
Seguramente pasaré por alto muchas cosas. Y me equivocaré en otras tantas. Con el tiempo y la curiosidad supe más y más cosas sobre las competiciones habidas en estos Juegos Olímpicos, pero aquí no se trata de realizar un recuento exhaustivo. Habrá tiempo para ello. Me he limitado a recuperar lo que recuerdo haber visto y vivido en aquellos días de la forma más fiel posible a mis recuerdos. Es la regla de oro de este juego de la memoria.
______________________________________________________________________________
Ruedas y agua
La primera medalla española fue de oro. En el Velódromo de Horta, José Manuel Moreno hacía sonar el himno español tras vencer en la prueba del kilómetro contrarreloj de ciclismo. Al poco cayó otro oro en natación. Según recuerdo y seguro que me equivoco, la segunda medalla que obtuvimos en aquellos Juegos. Martín López-Zubero reeditó el éxito de su hermano mayor David en Moscú’80 ganando en los 200 metros espalda. Por aquel entonces comenzaba a seguir las competiciones de natación y por oír hablar de su hermano me sonaba mucho, también porque me llamaba la atención el detalle de su doble nacionalidad hispano-estadounidense. Aunque para recuerdo imborrable, las impresionantes vistas de Barcelona desde las piscinas de Bernat Picornell en las pruebas de salto de trampolín. Pocas ciudades tienen la suerte de tener una montaña cercana desde la que divisar la urbe en su extensión a los pies de uno. Otra de ellas es precisamente la mía: Oviedo.