Hoy
festejamos un cumpleaños ilustre. Cumple cincuenta
años el futbolista que marcó a toda una generación de aficionados durante
los años ochenta, que rompió con el canon futbolístico que venía imperando en
las temporadas precedentes y que llegó incluso a representar el cambio
sociológico de la sociedad española recién incorporada a la Comunidad Económica
Europea. Un muchacho bajito y rubio que opuso la técnica a la táctica, el
talento ante el músculo y el fútbol vistoso, combinativo y de ataque frente al
imperio de la defensa y el fútbol-fuerza.
Con la
perspectiva que nos da el paso del tiempo y la evolución de los hechos, su
figura no ha hecho más que agrandarse. Podemos afirmar sin miedo a error que la
figura de este menudo y atípico futbolista entendido en arte y que practicaba
yoga se adelantó una generación natural a sus congéneres, profetizando un tipo
de fútbol que habría de convertir en un futuro a la Selección Española en
campeona del Mundo. Como Juanito o Fernando Martín, de quienes ya hemos
hablado, su carisma trascendió el ámbito del madridismo para ser admirado y
respetado por cualquier aficionado al fútbol y al deporte, sea del equipo que
sea. Hoy homenajeamos a Emilio
Butragueño.
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En el nido
Emilio Butragueño Santos viene al mundo en el hospital
Nuestra Señora del Rosario de Madrid el 22 de julio de 1963, como segundo hijo
del matrimonio formado por Emilio (padre) y Pilar. Tiene una hermana mayor
llamada como su madre. La familia Butragueño es una familia cristiana y tradicional
con un plan fijo para los domingos. Por las mañanas a misa, y luego al fútbol.
Emilio Sr. se dedicaba al mundo de la perfumería aunque de joven había sido
futbolista en clubes no profesionales. Forofo del Real Madrid, no dudó en hacer socio madridista a su hijo a la
mañana siguiente de su nacimiento.
El pequeño Emilio fue un niño muy aplicado en los
estudios, y llamaba la atención de sus profesores por su carácter tímido y bien
educado. También lo hacía por su temprana afición a practicar varios deportes.
No faltaba a los partidillos de fútbol con sus compañeros en el recreo, como
tampoco hacía ascos al baloncesto o al atletismo por ejemplo. Demuestra gran
habilidad especialmente en la práctica de fútbol
y de baloncesto.
Butragueño ingresa con diez años de edad (1973) en el Colegio Calasancio. El responsable
deportivo del colegio, José Antonio Sacristán, le propone incorporarse al
equipo infantil de baloncesto. Por su corta estatura ejerce de base y desarrolla
grandes cualidades para el puesto. A imagen del Real Madrid de mediados de los
setenta, sus compañeros le apodan “Corbalán” (En aquellos años joven base del
equipo madridista). Pese a sus buenas dotes para el deporte de la canasta,
Emilio termina por abandonar. Los equipos de baloncesto del Colegio Calasancio
disputaban sus partidos en domingo, hecho que impedía al muchacho desplazarse
con su familia como cada fin de semana a su chalet de Las Navas del Marqués y
le forzaba a quedarse en el piso de Madrid. Por contra, los equipos de fútbol
del colegio solían jugar en sábado. Emilio sustituyó las canastas por las
porterías. Un hecho aparentemente trivial que tendría importantes consecuencias
en el futuro.
Tres en el Castilla: Butragueño, Martín Vázquez y Pardeza |
En sus primeros partidos “serios”, el joven Emilio
Butragueño comienza jugando como centrocampista organizador. Su escasa
presencia física (es un muchacho bajito y menudo al que es fácil derribar en un
choque cuerpo a cuerpo) le deja en desventaja con la mayoría de sus rivales y
su entrenador decide adelantar su posición a la de delantero, alternando la demarcación
de extremo izquierda con la de delantero centro para aprovechar sus cualidades
técnicas y su sorprendente facilidad para el regate en corto. El cambio es
positivo. Butragueño comienza a deslumbrar en los campos de fútbol. Sus
primeros goles, sus primeras tardes de gloria doméstica. Entre otros logros,
consigue con el Colegio Calasancio el subcampeonato amateur de Madrid en 1980.
