada la expedición colombiana a su país tras la
eliminación, aún no terminado el Campeonato, Escobar fue asesinado en Medellín por una red mafiosa de apuestas.
Fue
un grupo de desarrollo extraño, en el que ninguna selección pudo
imponerse a todas las demás. Tras una serie de victorias y derrotas
entre las tres clasificadas Rumania quedó primera, Suiza segunda y los Estados Unidos tercera.
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Milla y Salenko: dos hombres, dos records |
Brasil lideró el Grupo B junto a Suecia.
Ambas se clasificaron primera y segunda tras empatar en un intenso
partido en Pontiac. Los brasileños estaban dispuestos a romper el
maleficio de las últimas fases finales y su entrenador Zagallo optó por
un estilo de juego defensivo y físico al estilo europeo, dejando a la
inspiración de Romário y Bebeto la faceta goleadora. Suecia, por su
parte, había brillado en el Europeo de 1992 organizado en su país y
reunió a un gran bloque cuyas estrellas eran Brolin, Dahlin y Kennet
Andersson. En el partido entre las no clasificadas del Grupo B Rusia
goleó a Camerún por 6-1 y el goleador Salenko batió el record de goles en un sólo partido al marcar cinco de los seis goles rusos. Milla, por su parte, batió el record de veteranía al jugar ese partido con 42 años y 39 días de edad.
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Julio Salinas (ESP) y Berthold (ALE) |
En el Grupo C
las europeas Alemania (unida) y España partían con ventaja ante Bolivia
y Corea del Sur, pero éstas selecciones les dieron más problemas de los
previstos. A Alemania le costó mucho batir a Bolivia en el partido
inaugural (gol de Klinsmann), y España vio como Corea del Sur le
empataba el partido en el último minuto (2-2). El empate a uno obligaba a
alemanes y españoles a ganar sus respectivos partidos. Alemania estuvo cerca de correr la misma suerte que los hispanos ante los surcoreanos, y Bolivia fue un rival muy duro para España hasta la aparición inspirada de Caminero, que marcó dos de los tres goles ibéricos.
Maradona
fue de nuevo protagonista del Mundial, pero a su pesar. Perdió su
carrera en Nápoles al dar positivo por cocaína en una prueba antidopaje
en 1991. Tras varios avatares, consiguió presentarse en el Mundial de
1994 a las órdenes de Alfio “Coco” Basile para liderar a la selección
argentina, encuadrada en el Grupo D.
Los sudamericanos batieron sin contemplaciones a la debutante Grecia
(4-0), uno de los goles obra de Maradona. El “Pelusa” también fue
decisivo en la victoria ante Nigeria (2-1), pero en la prueba antidopaje posterior se le detectaron cinco sustancias dopantes. Maradona fue expulsado y sin él, Argentina pereció ante la sorprendente Bulgaria
de Stoitchkov, Sirakov, Kostadinov, Letchkov, Balakov... (y sin su
delantero Penev, ausente por convalecencia de un cáncer testicular). Los
búlgaros no habían conseguido ganar aún un solo partido en una fase
final y ahora lo hicieron ante Grecia y Argentina. Nigeria
fue aún más sorprendente. Las “Águilas Verdes” con Yekini, Amokachi,
Amunike, Okocha, Oliseh y Finidi –entre otros- se alzaron con el primer
puesto del grupo contra todo pronóstico.
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Nigeria fue una de las sensaciones |
El Grupo E fue el más igualado
de la historia de los Mundiales. Los cuatro equipos participantes
(Italia, México, Noruega e Irlanda) quedaron empatados con los mismos
puntos (4), con una victoria, un empate y una derrota cada uno, y con
igualdad en la diferencia de goles marcados y encajados. México fue primera por marcar tres goles y Noruega quedó eliminada por haber marcado sólo uno. La victoria irlandesa
ante Italia en Nueva York (con amplia presencia de emigrantes de ambos
países en las gradas) le dio el segundo puesto a los británicos. Italia
pasó como tercera... pero pasó una vez más a la siguiente fase, en la
que fiel a su estilo se transformaría en un equipo muy peligroso para
sus rivales.
