Pau Gasol ante el australiano Baynes |
Después de varias semanas sin publicar en el blog –que no sin trabajar en él- comenzamos a desvelar el fruto de ese trabajo en la sombra con este artículo, primero de varios en los que resumiremos algunos detalles destacados de lo acontecido deportivamente en este año 2012 que pronto será historia. Se trata de una pequeña cuenta pendiente arrastrada desde hace cuatro meses que por causas ajenas a mi voluntad y por no organizarme todo lo bien que acostumbro en estas cosas tuve que aplazar hasta día de hoy: La publicación del libro-dossier sobre la competición masculina de baloncesto en los Juegos Olímpicos de Londres. A este le seguirán otros especiales ya bastante rematados que iré publicando en las próximas semanas. Confío en que el año que viene (con la ventaja de no tener el trabajo extra que suponen unos Juegos Olímpicos) pueda completar estos trabajos de fin de curso con mayor celeridad. Hagamos un breve viaje en la máquina del tiempo y situémonos cuatro meses atrás, en agosto de 2012...
Profesionales, aficionados y periodistas deseaban asistir en Londres a la reedición de la final de Pekín 2008 en la que los Estados Unidos se llevaron el oro apuradamente ante una gran Selección Española. Las casas de apuestas locales –furor es lo que siente el británico medio por estas cosas- apenas otorgaban dividendos a una final “USA-ESP”. Y aunque el resultado final del torneo fue calcado al de los anteriores Juegos Olímpicos, el desarrollo del campeonato nunca hizo sospechar su desenlace. Mientras los Estados Unidos ganaban fácilmente a todos sus rivales salvo Lituania, la España que hemos conocido en los últimos años aparecía y desaparecía, mostrando dos caras bien opuestas tal y como vienen siendo los campeonatos de nuestra selección bajo la dirección técnica de Sergio Scariolo, ese entrenador sobrevalorado que ha tardado casi más tiempo en marcharse de una santa vez del banquillo nacional como un servidor en terminar el análisis estadístico del campeonato...
Kevin Durant, calidad y clase en la cancha |
Llegaban ambos equipos candidatos al oro diezmados por las bajas. Mientras en España era baja Ricky Rubio (lesionado de gravedad tras un choque fortuito con Kobe Bryant en un Lakers-Timberwolves inmediatamente posterior al All-Star) en los Estados Unidos había también bajas sonoras, caso de Derrick Rose, Dwight Howard y Blake Griffin. La ausencia de estos jugadores y en especial de Howard alimentó el debate sobre la supuesta vulnerabilidad norteamericana en el juego interior y el partido que de ello podrían sacar equipos con pívots potentes como sin ir más lejos España. Otros jugadores llegaron a Londres “sobre la bocina”, así Rudy Fernández, aquejado durante toda la temporada de problemas lumbares que requirieron intervención quirúrgica y cuya lenta recuperación hizo temer por su concurso, o Juan Carlos Navarro, a quien la fascitis sufrida en un pie mermó su rendimiento en el campeonato e incluso le privó de disputar un par de encuentros por precaución.
La competición se dividió como es ya habitual en dos grupos de seis equipos. La competición se inició el domingo 29 con el disputado enfrentamiento entre las dos selecciones más flojas del Grupo A: Nigeria y Túnez, con victoria por 60-56 para los centroafricanos. Los Estados Unidos comenzaron su competición ganando a Francia por 98-71, distanciándose en el marcador tras un primer cuarto igualado y con Kevin Durant como máxima figura y anotador (22 puntos, 9 rebotes) mientras que la estrella francesa Tony Parker firmaba una actuación irregular muy por debajo del nivel esperado.
Pau ante el gigante chino Zhang |
El primer partido de España tuvo lugar ante China, un equipo voluntarioso pero más flojo que el de hace cuatro u ocho años. Juan Carlos Navarro jugó y anotó 14 puntos en 18 minutos, pero su refractaria lesión en el pie le impidió disputar los dos siguientes encuentros. Pau Gasol firmó su primer doble-doble con 21 puntos y 11 rebotes. España ganó por 97-81. En los otros dos partidos de su grupo Brasil ganó apuradamente a Australia (75-71) y Rusia advirtió a los anfitriones británicos de lo difícil que iba a ser clasificarse para cuartos ganando de veinte (95-75).
Kirilenko fue una pesadilla para China |
En la segunda jornada se enfrentaron Francia y Argentina. Los sudamericanos se las prometían felices tras ganar a Lituania (con 32 puntos de Scola) pero Francia les sorprendió gracias a la inspiración de Parker y Batum y a un gran trabajo defensivo. Lituania venció a Nigeria y Estados Unidos pasó por encima de Túnez (110-63) dando sensación no sólo de poderío individual sino también de compenetración y compromiso colectivo. En el Grupo B no hubo sorpresas y ganó quien se esperaba. Rusia a China de 19 puntos, España a Australia de 12 (tras una preocupante relajación final de los de Scariolo que poco faltó para que costara cara) y Brasil apuradamente a Gran Bretaña, que opuso gran resistencia con la gran actuación de Mensah-Bonsu y Deng.