Por aquel entonces tiene lugar la primera prueba
de admisión de Emilio en el Real Madrid, en la que no resulta admitido. La
influencia de su padre, amigo de varios miembros del cuerpo técnico de cantera
del Real Madrid como Juan Felipe y Juan Gea, resulta decisiva para que el joven
Butragueño disponga de una nueva oportunidad de ingresar en el club blanco. A
ello se une el interés que el Atlético
de Madrid parece tener en su fichaje. La segunda prueba es satisfactoria.
Además de las pruebas técnicas, Emilio disputa un partido con el Castilla
juvenil A en San Lorenzo del Escorial el día de la Asunción de 1981. El
Castilla vence por 7-0. Butragueño no marca pero realiza un gran partido en el
que da varios pases de gol y desarbola a la defensa local. Días después, firma
su primer contrato como jugador amateur de la plantilla blanca.
Primeros vuelos
Un típico dribbling del Buitre |
Con la tinta de su firma aún fresca sobre el papel,
Butragueño juega por primera vez en el Santiago
Bernabeu, disputando con un Real Madrid plagado de reservas y amateurs el
trofeo homónimo frente al AZ holandés. El joven Emilio, recién salido del
servicio militar, salta al campo a falta de un cuarto de hora con 0-1 para el
AZ. Tras varias jugadas de mérito que despiertan al aburrido respetable de su
siesta, consigue empatar. Es su primer gol en el coliseo merengue.
Reproducción del artículo de J.C. Iglesias |
El mítico extremo derecha del Real Madrid Amancio Amaro se hace cargo del
banquillo del Castilla en la temporada 1982-83. Amancio deposita su confianza
en Butragueño y el rubito no le defrauda. Juega todos los encuentros de la
temporada y alcanza la notable cifra de trece goles, la mayoría de ellos
marcados en la segunda vuelta de la Liga. El Castilla finaliza el campeonato
liguero en sexta posición. El proyecto de cantera se consolidará al año
siguiente. A los Míchel, Chendo, Ochotorena, Juliá, Pardeza y el propio Butragueño
se suman nuevos jugadores que destacan rápidamente: Rafael Martín Vázquez y
Manolo Sanchís, hijo éste último del célebre defensa del Real Madrid de los
sesenta. La compenetración de este equipo es total y fruto de ella llegan los
buenos resultados. Butragueño se erige en protagonista gracias a una gran racha
goleadora. Una semana después de que el Castilla goleara por 6-1 al filial del
eterno rival (el Atlético Madrileño) con tres goles de Butragueño el periodista
Julio César Iglesias publica en su
columna del lunes 14 de noviembre de 1983 en “El País” un artículo titulado “Amancio y la quinta del Buitre”, en el
que ensalza la calidad de Butragueño y otros cuatro compañeros (Míchel, Pardeza, Sanchís y Martín Vázquez) invitando a Alfredo Di
Stefano a hacerles debutar en el primer equipo que dirige. Para darle más
razón, Butragueño debuta al día siguiente con la Selección Española Sub-21 ante Holanda, marcando el gol de
la victoria. La quinta velocidad de Butragueño a la que se refiere Julio César
Iglesias en su artículo, la Quinta de canteranos madridistas que aporrean la
puerta del primer equipo pidiendo paso. Bien por la exhortación del periodista
o por la previa y positiva experiencia de un caso similar que vivió siendo
entrenador del River Plate, Di Stefano empieza a convocar uno por uno a esos
jugadores para debutar con el Real Madrid.
