Alineación del último ascenso a Primera (1988) |
Recibimiento en la Plaza del Ayuntamiento (1988) |
Casi
diez años exactos después de aquel feliz momento y después de una
temporada dirigida por el uruguayo Óscar Tabárez que empezó bien y que
casi acaba en catástrofe volvimos a desabrocharnos el nudo de la corbata
con una promoción de permanencia ante la UD Las Palmas,
equipo puntero de la Segunda División que dirigía el ex-portero
oviedista Manolo García Remón (que lo fue durante la eliminatoria de
1971 ante el Palencia). De nuevo la prensa otorgó el favoritismo al
rival, pero los jugadores oviedistas –sobre todo los canteranos-
responderían contundentemente sobre el césped del Carlos Tartière. En
pleno debate sobre las preferencias de Tabárez de alinear a jugadores
hispanoamericanos en lugar de dar más “bola” a una de las últimas
grandes canteras oviedistas (César, Iván Ania, Jaime, Amieva... todos
ellos internacionales juveniles) fue un miembro de éste último grupo
(Iván Ania) quien vivió su momento de gloria marcando dos de los tres
goles por los que ganó el Real Oviedo. En el último gran lleno que
registró el Carlos Tartière en su existencia, destacó también la gran
actuación de Petr Dubovsky, un jugador de excepcional calidad al que se
tachó muchas veces de indolente, pero que aquella noche primaveral de 1998
marcó diferencias. Los canarios se quejaron de la jugada del penalti
del primer gol. Aquel 22 de mayo, en plenas fiestas de la Ascensión,
muchos dieron por sentenciada la promoción con el 3-0. Error.
Iván Ania lanza el penalti del 1-0 en Oviedo (1998) |
El
partido de vuelta en el Insular de Las Palmas de Gran Canaria iba a ser
la vuelta del calcetín. Gamboa, el más discutido de los jugadores
hispanoamericanos del Real Oviedo, marcó el gol que parecía sentenciar
definitivamente la eliminatoria... pero pocos minutos después en jugada
desgraciada marcó en propia meta y con ese gol se inició un festival de
acoso y derribo canarión a la meta defendida por Buljubasich (en lugar
de Esteban). El Real Oviedo se desdibujó por completo y la Unión
Deportiva consiguió marcar en la segunda parte con goles de Paquito y de
Walter Pico. Con los locales volcados sobre la portería azul, y con los
oviedistas casi en coma, el pitido final fue una liberación. El Real
Oviedo se mantuvo en Primera y la UD Las Palmas aún tendría que esperar
un año para subir. Ambos llegarían a enfrentarse ya en Primera antes de
que pasara lo que pasó, y que el club azul cayera al abismo primero de
Segunda, y luego de Tercera.
Seis años después, en 2004
el Real Oviedo afrontaba una promoción de ascenso en circunstancias
totalmente distintas a la anterior. En un nuevo estadio local (el Nuevo
Carlos Tartière) que doblaba la capacidad del antiguo... pero en Tercera
División, y por subir a Segunda B. El equipo dirigido por Antonio
Rivas, confeccionado a duras penas entre jugadores del filial y retales
contratados de palabra de aquí y de allá, consiguió un meritorio título
de campeón del grupo asturiano de Tercera e iniciar una promoción de
ascenso con dos eliminatorias. La semifinal fue ante el Real Ávila.
En la ida en dicha ciudad se ganó por 1 a 2, con parada de penalti a
cargo de Rafa Ponzo incluida. Un anodino empate a cero en la vuelta
clasificó al Real Oviedo para la eliminatoria final a disputarse frente
al Arteijo
coruñés. Hubo incertidumbre en los días previos sobre dónde se iba a
disputar el partido, si en el propio Arteijo o en los campos de La Torre
en La Coruña. También un emotivo recibimiento por parte del ilustre
local y ex-jugador oviedista Arsenio Iglesias. Y, asimismo, una
“boutade” del entrenador rival Carlos Brízzola que afirmaba “el Oviedo no me da ningún miedo, es de Tercera como los demás”.
El Arteijo resultó ser fiel representante del fútbol semi-pro gallego,
identificable con el fútbol italiano. Falto de profundidad, de ideas,
correoso pero eficaz. El gol local de Carlocho hizo enmudecer las
gargantas de los miles de oviedistas que “tomaron” la localidad
coruñesa, y que volverían a ahogarse tras una clara oportunidad fallada
por Luismi en los últimos instantes del encuentro que hubiera valido el
empate. El partido de vuelta se disputó el 26 de junio de 2004 y había
cierto “mal rollo” en el ambiente. Los malos presagios se confirmaron y
dos goles de Pugui (uno de ellos en clamoroso fuera de juego) eliminaron
a unos oviedistas muy voluntariosos pero bisoños que no llegaron a
alcanzar por poco el cuarto gol que hacía falta. 3-2 y todos los
esfuerzos de la temporada más difícil vivida por el club azul fueron
inútiles... al menos en lo deportivo, porque en lo social supuso el
reencuentro del oviedismo consigo mismo.
