Inauguramos nueva sección de “Mitos”, en esta ocasión dedicada al mundo del ciclismo. Por aquí irán pasando poco a poco los grandes héroes del pelotón de todos los tiempos. Para empezar aprovechamos el 55 cumpleaños de mi primer héroe ciclista. Ese corredor al que seguía cuando empecé a interesarme por el ciclismo cuando mi estatura aún no llegaba a la del sillín de cualquier bicicleta de adulto. Y ese no es otro que el inolvidable y carismático Marino Lejarreta.
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Marino Lejarreta viene al mundo en Bérriz (Vizcaya), el 14 de mayo de 1957. Algunos dicen que en el País Vasco se lleva la bicicleta en la sangre y la familia Lejarreta no fue una excepción. Sus hermanos mayores, los gemelos Ismael y Néstor, también eran ciclistas. Ismael pasó a profesionales y fue un corredor destacado en los primeros años ochenta, pero a la larga quedó eclipsado por su hermano pequeño Marino. Saltó a profesionales en 1979 y destaca ya desde edad juvenil por su gran rendimiento en los puertos de montaña. Con el tiempo y la experiencia, su clase y su constante cadencia de pedaleo harán también de él un más que correcto contrarrelojista en la madurez de su carrera profesional. Su figura delgada, más de lo ya habitual en un ciclista, le hace ganarse el apodo de “El Junco de Bérriz”.
Marino en su año de "neo-pro" (1979) |
Hablar del ciclista Marino Lejarreta no es solo hablar de sus triunfos, es hacerlo sobre un estilo de ciclista. Era el suyo un ciclismo valiente hasta el heroísmo, un tipo de corredor de los que se ponen delante cuando la carretera tira para arriba y los puertos son de entidad, y capaz de asumir las responsabilidades que da la clasificación general si viene al caso. Pese a ello, Marino siempre adoleció de cierta falta de ambición que impidió su consagración como vencedor en grandes vueltas. Puede presumir en su palmarés de la Vuelta a España de 1982 pero nunca lo hace. Siempre lamentó que su triunfo en la Vuelta 1982 fuera debida a la descalificación por dopaje de un colega (Ángel Arroyo). Su expresión facial apenas variaba, incluso en los momentos de mayor sufrimiento sobre la bicicleta, una muestra de su gran clase. Y eso que subiendo alguna que otra rampa le dieron ganas de bajarse del sillín. Según confesó hace años, en esos momentos subía “de curva en curva”: “Cada vez que veía la curva al final de la recta me decía: ahí me bajo. Y después, en la siguiente, y en la siguiente...”
Pese a que destacó en varias clásicas y que fue un asiduo del Campeonato del Mundo es de hecho esa faceta suya como corredor de las grandes: (Vuelta, Giro y Tour que por ese orden se corrían hasta 1995) la que permanece en el recuerdo de los aficionados y le “encasilla” como ciclista. Además, para muchos fans de la bicicleta representa el nexo de unión entre la época postclásica (post-Merckx más concretamente) en la que se iba “a bulto” y la era Indurain, en la que la tecnología y la nutrición pormenorizada se hicieron hueco en el ciclismo.
Disputó la Vuelta a España en once ocasiones. Ganó la de 1982, fue segundo en 1983 y tercero en 1991. Abandonó en 1984 y 1988 (sus únicos abandonos en grandes vueltas). Fue líder en siete etapas (3 en 1982 tras la descalificación de Arroyo y 4 en 1983) y ganó cinco etapas. Comenzó siendo un escalador con gran futuro y terminó siendo el escudero de lujo de Melchor Mauri. En esta última edición de 1991 partía como jefe de filas de la ONCE, pero supo ser humilde y ayudó a Mauri en tanto eventual líder de carrera, protegiéndole de los ataques de Miguel Indurain (inminente ganador del Tour). Gran responsabilidad del triunfo final de Mauri le cabe al trabajo de Marino.
Asturias fue el escenario de muchas de las victorias de Marino Lejarreta. Sin ir más lejos, su primera victoria de etapa como profesional tuvo lugar en la Vuelta a Asturias de 1980, en la cuarta etapa (Luarca-Lugones, de 179kms, del 17 de junio). Marino saltó del pelotón en La Rebollada y consiguió llegar en solitario tras más de cuarenta kilómetros de fuga en solitario. Dos años después ganaría en Pola de Laviana la segunda etapa de la Vuelta a los Valles Mineros’82, el 22 de mayo. En una etapa marcada por la niebla y tras una fuga en la que sufrió dos caídas (bajando La Colladona y La Casilla), Marino llegó en cabeza en solitario por delante de Cima. Al día siguiente, en la etapa con final en Pajares, se vio obligado a abandonar renqueante y dolorido tras las caídas de la etapa anterior. Pero los aficionados locales nunca olvidarán aquella exhibición de hace ahora treinta años. En la llegada a Pajares, su hermano Ismael fue segundo tras Ángel Arroyo. Además, el Naranco sería su cima talismán tras ganar dos Subidas al monte ovetense (1981 y 1986) y la cronoescalada de la Vuelta a España de 1986.