Cuando van consumidas dos terceras partes de la
temporada, Di Stefano convoca a Emilio Butragueño para debutar con el primer
equipo. De los cinco jugadores de la “Quinta del Buitre” es el último en
hacerlo. Debuta el 5 de febrero de 1984 sustituyendo a Sanchís
en el descanso del Cádiz-Real Madrid disputado en el Ramón de Carranza. El
Madrid pierde por 2-0. Al cuarto de hora El Buitre marca el 2-1 con un disparo
raso y cruzado. Lanza poco después un balón al larguero. Colabora en el empate
marcado por Gallego a falta de dos minutos y en la jugada siguiente, una vez
recuperado el balón, aprovecha un rechace del portero Cedrún a un lanzamiento
previo para marcar el gol de la victoria. Butragueño debuta en el Real Madrid
en partido oficial de manera brillante y pasa de inmediato a engrosar la
primera plantilla del club merengue. Mientras sus compañeros del Castilla
apuntalan el campeonato de Segunda División, Butragueño permanece imbatido en
la tabla de goleadores y termina como máximo goleador de Segunda formando parte
ya del equipo en Primera.
El joven Butragueño tuvo una gran acogida en el vestuario gracias a veteranos como Juanito |
Al final de esa misma temporada a Butragueño le aguarda
una agradable e inesperada sorpresa. La Selección
Española absoluta va a disputar la fase final de la Eurocopa 1984 en
Francia. En un encuentro amistoso previo ante Hungría, el delantero bético
Hipólito Rincón se lesiona de cierta gravedad y ha de ser sustituido en la
convocatoria definitiva. El seleccionador Miguel
Muñoz elige como sustituto de Rincón a Butragueño, en una decisión
arriesgada que le conlleva no pocas críticas. El muchacho tan sólo ha disputado
diez partidos en Primera División y, aunque es un jugador de innegables
cualidades la prensa clama por jugadores más experimentados ante una cita tan
trascendental. Muñoz, que ha seguido la vertiginosa trayectoria de Butragueño
desde el filial, se mantiene firme en su decisión y Emilio se incorpora a la
concentración. No disputará ni un sólo minuto de aquella fase final de 1984 en
la que España alcanza el subcampeonato europeo, pero la experiencia le resulta
muy enriquecedora. Hace buenas migas con la mayoría de internacionales,
especialmente con su compañero de habitación Rafael Gordillo, futuro madridista. El debut con la Selección Española absoluta esperará hasta el mes de octubre,
cuando participe como titular en el oficial España-Gales jugado en el estadio
Benito Villamarín de Sevilla. El Buitre marca en el último minuto el 3-0
definitivo.
Consagración ante el Anderlecht
Uno de los días de gloria de Butragueño: 12-12-1984 ante el Anderlecht |
Para entonces pierde temporalmente la titularidad en el
Real Madrid por su sequía goleadora. Amancio es ahora el entrenador del primer
equipo y pese a convocar a Butragueño como suplente en los últimos encuentros
le alineará de titular de nuevo en un partido comprometido ante el RSC Anderlecht belga, en partido de
vuelta de octavos de final de la Copa de
la UEFA. El Real Madrid viene de perder por 3-0 en Bruselas y precisa a
todos sus delanteros para alcanzar el objetivo de ganar por cuatro goles. El
club belga era por entonces importante en el concierto internacional. En sus
filas jugaban futbolistas de alto nivel como Scifo, Vercauteren, Morten Olsen, Arnesen
o Grün, y la papeleta para el Real Madrid no era sencilla. Pero aquel 12 de diciembre de 1984 todo se alineó
a favor del club blanco. Apenas iniciado el partido, Sanchís marca el 1-0 y
pasado el cuarto de hora, Butragueño inicia su festival marcando de cabeza y
libre de marca el 2-0. Antes del descanso, Valdano marca otros dos goles a pase
de Butragueño. Entre medias, Frimann marca para el Anderlecht forzando al Real
Madrid a marcar un quinto gol. El menudo y joven delantero madridista aplasta
cual David bíblico al Goliat bruselense, enloqueciendo a las repletas gradas
del Bernabeu. Recién iniciado el segundo tiempo, Butragueño marca dos goles
más. Los 40 minutos restantes son un trámite en
el césped y una fiesta en la grada. 6-1. El Real Madrid clasificado para cuartos de final.