Final del Real Oviedo-Real Ávila (25-06-2005) |
El premio llegaría un año después, en junio de 2005.
Con la lección de Arteijo bien aprendida se afrontó la temporada como
una pre-promoción hasta llegar al momento decisivo. Otro equipo gallego
del mismo corte, el Corujo
vigués, fue el rival en la eliminatoria semifinal. Un solitario gol de
Nacho Rodríguez (fichaje de urgencia por lesión de Darío Aliaga)
certificó el pase a la eliminatoria final ante el Real Ávila.
Aunque sólo fuera por la victoria sobre los castellano-leoneses en
semifinales del año anterior, las sensaciones eran mucho mejores, y se
cumplieron igualmente esos designios. El Real Oviedo firma en el Adolfo
Suárez de Ávila uno de sus partidos más recordados de la historia
reciente del club y arrasa a los locales por 1-5 con goles de Michu, Jon
Carrera, Luismi, Yeray y Aldeondo. El partido de vuelta, ganado por 2-0
con dos goles de Nacho Rodríguez, fue el preludio de otra gran fiesta
oviedista que hizo inolvidable aquel sábado noche de junio. El Real
Oviedo ascendía a Segunda B... para volver a caer a Tercera dos años más
tarde.
Diego Cervero no pudo evitar el "Caravacazo" (2008) |
2007-08
fue, como dirían los chinos, “El Año del Lobo”. Francisco José “Lobo”
Carrasco se hizo cargo del banquillo oviedista y su labor levantó
ampollas entre muchos aficionados desde el primer momento. El equipo
ganaba e incluso apalizaba a algunos rivales en Liga (10-0 al Hispano)
pero demostraba de igual modo endeblez defensiva, falta de ideas en el
centro del campo e inconsistencia general. Todos los defectos de aquel
equipo del “Lobo” Carrasco salieron a relucir en el peor momento
posible: Ida de Semifinales de Promoción de ascenso a 2ªB ante el Caravaca.
El campo de fútbol local Antonio Martínez “El Morao” pasaría a la
historia como el escenario de una de las mayores debacles oviedistas de
la historia, al tiempo que el Caravaca en general y su mediapunta Elías
en particular vivieron su tarde de gloria. Gracias a un gol de cabeza
del defensa Carmona en una jugada aislada de ataque azul a balón parado
la broma se quedó en sólo un 4-1. Los incidentes tras el partido entre
el “Lobo” Carrasco y los aficionados oviedistas desplazados a tierras
murcianas dieron con los huesos del entrenador fuera del banquillo. El
segundo entrenador, Fermín Álvarez, hombre de la casa, se hizo cargo de
la tarea imposible para el partido de vuelta. En una tarde de ambiente
irrespirable, el Real Oviedo fue poco a poco alcanzando el objetivo del
3-0 hasta que se consiguió con un gol de Curro a falta de media hora
para el final. Su demora en la celebración y la desafortunada decisión
del árbitro Gandara Gutiérrez de mostrarle la segunda tarjeta amarilla
por este motivo y expulsarle hicieron añicos el guión de la remontada.
El Caravaca aprovechó el desconcierto azul para marcar con dos goles de
Petu, y el gol postrero del defensa Lucas Iglesias fue inútil. El
“Caravacazo” se había consumado. Los murcianos, sin embargo, no
conseguirían ascender porque se les interpuso el Antequera.
Aulestia, el héroe de Son Moix (2009) |
Un
entrenador local curtido en mil batallas de fútbol semi-profesional
asturiano, Raúl González, fue el nuevo inquilino del banquillo oviedista
en la temporada 2008-09.
Con números similares a los de la temporada anterior pero con un equipo
renovado y más cuajado, el Real Oviedo volvió a asomarse a la promoción
de ascenso a Segunda B. Para esta temporada, el sistema varió para
premiar a los campeones, ofreciéndoles una eliminatoria directa entre
ellos para ocupar la mitad de plazas de ascenso, con una segunda
oportunidad para los perdedores ante los demás equipos clasificados en
2º, 3º y 4º lugar. El sorteo emparejó al Real Oviedo con el RCD Mallorca B
y a muchos les vino a la memoria la promoción de 21 años antes ante el
primer equipo mallorquinista. El filial resultó ser un equipo bien
construido, con buenos jugadores para los que la juventud significaba
más osadía que inexperiencia. Un discutido penalti marcado por Diego
Cervero definió el partido de ida en Oviedo, jugado bajo una copiosa
lluvia. La renta era exigua y los muchachos mallorquines habían
demostrado ser un equipo a tener en cuenta. El partido de vuelta se
disputó en Son Moix, el estadio en el que el Real Oviedo bajó a Segunda
ocho años antes, previendo la insuficiencia del graderío de Son Bibiloni
para acoger a la afición oviedista desplazada a Palma de Mallorca.