En el tercer partido de su grupo, los Estados Unidos propinaron una sonora paliza a Nigeria ganando de 83 puntos tras una segunda mitad que más que un partido de baloncesto propiamente dicho parecía el concurso de triples del All-Star. Carmelo Anthony lideró la escabechina a los africanos con sus 37 puntos (10 de 12 en triples). La cosa quedó en 156-73 y, naturalmente, en record anotador olímpico batiendo la anterior marca que databa de 1988, cuando Brasil ganó a Egipto en Seúl por 138-85... aunque la victoria más amplia sigue siendo la conseguida por cien puntos exactos (120-20) por Corea –entonces sólo una- frente a Irak en Londres 1948. Francia y Lituania dirimieron la hipotética segunda plaza de grupo, habida cuenta de los resultados anteriores. Los galos volvieron a ganar apoyándose en Parker y Batum –ambos pasaron de veinte puntos- mientras que Lituania se tuvo que hacer a la idea de reservarse la cuarta plaza del grupo. En el B estuvo a punto de saltar la sorpresa en el España-Gran Bretaña. Los locales, con Freeland y Deng brillantes, pusieron en jaque al conjunto español, cuya dirección técnica parecía haber entrado en barrena una vez más. Se consiguió ganar, muy apuradamente y por un sólo punto (79-78). También por un punto ganó Rusia a Brasil en otro trepidante partido, gracias a un gran segundo cuarto y con Mozgov como hombre clave. Antes, Australia dio cuenta de China ganándola de 20 puntos.
Kobe Bryant y Jasaitis en una acción del Lituania-USA |
El pívot tunecino Mejri, ante los lituanos |
El partido decisivo de la jornada en el Grupo B fue el España-Brasil. Se especuló acerca de que una hipotética derrota española evitaría el temido enfrentamiento contra Argentina en cuartos y, asímismo, el choque ante los Estados Unidos hasta el último partido. Brasil parecía tener las mismas intenciones. Fue un partido muy raro, en el que ambos equipos anotaron mucho pero con la sombra de la duda planeando por el pabellón. Y aunque había jugadores españoles indudablemente metidos en el partido (Pongo la mano en el fuego en primer lugar por Pau Gasol y Calderón) apareció de nuevo el nudo mental de Scariolo y su pobre planteamiento defensivo para que el resultado que debía darse se diera: Brasil ganó 88-82 y aunque se sabía que el camino a la final quedaba expedito, muchos nos fuimos cabreados a la cama aquella noche. Rusia aseguró por la mañana su primer puesto, pese a su derrota mínima ante Australia en otro de esos partidos que levantan sospechas (82-80) mientras que en el duelo de eliminados Gran Bretaña brindó a su afición una abultada victoria ante los chinos.
Los emparejamientos para los cuartos de final quedaban así: Rusia-Lituania, Estados Unidos-Australia, Brasil-Argentina y Francia-España. Y se trasladó la sede de los partidos al más amplio pabellón de North Greenwich (comercialmente conocido como O2) a las orillas del Támesis. Como era de esperar, los “yanquis” no dieron opción alguna a los “aussies” y pasaron a semifinales por 110-86. En este partido, LeBron James consiguió firmar el único triple-doble del campeonato con 11 puntos, 14 rebotes y 11 asistencias. Más reñidos fueron los otros tres partidos. Rusia se clasificó tras vencer a Lituania de nueve puntos (83-74) gracias a un Kirilenko estelar (19 puntos, 13 rebotes) y al descalabro lituano en los tiros de dos puntos, mitad por desacierto y mitad por mérito defensivo ruso. El segundo cuarto fue clave en el Brasil-Argentina, que ofrecieron un gran encuentro de rivalidad sudamericana. La veteranía de Ginóbili, Scola, Nocioni y los triples de Delfino colocaron a Argentina de nuevo en semifinales (82-77). La tensión fue máxima en el Francia-España. Un partido que comenzó como una pesadilla para los españoles y en el que la buena defensa que había brillado por su ausencia en partidos anteriores reapareció en el momento más oportuno. Parker y Batum fueron neutralizados y aunque emergió Diaw, los hermanos Gasol volvieron a liderar bajo el tablero para llevar a España a semifinales con una angustiosa victoria. Batum, presa de la frustración, agredió a Juan Carlos Navarro al final del encuentro.