El Grupo F,
por último, enfrentaba a los dos Países Bajos europeos (Bélgica y
Holanda) con las “exóticas” Marruecos y Arabia Saudí. Pese a su
voluntad, los magrebíes perdieron sus tres partidos y quedaron
eliminados. Holanda, Bélgica y Arabia Saudí
se ganaron entre sí y finalmente los neerlandeses fueron primeros, los
saudíes segundos y los belgas terceros. Sorprendió muy gratamente el
conjunto arábigo, cuyo jugador Al-Owairan
dio la victoria a su equipo ante Bélgica con una jugada inolvidable en
la que recorrió gran parte del campo sorteando rivales al más puro
estilo maradoniano hasta batir a Preud’homme en su salida.
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Bebeto supera a Lalas y Meola |
En los octavos de final se consumó la eliminación de la Argentina post-Maradona a manos de Rumania.
El golpe moral que para los sudamericanos supuso la sanción a Maradona
fue terrible y aunque lucharon mucho no pudieron vencer al equipo de Hagi. México y Bulgaria repitieron enfrentamiento de 1986. Los mexicanos vencieron por penaltis y en este partido se asistió al cambio de una de las porterías. Estados Unidos cayó honrosamente ante Brasil por un solitario gol de Bebeto. Alemanes, suecos y holandeses superaron a belgas, saudíes e irlandeses. España –sin Caminero y con una alineación llena de defensas- goleó a Suiza e Italia sorprendió a Nigeria en la prórroga gracias a dos destellos de calidad de su mejor jugador: Roberto Baggio.
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España vivió otra de sus habituales "tragedias" |
Los cuartos de final
respondieron a las expectativas. Suecia y Rumania se jugaron el pase a
semifinales a penaltis tras empatar a dos al final de la prórroga. El
veterano portero sueco Ravelli se erigió en héroe al detener dos lanzamientos rumanos. Brasil y Holanda ofrecieron un gran partido en Dallas. Brasil
se adelantó con goles de Romário y Bebeto (cuya celebración pasó a la
historia por pintoresca). Bergkamp y Winter empataron para los
neerlandeses y un chut de falta de Branco desequilibró la balanza. Bulgaria protagonizó la gran sorpresa del torneo al eliminar a Alemania por 2-1, y el Italia-España fue dramático. España fue superior, especialmente en la segunda mitad. Caminero empató el gol de Dino Baggio
y los españoles se lanzaron a por la victoria. Julio Salinas dispuso de
una gran oportunidad malograda con fortuna por el portero Pagliuca. En
un contraataque final, Roberto Baggio ejecutó a España. Con España volcada desesperadamente al ataque, el defensa Tassotti propina un codazo a Luis Enrique en el área que debió ser penalti, pero el colegiado húngaro Sandor Puhl
se negó a sancionar la jugada. Con Luis Enrique en la banda sangrando,
el partido se volvió loco y hubo todo tipo de agresiones consentidas por
parte y parte hasta que Puhl pitó el final. La FIFA sancionó
posteriormente a Tassotti pero –paradójicamente- concedió a Sandor Puhl
el honor de arbitrar la final.
Las semifinales Suecia-Brasil y Bulgaria-Italia fueron muy tensas y se resolvieron gracias a los goles de las estrellas brasileña (Romário) e italiana (Roberto Baggio).
Brasil e Italia se citaban de nuevo en la final, reedición de la
histórica de 1970, mientras los suecos golearon a los desmotivados
búlgaros en la final de consolación por 4-0.
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La desolación de Roberto Baggio |
El Rose Bowl de Pasadena, a las afueras de Los Ángeles, acogió la final
del Mundial con el mismo entusiasmo con el que acogió en su día la
inauguración o la clausura de los Juegos Olímpicos de 1994. La final Brasil-Italia
despertó una expectación enorme en todo el mundo que, a los pocos
minutos de juego, se vio defraudada. El miedo a perder y la escasez de
oportunidades deslucieron el encuentro. Tras finalizar sin goles tanto
el tiempo reglamentario como la prórroga, el título mundial se
resolvería por vez primera a penaltis. Los fallos iniciales de Franco
Baresi (Italia) y Marcio Santos (Brasil) fueron contestados por sendos
goles hasta que Taffarel detuvo el lanzamiento de Massaro. El gol
posterior del capitán sudamericano Dunga obligó a Roberto Baggio
a marcar para que Italia conservara sus opciones, pero como si de un
castigo mitológico se tratara, el mejor jugador del campeonato falló su
lanzamiento enviándolo a las nubes. Brasil se proclamó tetracampeona y
rompía un maleficio de 24 años.
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