Butragueño convertido en un ídolo y el Santiago Bernabeu patas arriba. Los ecos
de su exhibición ante el Anderlecht resuenan por toda Europa y nuestro
protagonista se convierte en objeto de deseo de los principales clubes del
Viejo Continente. A todos les parece imposible que un partido de semejante
envergadura fuera protagonizado por un muchacho de sólo 21 años.
En un Madrid-Barça ante Calderé |
Butragueño recupera la titularidad y vuelve a marcar
goles habitualmente. Se consolida en la Selección Española y aunque falla en
Liga, el Real Madrid ganará finalmente la Copa
de la UEFA tras eliminar al Tottenham en cuartos, al Inter de Milán en semifinales,
y al sorprendente Videoton húngaro en la final a doble partido. La publicación
deportiva italiana “Guerin Sportivo” le elige como ganador de su trofeo “Bravo” que premia al mejor futbolista
sub-23 de Europa. Repetirá al año siguiente.
La temporada 1985-86 es casi un calco de la anterior con
una diferencia: Con el también ex jugador Luis Molowny como nuevo entrenador el
Real Madrid se refuerza con jugadores clave en puestos importantes (Gordillo,
Maceda y el goleador mexicano Hugo Sánchez) y conquista el campeonato de Liga
tras cinco temporadas de sequía. Con Hugo
Sánchez como delantero centro, Butragueño desplaza su posición y se libra
de la responsabilidad del gol. A cambio, regalará al mexicano decenas jugadas y
centros que le convertirán en máximo goleador liguero en las siguientes
campañas con cifras record. Reedita el título de campeón de la UEFA ante el
Colonia alemán y asume el rol de joven figura de la Selección Española que
afronta la fase final del Campeonato del Mundo de 1986 en México.
Butragueño destaca dentro y fuera de los campos de fútbol
por hacer añicos el cliché preestablecido sobre el futbolista. Menudo y
delgado, pierde en los choques pero su extraordinaria habilidad para el regate
y su visión de juego suplen su carencia física. A menudo parece “ido” del
partido y, de repente, el balón llega a sus pies y su jugada lo decide. Suele
adormecer el balón entre sus pies, con los brazos pegados al cuerpo, para salir
disparado con el balón pegado a su bota dejando clavado a su defensor. Los
especialistas bautizan esta clásica jugada de Emilio como el “amague neutro”. Si sobre el césped su
juego se apoya en la sutilidad, la inteligencia, la astucia y la templanza de
carácter en los momentos decisivos ante jugadores fuertes y ciclotímicos no es
menos rompedora su imagen exterior. La cortesía y educación con la que trata a
la prensa o a los equipos rivales pese a su insultante juventud le aporta un
aura aristocrática. A algunos les llega a parecer incluso petulante. Cuando
trascienden sus inquietudes culturales o que practica con frecuencia casi
diaria el yoga y otras técnicas de meditación y uno repara en su profesión y su
edad los esquemas tradicionales se resquebrajan. Inequívocamente madridista, no
le duelen prendas en reconocer que el jugador que más le ha inspirado ha sido Johan Cruyff. El Buitre es, en todos
los sentidos, una “rara Avis”.
