Terminada la contienda, en 1945, se convocó para el año siguiente el Congreso de Luxemburgo donde se escogería la sede del campeonato para la edición de 1950. Alemania y Japón fueron expulsadas de la FIFA como pena impuesta a las potencias del Eje, castigo del que se salvó Italia (que continuó adscrita como agradecimiento a la azarosa custodia de la Copa del Mundo llevada a cabo por el presidente de la federación italiana y vicepresidente de la FIFA Ottorino Barassi). Con las dos sudamericanas en liza fue Brasil la elegida para albergar el IV Campeonato. El nuevo rechazo a la candidatura argentina derivó en un nuevo boicot de la AFA. A cambio, volvía a participar la primera campeona: Uruguay.
Ottorino Barassi salvó la Copa |
El gobierno brasileño realizó un esfuerzo enorme para organizar el campeonato. El más visible de todos fue la construcción de un nuevo estadio en Río de Janeiro, el de mayor capacidad de espectadores hasta la fecha en el barrio de Maracaná. La primera capital brasileña, Salvador de Bahía, hubo de renunciar a ser sede al no asumir sus regidores el coste de un estadio nuevo o remodelado. Las otras sedes fueron entonces São Paulo, Belo Horizonte, Curitiba, Porto Alegre y Recife.
El sistema de competición varió. Se dejó a un lado el sistema de eliminatorias y se estableció un sistema de liguillas en cuatro grupos, cuyos campeones se disputarían el título en una liguilla final.
Ademir (Brasil) |
El Grupo B reunió también a cuatro selecciones: Inglaterra, Chile, Estados Unidos y España. Inglaterra
participaba por primera vez en una fase final del Campeonato del Mundo y
eran considerados como serios aspirantes al título por su condición de
profesionales. Los ingleses estaban muy seguros de sus posibilidades
pero tras una victoria cómoda ante Chile se toparon con el voluntarioso
equipo norteamericano. En un día negro para los británicos, los estadounidenses
consiguieron vencer a su antigua metrópoli por 1-0. En un calco de la
situación vivida en el grupo de Brasil, Inglaterra debía vencer a España
para clasificarse y salvar los muebles. Pero en el primer gran partido
que acogería Maracaná, Inglaterra volvió a caer ante España. El gol de Zarra
al inicio de la segunda mitad clasificó a los españoles y eliminó a los
británicos. Hecho que tuvo gran repercusión extradeportiva en nuestro
país, habida cuenta del histórico antagonismo entre ambas naciones por Gibraltar y del exacerbamiento nacionalista del régimen de Franco.
El célebre gol de Zarra (España) |
Por la parquedad de selecciones participantes, el Grupo 4º quedó como una mera eliminatoria entre Uruguay y Bolivia, resuelta con abrumadora facilidad por los charrúas por 8-0. El delantero Schiaffino marcó cuatro goles, siendo el segundo futbolista que lograba tal proeza en un Mundial.
Schiaffino (Uruguay) |
Todo
el mundo estaba convencido de la victoria brasileña hasta el punto de
tener todo listo en las calles de Río para festejar el triunfo desde el
mismo instante del final del encuentro, pero a la hora de la verdad, a
los brasileños que venían de humillar a Suecia y a España, les temblaron
las piernas. Atenazados por la presión de más de 200.000 espectadores,
los jugadores brasileños no encontraron su sitio en el campo y sus
ataques morían estériles ante la portería de Máspoli. Tras una primera mitad llena de imprecisiones, el extremo Friaça
consiguió batir a los charrúas al inicio de la segunda mitad. Pero el
gol, en vez de dar confianza a los brasileños, les volvió más nerviosos.
Uruguay contraatacó y mediada la segunda parte el extremo derecha
Ghiggia se internó por su banda cediendo a Schiaffino, que empató el encuentro. Presas del pánico a perder, los brasileños volvieron a caer en la misma piedra minutos después. Ghiggia se volvió a colar, pero esta vez disparó a puerta. El balón entró en la portería sin que el portero local Barbosa pudiera detenerlo. Maracaná enmudeció. Uruguay
sorprendió contra todo pronóstico a Brasil y se alzó por segunda vez
como Campeona del Mundo. El 16 de julio de 1950 quedó acuñada la
expresión “Maracanazo” para definir desde entonces una suerte del fútbol: la del equipo anfitrión que pierde una final ante su propio público.
Un gol legendario: Ghiggia marca para Uruguay el 2-1 definitivo |
Nota final:
Es muy recomendable el documental sobre el Mundial de Brasil 1950
producido por NO-DO y emitido hace unos meses en el programa “Conexión
Vintage” de Teledeporte-TVE:
http://www.rtve.es/alacarta/videos/conexion-vintage/conexion-vintage-espana-mundial-futbol-brasil-1950/2155307/
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