Marino en los Lagos de Covadonga (1983) |
Pero si hay en Asturias una cima ligada al nombre de Marino Lejarreta es la de los Lagos de Covadonga, ya que fue el ganador de su primera ascensión en la Vuelta a España de 1983. Aquella fue una edición inolvidable de la Vuelta. Además de la participación de Bernard Hinault hubo un sin fin de alicientes (varios líderes a lo largo de las 19 etapas, clasificación de varios corredores en los primeros puestos en un puñado de segundos, opciones serias de desbancar al campeonísimo francés y la presentación de credenciales de futuras figuras patrias como Julián Gorospe y especialmente Pedro Delgado, que empezaron a asomar la cabeza por los puestos de privilegio de la clasificación... y todo ello por primera vez televisado en directo). La primera etapa con final en los Lagos de Covadonga tuvo lugar el lunes 2 de mayo de 1983. Era la 13ª etapa, con salida en Aguilar de Campoo.
Al llegar al pie de puerto en Covadonga iban escapados Carlos Machín y el belga Rudy Pevenage, con unos cinco minutos de ventaja sobre el pelotón. Cuando el gran grupo llega a Covadonga y da la curva de casi 180º que da inicio a la subida Marino demarra. Hinault y el entonces líder Alberto Fernández saltan en su busca pero no consiguen enlazar con él. Marino sube disparado y la ventaja con respecto al grupo perseguidor que conforman Hinault, Pedro Muñoz, Julián Gorospe, De la Peña y Alberto Fernández crece. Mediado el puerto Lejarreta alcanza a Pevenage, que había cedido ante Machín. Éste, en una heroica ascensión al límite de sus fuerzas, continuaba en cabeza pero Marino se le iba echando encima metro a metro. Lejarreta dio alcance a Machín a unos dos kilómetros de la llegada, cerca ya del lago Enol. Le sobrepasó inmediatamente para afrontar en solitario las últimas rampas. La bajada al Enol y la subida al Ercina. Marino inscribió su nombre como el primer ganador de una cumbre que ya era mítica por los acontecimientos de la historia allí sucedidos y que desde entonces también iba a ser mítica para el ciclismo con una ventaja final de 1’11’’ sobre Bernard Hinault, 1’15’’ sobre Alberto Fernández, Julián Gorospe y Pedro Muñoz y 1’40’’ sobre Carlos Machín. Su hermano y compañero de equipo Ismael fue 14º a 3’34’’. Alberto Fernández conservaba el liderato pero Marino Lejarreta adelantaba a Bernard Hinault. El por entonces tetracampeón del Tour de Francia llegó a meta desfondado, asombrado por la dureza de los Lagos de Covadonga (dijo en meta que había sido más duro que subir el Alpe D’Huez), alabando la valentía de Marino y cabreado con sus compañeros de grupo por no ayudarle a dar caza al de Bérriz.
Subiendo con Alberto Fernández (1985) |
Después vendría la famosa etapa de Ávila, en la que Marino y Vicente Belda fueron los únicos que aguantaron el ataque del campeón francés, que se llevaría aquel año el triunfo final. Pero esa es otra historia que contaremos más adelante...
Escultura de Marino en La Manzaneda, obra de R. Urrusti |
Marino Lejarreta dejó huella en el Principado. Tiene una peña ciclista bajo su advocación en La Manzaneda, población a pocos kilómetros de Oviedo en la ascensión al puerto homónimo, en la que hace pocos años se instaló una escultura en su honor. En el habitual paso de la Vuelta a España por La Manzaneda en los años ochenta y noventa el grupo de seguidores de Marino se hacía notar.
Otro lugar en el que Marino dejó gran recuerdo fue Italia. Amén de militar en Alfa-Lum y Alpilatte-Olmo entre 1983 y 1985 corrió el Giro siete veces siendo “top 10” en todas ellas aunque no consiguió auparse al podio final. Tampoco vistió la maglia rosa pero sí consiguió ganar dos etapas: en Selva Val Gardena en 1984 tras una ascensión colosal y en Scanno en 1991 y lo que es más importante, se ganó el cariño y el respeto de los aficionados italianos que valoran como nadie el arrojo y la clase a la hora de dar pedales. En cuanto a sus ocho participaciones en el Tour cabe destacar su triunfo de etapa en 1990 en Millou y sus quintos puestos de 1989 y 1990. Por lo general, Marino llegaba a la ronda francesa pasado su pico de forma de la temporada (en torno a abril y mayo) y aunque muchos aficionados esperaban su activa participación cuando llegaba la alta montaña pocas veces dio el do de pecho. En total, completó las tres grandes vueltas en cuatro ocasiones (1987, 1989, 1990 y 1991) algo muy poco frecuente en el ciclismo actual.