Butragueño ante el capitán danés Morten Olsen, 18-06-1986 en Querétaro (Mundial México 1986) |
México lindo y querido (o Aquella tarde en Querétaro)
Miguel Muñoz convoca para México a un conjunto de jugadores de entre los cuales sólo dos (el
capitán Camacho y el portero del Barcelona Urruticoechea) han cumplido treinta
años. Jugadores veteranos como Santillana y Arconada han quedado descartados y
Butragueño, conocido en toda Europa por su famoso partido ante el Anderlecht,
es la figura atacante del equipo y el hombre más reconocido de la Selección. Le
acompaña Míchel como miembro de la “Quinta del Buitre”, pero Sanchís queda
fuera por lesión. España queda encuadrada en el Grupo D con Brasil, Irlanda del Norte y Argelia. Pierde ante Brasil
en un partido marcado por los errores arbitrales del colegiado australiano
Bambridge pero gana los otros dos encuentros. En el primero de ellos,
Butragueño marca su único tanto a los 69 segundos de partido. El Buitre no ha
brillado hasta ahora como de él se espera y en octavos de final sus habilidades
serán muy necesarias. El cruce de octavos de final como segunda de grupo D
enfrenta a España con el campeón del grupo E. Se espera a la RF Alemana pero Dinamarca gana a los alemanes en un
gran partido por 2-0. Los daneses son viejos conocidos, muy buenos y tras la eliminación
en semifinales de la pasada Eurocopa le tienen ganas a España. Sus principales
jugadores son su delantero centro Elkjaer-Larsen
(jugador del Verona italiano, aúna fuerza, velocidad y calidad) y Michael Laudrup (joven mediapunta con
extraordinaria visión de juego). Han ganado los tres partidos de su grupo y
tras vencer a los vigentes subcampeones mundiales han cobrado vitola de
candidatos al título mundial. Elkjaer-Larsen es ahora mismo el máximo goleador
del campeonato con cuatro goles. Tres de ellos en el Dinamarca-6 Uruguay-1. Las
apuestas se decantan claramente del lado danés. El partido se disputará en Querétaro, a las cuatro de la tarde
hora local del 18 de junio de 1986.
El estadio de La Corregidora aparece poblado de banderas
españolas. No en vano la presencia emigrante de España es muy numerosa en la
meseta central mexicana. El ambiente es muy favorable a la Selección Española y
anuncia algo mágico. El partido da comienzo. Tras un par de ocasiones de España
los daneses van comiendo terreno a los españoles e imponen su superioridad
técnica. Fruto de sus acometidas al área consiguen forzar un penalti que
transforma en gol Jesper Olsen hacia
la media hora de juego. Pero a Dinamarca le dura poco la ventaja. Un
inexplicable error del propio Jesper Olsen despejando un balón desde la banda
al centro de la defensa es interceptado por Butragueño, que aparece de la nada para batir al sorprendido
portero Högh. España empata a uno al filo del descanso y el guión de la
película va a cambiar. Lo escribirá el propio Butragueño.
Eloy Olaya, delantero
del Sporting de Gijón de características parecidas a las del delantero
madridista, sustituye a un desafortunado Julio Salinas. El cambio dará buenos
efectos. Elkjaer-Larsen está a punto de marcar para Dinamarca tras gran jugada
personal pero quien marcará será Butragueño.
De cabeza, libre de marca, en jugada ensayada tras saque de corner. El gol
desequilibra la eliminatoria. Butragueño se erige en figura imparable y
enloquece a los defensas daneses, una y otra vez superados por sus regates, sus
combinaciones y por su velocidad. En una de sus carreras Butragueño es
derribado en el área provocando un nuevo penalti, esta vez favorable a España. Andoni Goicoechea bate de fuerte
disparo a Högh y marca el 3-1. Dinamarca se hunde moral y físicamente, y fruto
del caos España fulminará a los daneses a la contra. Una conducción de Míchel
acabará en Eloy, que asistirá a Butragueño
para marcar a placer el 4-1, tercer tanto de su cuenta de la tarde. Con la
eliminatoria sentenciada, los daneses vencidos y ante el delirio del público
pro-español en el graderío, llega la última jugada del partido. Butragueño cita
al defensa en el área grande cual torero y tras regatearle el defensa le
zancadillea. Nuevo penalti y, esta vez, lo lanzará el propio Emilio a
indicación de sus compañeros. Butragueño
lanza y anota. 5-1. Cuatro goles del
Buitre. España a cuartos de final. La ilusión se desborda. La puerta al título
mundial se abre de repente. Con sus cuatro goles en un sólo partido, Butragueño
iguala el record de goles en un sólo partido en un Mundial, se pone al frente
de la lista de goleadores y se erige junto con Maradona como gran estrella del campeonato. En España, a altas
horas de la madrugada, se festeja alocadamente la victoria. Es el día cumbre de
su carrera.
