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jueves, 15 de mayo de 2014

Breve Historia del Mundial de Fútbol (13/21) 1982

Elegida como sede del XII Mundial en el Congreso de la FIFA de Tokio 1964, España era el último gran país de Europa occidental que organizaría una fase final. Cuatro años después del enturbiado campeonato argentino y con su propio régimen militar (Franco) ya terminado, en el país ibérico se iba a vivir un Mundial con mejor ambiente, aunque a más de un directivo de la FIFA le tembló el pulso durante el golpe de estado del 23 de febrero de 1981. País eminentemente futbolero, España organizaría un brillante campeonato, cuya única gran pega fue el intenso calor que se tuvo que padecer en determinadas sedes en los partidos de la tarde. La mascota “Naranjito”, adorable para unos y abominable para otros, destacó como una de las más carismáticas de la historia social del campeonato.

Salvo el Racing de Santander y la Real Sociedad de San Sebastián, todos los grandes equipos de la península tuvieron el honor de acoger partidos mundialistas en sus estadios, con lo que se satisfizo con creces la necesidad de más sedes para el campeonato. La FIFA había incrementado el número de participantes de dieciséis a veinticuatro, justificando tal medida con la lista de ausencias notables en cada edición mundialista. Aún así, en 1982 siguió habiendo selecciones ilustres no clasificadas. Entre ellas, la subcampeona de los campeonatos más recientes (Holanda), la primera campeona (Uruguay), y la habitual Suecia. México y Portugal, países de renombre futbolístico de especial relación con España, tampoco pudieron clasificarse. A cambio, se pudo ver un Mundial con representación de los cinco continentes. Debutaron Argelia, Camerún, Honduras, Nueva Zelanda y Kuwait.

El calendario se modificó, adaptándose al nuevo campeonato con 24 equipos. Se trataba de una evolución del sistema anterior, con dos liguillas. La segunda de ellas era la más atípica, ya que estaba formada por cuatro grupos con tres equipos cuyos campeones disputarían las semifinales. Este modelo no tuvo continuidad, y para el siguiente campeonato se recuperó el cuadro final de eliminatorias heredado de 1970.

Camerún en su debut mundialista
El Grupo 1º enfrentaba a Italia, Polonia, Perú y Camerún. Las altas expectativas fueron pronto defraudadas. El nivel de juego, especialmente el de Italia, fue muy bajo. Sólo Polonia consiguió materializar su superioridad en el último partido de su grupo ante la crepuscular Perú (5-1). Camerún sorprendió y demostró la evolución del fútbol centroafricano. Su portero N’Kono tuvo grandes actuaciones que despertaron el interés de varios equipos europeos, quedándose a jugar en el Español. Italia consiguió clasificarse como segunda de grupo gracias a haber marcado un gol más que los africanos.

El Grupo 2º comenzó con la gran sorpresa de la derrota germano-occidental ante la debutante Argelia. Majder, Belloumi y Djamel Zidane deslumbraron al equipo centroeuropeo, un conjunto en transición entre dos generaciones triunfadoras. Chile sufrió el desquite de la RFA, que llegó viva al último partido gracias a la victoria austríaca sobre Argelia. Conociendo el resultado del último partido entre magrebíes y sudamericanos (3-2) se enfrentaban Austria y la RF Alemana, sabiendo que una victoria por la mínima de los alemanes clasificaba a ambos. Hrubesch marcó para la RFA al comienzo del encuentro y, desde entonces, sin ningún pudor ni disimulo, los jugadores de ambos conjuntos dejaron pasar el tiempo sin apenas atacarse. El bochorno fue tal que la FIFA decidió que, desde el siguiente Mundial, los últimos partidos de grupo se disputaran simultáneamente. La medida que pretendía evitar las trampas se demostraría inefectiva en próximas ediciones.

Acción de la estrella germano-occidental Rummenigge ante Chile

El Grupo 3º fue el primer en arrancar con el partido inaugural en Barcelona entre la campeona Argentina y Bélgica. Otra sorpresa: victoria de los belgas ante el equipo de Maradona. Dos días después, Hungría barría a El Salvador por 10-1 y establecía un nuevo record goleador en las fases finales del Campeonato del Mundo que mantiene aún su vigencia. Pese a su gran goleada, los magiares no lograron clasificarse. Bélgica fue primera y Argentina –rehecha tras su derrota inicial-, fue segunda.

Bronca en el Francia-Kuwait
El Grupo 4º enfrentaba a ingleses, franceses, checoslovacos y kuwaitíes. La selección arábiga partía como comparsa entre tres potencias europeas, pero dio muchos quebraderos de cabeza a sus rivales. El Francia-Kuwait sería un partido para recordar, no por la goleada francesa (4-1), sino por el desaguisado que se formó cuando los galos marcaron el que –en principio- iba a ser su cuarto gol. El jeque Fahad Al-Ahmad Al-Jabar, presidente de la federación kuwaití, bajó desde el palco al césped para exigir al árbitro Stupar que anulara el gol porque sus jugadores habían percibido una acción antirreglamentaria. Anulado el gol, los franceses protestaron yéndose del terreno de juego. Tras una discusión a pie de campo que duró varios minutos, el partido pudo al fin reanudarse. Francia –que había desplegado un juego notable- e Inglaterra –que había ganado sus tres partidos- se clasificaron.