Victoria en Selva Val Gardena (Giro 1984) |
En su palmarés se pueden contar además cuatro Vueltas a Burgos, dos Vueltas a Cataluña, tres Clásicas de San Sebastián, una Vuelta a Galicia, cinco escaladas a Montjuic, dos a Urquiola y una a Arrate y múltiples participaciones en la mayoría de carreras del calendario europeo (Vuelta a Asturias, Vuelta a los Valles Mineros, Vuelta al País Vasco, Dauphiné, Midi Libre, París-Niza, Lieja-Bastoña-Lieja, Giro de los Apeninos, Giro de Lombardía, Milán-San Remo, Vuelta a Alemania, Criterium Internacional...) En su palmarés internacional destaca el quinto puesto del Mundial de 1982 –que por poco gana- y un Giro de los Apeninos.
Convertido en un veterano de 35 años, pero compitiendo aún al máximo nivel con razonables garantías, una grave caída en la Clásica de Primavera de 1992 precipitó su retirada. Continuó durante varios años ligado a la estructura de la ONCE (después Liberty) como director auxiliar de Manolo Saiz y actualmente es comentarista en la televisión vasca ETB.
Ficha:
Nombre: Marino Lejarreta Arrizabalaga
Fecha y lugar de nacimiento: 14-05-1957 en Bérriz (Vizcaya) (ESP)
Equipos profesionales:
- Novostil-Helios (1979)
- Teka (1980-82)
- Alfa Lum (ITA) (1983-84)
- Alpilatte-Olmo (ITA) (1985)
- SEAT-Orbea (1986)
- Caja Rural-Orbea (1987-89)
- Paternina-Orbea (julio-diciembre 1989)
- ONCE (1990-92)
Palmarés (selección):
1º Vuelta a España (1982)
2º Vuelta a España + Regularidad (1983)
3º Vuelta a España (1991)
1º Vuelta a Cataluña (1980, 1989)
1º Escalada a Montjuic (1980, 1982, 1983, 1988, 1990)
1º Subida al Naranco (1981, 1986)
1º Clásica de San Sebastián (1981, 1982, 1987)
1º Subida a Arrate (1982)
1º Giro de los Apeninos (1983)
1º Vuelta a Burgos (1986, 1987, 1988, 1990)
1º Bicicleta Eibarresa (1987)
1º Subida a Urquiola (1987, 1988)
1º Vuelta a Galicia (1988)
Etapas:
Vuelta a España (5)
- 1982, 7 de mayo (17ª): San Fernando de Henares – Navacerrada (178kms)
- 1983, 25 de abril (6ª): La Pobla de Lillet – Viella (235kms)
- 1983, 27 de abril (8ª): Sabiñánigo – Balneario de Panticosa (CRI) (38kms)
- 1983, 2 de mayo (13ª): Aguilar de Campoo – Lagos de Covadonga (188kms)
- 1986, 30 de abril (8ª): Oviedo – Naranco (CRI) (9,7kms)
Giro de Italia (2)
- 1984, 5 de junio (19ª): Merano – Selva Val Gardena (74kms)
- 1991, 31 de mayo (5ª): Sorrento – Scanno (248kms)
Tour de Francia (1)
- 1990, 15 de julio (14ª): Le-Puy-en-Velay – Millau (205kms)
Líder de la Vuelta a España en 7 etapas: 3 (1982) y 4 (1983)
Resumen de sus participaciones en Grandes Vueltas:
Año
|
Equipo
|
Vuelta ESP
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Giro ITA
|
Tour FRA
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1979
|
NOV
|
30º
| ||
1980
|
TEK
|
5º
| ||
1981
|
TEK
|
35º
| ||
1982
|
TEK
|
1º
|
37º
| |
1983
|
ALF
|
2º
|
6º
| |
1984
|
ALF
|
Abandonó
|
4º
| |
1985
|
ALO
|
5º
| ||
1986
|
SEO
|
5º
|
18º
| |
1987
|
CRU
|
34º
|
4º
|
10º
|
1988
|
CRU
|
Abandonó
|
16º
| |
1989
|
CRU
|
19º
|
10º
|
5º
|
1990
|
ONC
|
55º
|
7º
|
5º
|
1991
|
ONC
|
3º
|
5º
|
53º
|
Marino y Stephen Roche, el irlandés como líder del Tour en 1987 |
La gran epopeya de Marino: final de etapa en los Lagos de Covadonga
UNO DE LOS MAS GRANDES DE LAS TRES GRANDES.VUELTA GIRO TUOR.
ResponderEliminarSoy de Bérriz. Marino fue muchísimo mejor ciclista de lo que su palmarés demuestra. La falta de ambición unas veces y su infortunio otras, le impidieron ganar más carreras.
ResponderEliminarGracias por vuestro reportaje, que se ajusta muy bien a la realidad. ¡Aúpa Marino!