Desgraciadamente, todo lo que salió bien en el encuentro
de octavos saldrá mal en cuartos ante Bélgica
en Puebla. España domina pero es incapaz de marcar. Un error defensivo debido a
la ausencia de los defensas centrales titulares (Maceda y Goicoechea) brinda a Ceulemans el gol de Bélgica. A falta de
cinco minutos para el final, un gran chut lejano de Señor iguala el encuentro ante el delirio del estadio Cuauhtémoc,
como La Corregidora totalmente volcado con los españoles. La prórroga no
resuelve nada y se llega a la tanda de penaltis, donde el portero belga Pfaff
detiene el único lanzamiento errado a Eloy. No obstante, la imagen de la
Selección Española en México enmienda el fiasco del anterior campeonato en el que
España fue la anfitriona fracasada. Butragueño es tras el inglés Lineker el máximo goleador, y junto a
él y a Diego Armando Maradona conforma la delantera del equipo ideal de
México’86. Su trascendencia es global y, como en el famoso gag de Emilio
Aragón, basta nombrar España a cualquier extranjero para que te respondan
“Butragueño”.
El éxito liguero del Real Madrid, con Butragueño y Hugo
Sánchez en punta, se prolongan durante las cuatro siguientes temporadas. La
Quinta del Buitre en general y Butragueño en particular son el eje sobre el que
gira el Real Madrid, y también la Selección Española post-México. Vive en este
período sus mayores éxitos deportivos con su club con una sola cuenta
pendiente: La Copa de Europa,
competición en la que sucesivamente el Bayern Munich, el PSV Eindhoven y por
dos veces el Milán impiden a los madridistas recuperar el trono de Rey de
Europa. Es en un partido de Copa de Europa ante el PSV Eindhoven cuando el
entrenador holandés Leo Beenhakker
decide relegar a la suplencia a Butragueño en favor de Paco Llorente. Se
produjeron especulaciones de todo tipo que el silencio del Buitre (para algunos por buena educación y para
otros callar por prudencia) no hizo más que aumentar. Que si hubo una
discusión entre Beenhakker y Butragueño, que si Butragueño y sus compañeros de
la Quinta se quejaron al presidente Ramón Mendoza del trato de Beenhakker... (Estas polémicas sacuden cada cierto tiempo
al club. Véase el aún reciente caso Casillas-Mourinho) Durante estas
temporadas triunfales hubo momentos para todo, desde un gol imposible marcado
al Cádiz en Copa (en el que en un palmo de terreno y pegado a la línea de fondo
dribló a varios defensas para terminar marcando gol) hasta una curiosa anécdota
con un calzón roto y un oportuno reportero gráfico que inmortalizó sus
genitales en pleno partido.
La Quinta del Buitre al completo en Zaragoza (1993): Butragueño, Pardeza, Míchel, Sanchís y Martín Vázquez |
Replegando las alas
Tras la eliminación en la Eurocopa de la RF Alemana en
1988, Miguel Muñoz dio paso a Luis
Suárez como nuevo seleccionador nacional español. Tras la retirada del
equipo nacional de su compañero José Antonio Camacho, El Buitre tomó el
brazalete de capitán de España. La clasificación para el Mundial de Italia de
1990 fue relativamente cómoda pero una vez en la fase final las cosas ya no
salieron tan rodadas. Butragueño no encontraba el gol y languidecía sobre el
césped, mientras sus compañeros de la Quinta Rafael Martín Vázquez y Míchel
cobraban protagonismo. Ante Yugoslavia,
en octavos de final, se repite la historia del España-Bélgica de México’86.