Tejera igualó la eliminatoria en la primera parte y tras un partido de
infarto con prórroga incluida se llegó a la decisiva tanda de penaltis. Y
tras empate en la tanda inicial de cinco, la “muerte súbita” en la que
el lateral izquierdo local Kevin lanzó sin convicción hacia la izquierda
de Aulestia, y el portero oviedista le detuvo el balón consiguiendo
dramáticamente el ascenso a Segunda B (hasta ahora, definitivo)
Celebración ante los hinchas en Mallorca (2009) |
Al
año siguiente, otra eliminatoria de ascenso pero a Segunda. Al
clasificarse segundo de grupo, al Real Oviedo le correspondía disputar
tres eliminatorias para ascender. Tras las primeras seis jornadas de
Liga, Raúl dio paso a Pichi Lucas. El ex-delantero céltico, apoyado
sobre todo en dos jugadores de gran calidad que aún militan en el Real
Oviedo (Xavi Moré y Manu Busto) consiguió clasificar al equipo para la
promoción pero no pocos dudaban del rendimiento del equipo si las cosas
venían mal dadas, o si habría que remontar un resultado adverso ¿Tiene
carácter este equipo para subir? El Pontevedra de Pablo Alfaro nos daría la respuesta. Cuatro mil hinchas del Real Oviedo “tomaron” Pontevedra el día de San Isidro de 2010
y ocuparon buena parte del nuevo graderío de Pasarón aquella soleada
tarde de sábado. Pablo Alfaro supo transmitir el carácter que atesoraba
como futbolista a sus jugadores y, uniéndolos al fútbol correoso “Made
in Galicia” y a la calidad de varios de sus hombres como el delantero
Igor de Souza, hacer de “su” Pontevedra un equipo muy competitivo. El
Real Oviedo, por contra, no acabó de dar con la tecla y sólo un gol de
Perona tras jugada de estrategia mantuvo con vida la eliminatoria (2-1).
La vuelta en Oviedo iba a ser la definitiva prueba de carácter del
equipo de Pichi Lucas. Pero ocurrió un hecho extradeportivo que alteró
la eliminatoria.
Días
antes del Real Oviedo-Pontevedra, el presidente de la Diputación de
Pontevedra Rafael Louzán recibe una llamada telefónica del ex-presidente
asturiano y en aquel momento delegado de Gobierno Antonio Trevín, por
supuesta indicación del presidente Vicente Álvarez Areces (ambos dos
sportinguistas declarados y –lo que aquí importa- anti-oviedistas
confesos), instándole a recomendar a los aficionados granas a que no
visitaran Oviedo hasta la hora del partido, y que los autocares
pontevedreses se dirigieran a Gijón, donde permanecerían a salvo de la
furia de los ultras oviedistas (sic). Louzán accede y los aficionados de
Pontevedra tomaron el camino hacia la costa, dejando a los comercios
hosteleros ovetenses sin el maná esperado en respuesta a la
confraternización de oviedistas en Pontevedra en el partido de ida. La
voz corre, el cabreo aumenta y la profecía autocumplida de Trevín se
materializa con actos que en ningún caso son justificables, pero cuya
historia hay que conocer al detalle para no dar lugar a injustas
leyendas o sambenitos. La llamada de Trevín a Louzán fue de hecho
confirmada por éste último. Puede que se tratara de una sibilina
“venganza” de Areces por los inoportunos improperios lanzados por
Aulestia contra él desde el balcón del Ayuntamiento de Oviedo durante la
celebración del ascenso a 2ªB un año antes...
A la hora del partido, el Real Oviedo no demostró tener lo que había que tener y con una actuación arbitral desquiciante (López Muñoz sacó de sus casillas a ambos equipos), sólo Perona y Pelayo dieron el callo entre los azules. El Pontevedra hizo la machada y volvió a ganar al Real Oviedo a domicilio por 1-2 con Igor de Souza de nuevo en plan estelar. El conjunto oviedista fracasó a las primeras de cambio en su intento de subir a Segunda. El Pontevedra tampoco conseguiría ascender, pues sería eliminado por el Alcorcón.
La
historia se escribe día a día, y ahora vamos a escribir una página más.
El próximo partido tendrá lugar en el Nuevo Carlos Tartière el domingo a
las 18:45 ante el Albacete, y será el nº50 de las promociones
oviedistas.
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