Inolvidable 25 de junio de 2005 |
Hasta la presente, el club capitalino ha disputado quince promociones: Una clasificatoria para la primera Liga, ocho de ascenso (Tres a Primera, una a Segunda y Cuatro a Segunda B), y 6 de permanencia (5 en Primera y una en Segunda). El balance total que arrojan las quince promociones está bastante igualado: ocho triunfos, siete derrotas. Cuarenta y nueve partidos disputados en total, veintiséis victorias, seis empates y diecisiete derrotas.
Hay un dato curioso. El periodista deportivo Chisco García comentaba hace poco en su tertulia radiofónica que prefería jugar el partido de ida en casa, recordando las eliminatorias ante el Mallorca en 1988, y el Mallorca B en 2009. La estadística es aún más contundente: En partidos de promoción, el Real Oviedo superó todas las eliminatorias disputadas hasta la fecha jugando el partido de ida como local. Seis de seis.
Para remontarnos a la primera promoción propiamente dicha que el Real Oviedo ha disputado debemos retroceder a las navidades de 1928, a la creación de lo que hoy día conocemos como Liga de Fútbol Profesional. Después de varios años de enconado debate entre “minimalistas” (aquellos que querían un torneo de pocos equipos) y “maximalistas” (que querían ampliarlo a todos los equipos principales de todas las regiones), la cosa quedó en un reparto más “mini” que “maxi”, en el que se determinó que la Primera y la Segunda División se compondrían de diez equipos. Tras la asignación de nueve de las diez plazas en Primera a los campeones y subcampeones de Copa hasta la fecha (a saber: Athletic de Bilbao, Barcelona, Real Madrid, Real Sociedad, Real Unión de Irún, Arenas de Guecho, Atlético de Madrid, RCD Español y Europa de Horta), quedó una plaza libre que se disputaron entre varios equipos destacados de toda España. El Real Oviedo, que aún no había cumplido los tres años de existencia, concurrió como campeón regional asturiano.
El primer rival en promoción para los oviedistas fue el Iberia de Zaragoza, precedente del futuro Real Zaragoza, conocidos por su uniforme aurinegro como “avispas” o “abejas”. El partido se disputó en campo neutral -en el pronto histórico San Mamés de Bilbao- el día de Navidad de 1928 y terminó con empate a dos tantos. Al día siguiente se jugó un partido de desempate en el que el Real Oviedo venció por 4 a 1. En la siguiente eliminatoria, de cuartos de final, esperaba el Real Betis Balompié. El 13 de enero de 1929 se disputó el primer Real Oviedo-Real Betis en Valencia, resuelto tras prórroga a favor de los béticos con un gol de León. El Real Oviedo quedaba eliminado y militaría por tanto en Segunda. El Betis fue eliminado en semifinales por el Racing de Santander, que fue el campeón del torneo y ganó la plaza disponible en Primera.
Gran partido de Goyín ante el Sabadell en promoción |
La suerte de 1942 sería esquiva en 1950. Al mismo tiempo que Zarra eliminaba a los ingleses con su famoso gol en Maracaná durante el Mundial de Brasil, el Real Oviedo se jugaba su suerte en Primera ante el Real Murcia en el viejo estadio de Vallecas. Herrerita, veterano y perseguido por las lesiones en los últimos dos años, jugó renqueante y su concurso fue insuficiente para mantener la categoría ante los pimentoneros. Tras una primera parte de fútbol-control y mucho respeto entre ambos equipos en el que sólo un chut de Antón hizo levantarse de sus localidades a los aficionados, un gol de Magritas a los pocos minutos de iniciarse la segunda mitad desequilibró el choque. El portero oviedista Argila protestó airadamente la concesión del gol, pero éste subió al marcador. El gol espoleó a los murcianos y hundió moralmente a los carbayones, que recibirían un segundo gol a falta de pocos minutos para el final. El primer descenso a Segunda se había consumado. Pocas semanas después fallecía el presidente Carlos Tartière. Una época brillante tocaba a su fin.
Retrato de Herrerita con España (1947) |
Un año después, la historia se repite. Nueva liguilla con el Real Oviedo clasificado para Primera en todas las jornadas excepto la última y definitiva. En esta promoción de ascenso de 1956 fue precisamente el Real Zaragoza el beneficiado tras su victoria en Vitoria sobre el Alavés (1-2) y la derrota del Real Oviedo en Murcia (4-1). Subieron los zaragocistas y el España Industrial, filial barcelonista transformado la temporada siguiente en el Condal de Barcelona. El ascenso debería esperar aún dos temporadas más.
Cinco años después, en 1961, el club azul afronta una nueva promoción para no bajar a Segunda División. Después de un año al filo de la navaja, la cesión por el Real Madrid durante la segunda vuelta de su canterano Luis Aragonés resultó decisiva para reconducir el rumbo errático del equipo. Una histórica victoria oviedista ante el Barcelona por 3-5 salvó al Real Oviedo del descenso directo y le llevó a disputar una promoción de permanencia ante el RC Celta de Vigo. Los vigueses tenían una plantilla fuerte y compensada, y para muchos eran “favoritos”. Pero a la hora de la verdad la eliminatoria se decidió a favor del Real Oviedo por un gol de Luis al filo del descanso en el partido de ida. En la vuelta en Balaídos, se ganaba por 0-2 en el descanso pero el Celta se lanzó en la segunda mitad sobre la portería defendida por Caldentey. Lograron dos goles (Tucho y Pais) pero no fue suficiente y el Real Oviedo mantuvo la plaza en Primera. Ambos partidos estuvieron presididos por un gran ambiente en las repletas gradas de los estadios, con numerosa presencia de aficionados visitantes y, dentro de lo mucho que ambos se jugaban, gran espíritu de confraternización entre oviedistas y celtistas.
Nueva promoción de permanencia en Primera tres años después (1964) ante el Hércules. De nuevo el primer partido en casa y nueva victoria azul, esta vez más contundente en resultado y en juego (4-1) con un gran partido de los futuros internacionales Paquito y José María a decir de las crónicas de la época. Dos goles de Arsenio, uno de José María y otro de José Luis. El partido de Alicante pintaba para mero trámite, pero los locales pusieron en aprietos a un conjunto oviedista demasiado confiado en el resultado del partido de ida. Partido notable del portero Alarcia, decisiones protestadas por parte y parte del árbitro Ortiz de Mendíbil, y nueva permanencia amarrada para el Real Oviedo. Un año después, el club azul descendió de categoría y no volvería a recuperarla hasta siete años después.
Por medio, hubo que sufrir incluso una eliminatoria de permanencia en Segunda ante el Palencia en 1971, en la que los goles de Enrique Galán fueron determinantes. Un gol suyo al inicio del partido encarriló la permanencia (2-0) y dos goles suyos en el partido de vuelta sellaron definitivamente el triunfo. El equipo azul fue muy criticado aquel año, porque se estimaba que el rendimiento de sus jugadores era muy inferior a su calidad. En la temporada siguiente la historia fue distinta y el Real Oviedo ascendió a Primera como campeón de Segunda, con Galán de “pichichi” estelar.
En la segunda parte, las promociones de la época moderna y contemporánea.
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