España domina pero los balcánicos resisten e incluso se acercan al contraataque
cada vez con mayor peligro. Butragueño estuvo a punto de clasificar a España
para cuartos con un cabezazo que envia el balón al poste. Dos grandes acciones
de Dragan Stojkovic clasificaron a
Yugoslavia y eliminaron a España tras una prórroga. La decepción fue muy grande,
y fue a peor cuando España no consigue clasificarse para la Eurocopa de
Suecia’92 (fue la única ausencia de la Selección Española en una fase final
desde 1976 hasta hoy). Butragueño, que había sido máximo goleador de Liga con
el Real Madrid la temporada anterior, veía como era desplazado de la Selección
por el nuevo entrenador, Javier Clemente,
junto con los otros componentes de su célebre Quinta. El vasco era conocido por
defender un tipo de fútbol frontalmente opuesto al que encarnaba El Buitre. En
total, Emilio Butragueño disputó 69 partidos internacionales y marcó 26 goles,
record que se mantuvo durante una década. Con su defenestración del equipo
nacional, con sólo 29 años, comienza el declive del Buitre.
Con Valdano, en los Premios Ppe de Asturias |
En la competición de clubes, el Barcelona entrenado por Johan Cruyff desplaza asimismo al Real
Madrid del primer puesto. En dos temporadas consecutivas, el Real Madrid y el
Barcelona se juegan la Liga en la última jornada, visitando los madridistas al Tenerife. El conjunto isleño, dirigido
en la segunda ocasión por el ex-compañero de Butragueño Jorge Valdano, derrota al Real Madrid y el Barcelona consigue el
título. En 1994 Jorge Valdano se hace cargo del banquillo madridista y para
pasmo de muchos, decide relegar a Butragueño no a la suplencia sino fuera de
las convocatorias mientras da la alternativa a un muchacho de 17 años llamado Raúl, que viste el dorsal número 7 que
durante los últimos diez años ha llevado nuestro protagonista. Vuelven los
rumores y las especulaciones asegurando el deterioro de la relación
Butragueño-Valdano, hasta entonces muy cordial. El contrato de Butragueño
expiraba al final de aquella temporada y quien fuera el ojito derecho del
madridismo durante el último decenio decide emigrar. Es objeto de grandes homenajes y reconocimientos, incluido
un partido en su honor en el que Hugo Sánchez y Gordillo regresan al Bernabeu
ex-profeso para jugar junto a su amigo. El rival es la Roma de un jovencísimo
Totti. El Real Madrid vence 4-0 y Butragueño se despide de su público. Es aún
relativamente joven (31 años), pero abandona el club como si se tratara de un
gran veterano: Con la admiración de todos, pero sin apenas minutos para jugar.