La Selección Española fracasó en "su" Mundial
El Grupo 5º era el de la anfitriona España. La selección española había despertado la euforia de los aficionados con su victoria ante Inglaterra en Wembley un año antes, y tras el éxito argentino en 1978 se pensaba que España también podría conseguirlo. La realidad fue muy distinta. El equipo tenía buenos jugadores, pero su juego era inconexo e individualista, y la mayoría de sus jugadores notaron en exceso la presión por ganar. Ante Honduras e Irlanda del Norte –dos rivales a priori muy asequibles-, se fracasó y España sólo pudo ganar a Yugoslavia gracias en parte a un favor arbitral cuando Sorensen pitó como penalti una falta fuera del área. Victoria que le valió la clasificación. La Yugoslavia de Boskov, que partía con grandes aspiraciones, no pudo clasificarse y lo hizo en su lugar Irlanda del Norte.

El Grupo 6º acogía los partidos de Brasil. La nueva generación de estrellas brasileñas comandada por Zico y Sócrates agradó en sus tres partidos, goleando a Escocia y Nueva Zelanda. La Unión Soviética, conjunto que respondía a sus premisas clásicas de fútbol rocoso y táctico, se clasificó como segunda tras Brasil.

Rossi fue determinante para Italia
Las liguillas de cuartos de final depararon grandes encuentros. Polonia doblegó a Bélgica con tres goles de Boniek, y tras empatar a cero con la URSS se clasificó para semifinales. Italia despertó al compás que lo hacía su gran delantero centro Paolo Rossi. Argentina y Brasil fueron sus víctimas. Primero, la Argentina de Maradona se estrelló contra la defensa italiana y dos goles de Tardelli y Cabrini ajusticiaron a los vigentes campeones. El Italia-Brasil fue considerado el partido más espectacular del Mundial de 1982. Los brasileños, con goles de Sócrates y Falcão neutralizaron por dos veces la ventaja italiana pero Rossi clasificó a Italia para semifinales con su tercer gol. España se topó con la RF Alemana e Inglaterra. Jugó mejor que en la primera fase, pero su derrota ante la RFA en otro de los partidos memorables del campeonato clasificó a los alemanes. Inglaterra, sin haber perdido un solo encuentro, quedó eliminada. El cuarto semifinalista fue Francia, que se deshizo bajo un sol de justicia de austríacos y norirlandeses.

Gentile frenó a Maradona en su primer Mundial

En las semifinales, Italia se enfrentó a Polonia en Barcelona y Francia a la RFA en Sevilla. La selección polaca echó mucho en falta la referencia ofensiva de su delantero Boniek –ausente por sanción-. Los italianos, por contra, tenían a su delantero centro Rossi enrachado. Dos goles del menudo atacante juventino clasificaron a los “azzurri” para la final. Algo sorprendente visto el mal juego desplegado por Italia en la primera fase pero como ya hemos visto en otras ediciones, ésta es la especialidad del equipo transalpino: empezar mal y acabar bien. 

La gran Selección Francesa de 1982
La semifinal sevillana sería un encuentro de infarto que recordó a muchos el famoso “Partido del Siglo” de México 1970 entre alemanes e italianos. En esta ocasión, Francia fue la rival de los germanos. Los galos, con una línea media ya consolidada que le daría grandes alegrías en el futuro (Giresse, Tigana y Platini), dominaron muchas fases del encuentro y merecieron el pase a la final. La RFA, fiel a su estilo rocoso y contemporizador, neutralizaba los numerosos ataques franceses. En la segunda mitad, el defensa francés Battiston se plantó en solitario ante la meta del portero alemán Schumacher, quien le arrolló desentendiéndose del balón. El jugador galo cayó al césped sin sentido y hubo de ser hospitalizado. La dura acción de su portero acentuó el fervor de los franceses, que en la prórroga se llegaron a adelantar por 3-1... pero Rummenigge y Fischer volvieron a empatar. La prórroga terminó con empate a tres goles y llevó a la primera tanda de penaltis de la historia mundialista. Las dos paradas de Schumacher a los lanzamientos de Six y Bossis resultaron decisivas para la clasificación germano-occidental para el partido cumbre. El día antes de la final se disputó la final por el tercer puesto en la que Polonia ganó a Francia por 3-2.

Tardelli frente a Breitner
La final se disputó en el Santiago Bernabeu y, desde el punto de vista de la prensa, se presentó como la final de los dos “villanos”. La Italia que había eliminado a la gran Brasil, ante la RF Alemana que venía de vencer –con agresión incluida- al otro animador del campeonato: Francia. Ambas selecciones luchaban por su tercer título mundial.

El partido, sin ser espectacular, fue interesante y tuvo alternativas. La RF Alemana de Rummenigge, Briegel, Breitner, Stielike y los gemelos Forster dominó ligeramente la primera mitad, si bien la gran ocasión fue italiana: Un penalti que Cabrini lanzó fuera. En la segunda parte Italia se sacudió el dominio alemán y llegó cada vez con más peligro a la meta de Schumacher. En una de estas, Gentile centra desde la banda derecha y entre un marasmo de jugadores, Rossi pica el balón de cabeza en el área pequeña para anotar el 1-0. Aún no repuestos del gol inicial, los alemanes conceden un contragolpe que culmina Tardelli con un fuerte disparo desde el borde del área. Su impetuosa celebración fue tan histórica como los saltos del presidente italiano Sandro Pertini en el palco. Altobelli sentenciaría a falta de diez minutos y, al poco rato, el superviviente de 1974 Paul Breitner marcaría el gol del honor germano-occidental. Italia, de menos a más como de costumbre, se coronó como tricampeona mundial.


Nota final: En su día escribí sobre mi recuerdo personal del Mundial de 1982. Tenía sólo cuatro años pero lo pasé a caballo entre dos ciudades sede y de algo me enteré. Es uno de los artículos más leídos del blog y por alguna razón será...:

http://deportesconhistoria.blogspot.com.es/2012/07/mis-recuerdos-del-mundial-de-espana.html

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