Celaya, el último zarpazo
En el Celaya con Míchel (izq.) y Hugo Sánchez |
Cuando todo el mundo da por hecho su marcha al fútbol
japonés, Emilio Butragueño regresa al país donde se lanzó al estrellato
mundial: México. Un país en el que se habían retirado futbolistas españoles
míticos en los setenta como Pirri y Asensi. Se enrola en el Atlético Celaya y tras una gran
temporada el club blanco alcanza la final del campeonato mexicano que pierde
ante el Necaxa (en el partido de vuelta
disputado en el Estadio Azteca se produce una curiosa imagen: Antes del
encuentro suena el himno mexicano y todos los jugadores saludan al himno “a la
mexicana”, con el brazo recto sobre el pecho. Todos menos Butragueño, que
permanece con los brazos pegados al cuerpo y que escucha el himno formando “a
la española”) El Buitre triunfa en
México como un fenómeno social, ganándose el apelativo de “El caballero de la
cancha” por su cortesía para con sus compañeros, rivales y colegiados. Atraerá
a su vez a varios futbolistas veteranos compatriotas a la liga mexicana para
prolongar sus carreras o finalizarlas (Carlos, Baquero, Guardiola...) Sus grandes amigos y compañeros Míchel y Hugo
Sánchez compartirán vestuario con él en siguientes campañas, así como otros
jugadores españoles como Rafa Paz, Manjarín y Bango defenderán posteriormente la
camiseta blanca del Celaya. Butragueño pone fin a su carrera profesional el 5
de abril de 1998, con treinta y cuatro años con una emotiva despedida que le brindan los aficionados mexicanos.
Una vez retirado, completa sus estudios de Empresariales
con el título de Gestor de Entidades Deportivas de la universidad de UCLA
(Estados Unidos) y se vincula al proyecto de Florentino Pérez. Bajo su presidencia ocupa cargos directivos en el
Real Madrid. Primero como director deportivo, después como director de
relaciones institucionales. Además, ha sido embajador de la UEFA para la final
de la Copa de Europa de 2010 disputada en el Santiago Bernabeu. Su afinidad con
el actual mandatario madridista es tal que en una conferencia pronunció una
frase que dio la vuelta al mundo futbolístico: “Florentino
es un ser superior”. Al igual que otros destacados deportistas españoles de
la época, su popularidad se tradujo en imagen para varias campañas publicitarias
y/o con fines benéficos (Muchos oímos por primera vez las palabras
“Organizaciones No Gubernamentales” de su viva voz). Es uno de los pocos
futbolistas de élite que puede presumir de no haber sido expulsado en ningún
partido en toda su carrera.
Hoy Emilio Butragueño cumple cincuenta años.
Ficha:
Nombre: Emilio Butragueño
Santos
Fecha y lugar de nacimiento: 22-07-1963 en Madrid
(ESP)
Talla y peso: 1.70m / 63 Kg
Demarcación: Delantero
Equipos profesionales:
-
Real
Madrid (1984-95)
-
At.
Celaya (MEX) (1995-98)
Internacional: 69 partidos y 26
goles con España (1984-92)
Títulos:
a)
Con el Real Madrid
-
6 Ligas (1986, 1987, 1988, 1989, 1990, 1995)
-
2 Copas (1989, 1993)
-
4 Supercopas (1988, 1989, 1990, 1993)
-
1 Copa de la Liga (1985)
-
2 Copas de la UEFA (1985, 1986)
-
1 Trofeo “Pichichi” (Máx. Goleador Liga Española) (1991)
b)
Con el At. Celaya
-
Subcampeón Liga Mexicana (1996)
c)
Con la Selección Española:
-
Subcampeón Eurocopa (1984)
-
Subcampeón Cto. Europa Sub-21 (1984)
d)
Menciones individuales:
-
2 Trofeos “Bravo” (Mejor jugador Sub-23 Europa) (1985,
1986)
-
1 Bota de plata (2º máx. goleador Mundial México 1986)
-
2 Balones de Bronce (3º clasificado Balón de Oro) (1986,
1987)
Videoteca on-line
sobre Emilio Butragueño:
Butragueño:
La leyenda (Documental 66 minutos, español)
Real
Oviedo-Castilla, 1984 (de los últimos partidos de Butragueño con el Castilla)
Butragueño
regresa al Carranza, donde debutó (3 minutos)
El
célebre gol de Butragueño al Cádiz
Resumen
España-Dinamarca, Mundial México 1986 (9 minutos)
Retirada
de Butragueño (At. Celaya, 1998, 5 minutos)
Entrevista
a Butragueño, 2013 (26 minutos)
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