San Emeterio entra a canasta ante Kirilenko tras una contra |
Pese a que el desarrollo de la competición no fue el esperado en su fase de grupos, se plantaron en semifinales los cuatro equipos esperados. Rusia y España disputaron la primera semifinal. Existía el precedente del partido de la primera fase y por parte española se hicieron votos para no volver a caer en los mismos errores. Sin embargo, Rusia se adelantó en el marcador llegando a disfrutar de una ventaja de 11 puntos (31-20) al llegar el descanso. Blatt volvió a ganarle la partida táctica a Scariolo. Pero en el tercer cuarto las tornas cambiaron completamente y Pau Gasol volvió a ejercer su liderazgo –tras un tercer cuarto impecable- para que España alcanzara y superara a Rusia, ganando finalmente de ocho puntos (67-59). España volvía a conseguir plaza en la final de los Juegos Olímpicos. Pese al duro camino atravesado, las dudas en el banquillo y la irregularidad en la cancha, con mucha menos brillantez de la esperada se había vuelto a conseguir el gran objetivo planteado. Ahora quedaba un último partido en el que si se hacían las cosas bien se podría pensar en el oro. El rival –como en las dos anteriores ocasiones y tal como se presumía- iban a ser los Estados Unidos, que volvieron a ganar a Argentina por 109-83, gracias como de costumbre a los triples de Durant y Anthony, al poderío en la zona de LeBron James y a la inspiración pasadora de Paul. Argentina opuso resistencia hasta el tercer cuarto, cuando la superioridad física de los norteamericanos se dejó notar.
Vibrante partido entre rusos y argentinos por el bronce |
El partido entre Rusia y Argentina por el bronce respondió a las expectativas y fue muy disputado. Rusia llegó con una ligera ventaja al último cuarto que supo administrar para asegurarse el tercer puesto. Kirilenko en la zona (20 puntos, 8 rebotes) y Shved en el perímetro (25 puntos -6 de 11 en triples-, siete asistencias y cinco rebotes) fueron los puntales del éxito ruso. La buena actuación de Ginóbili y Nocioni –la veteranía siempre es un grado en este tipo de partidos- no fue tan respaldada por el resto de su equipo. Rusia conseguía su primer podio olímpico al margen de la época soviética y David Blatt, tras el éxito, anunció su marcha del banquillo de la selección del país más extenso del mundo.
Los Estados Unidos confiaban en la victoria final y su candidatura era mucho más sólida que la española para la consecución del título olímpico dada su trayectoria. Los americanos habían pasado un sólo momento de apuro ante Lituania mientras que los españoles apenas habían gozado de un partido tranquilo ante China. Sin embargo, a un partido y con gente en las filas españolas como Pau Gasol y Juan Carlos Navarro –por ejemplo- todo podía pasar. El recuerdo del denominado como “El mejor partido FIBA de la historia” cuatro años antes en Pekín flotaba en el ambiente. Pocos eran, pese a ello, quienes se aventuraban a pronosticar que la historia volvería a repetirse. Pero se repitió.
El comienzo del encuentro, como hacía cuatro años, fue de infarto. Tres triples consecutivos de Juan Carlos Navarro colocaron a España con ventaja en el marcador (12-7), ventaja que Durant y compañía neutralizaron seguidamente con un parcial de 8-0. En el segundo cuarto se vivieron los mejores minutos de baloncesto de todo el campeonato olímpico londinense. Con una gran inspiración ofensiva de los hermanos Gasol y Sergio Rodríguez (¿por qué un jugador de tanta calidad como la demostrada en esta final fracasó en la NBA?) y el trabajo defensivo de Sergio Llull, España volvió a adelantarse en el marcador tras sendos triples de cada uno de los Sergios. Talmente parecía que el otro Sergio (Scariolo) había recibido al fin el hálito divino en su mente para no confundir a sus jugadores.
Mediado este segundo cuarto se produjo un hecho que juzgo decisivo en el devenir del choque: dos faltas consecutivas de Marc Gasol que totalizaban cuatro, y que apartó al hermano pequeño de Pau de casi todo el resto de la final. La baja de un hombre inspirado en un puesto clave justo donde y cuando España comenzaba a mostrarse superior. Ibaka ocupó su lugar y aunque lo hizo muy bien en ambas zonas, el miedo a cometer faltas personales cundió entre los españoles, que permitieron en lo sucesivo entradas a canasta a gente como Bryant y James que resultaron letales.
Juan Carlos Navarro, inmenso en ataque con sus 19 puntos en los dos primeros cuartos, pasó a labores defensivas sobre Kobe Bryant y Chris Paul y lo que se ganó en defensa se perdió en ataque. Fue entonces cuando emergió el mejor Pau Gasol como líder ejemplar para sostener a España y mantener sus opciones de victoria. Siempre he puesto como ejemplo de liderazgo ideal a Pau Gasol y este ejemplo llegó en la final olímpica de Londres 2012 al paroxismo: Eficaz en el rebote, letal ante la canasta, siempre inteligente para ceder el balón al compañero mejor colocado, auxiliando ofensiva y defensivamente al base, al alero, al otro pívot. Intimidatorio, atento y siempre bien colocado en la zona propia, obstruyendo al rival justo lo necesario... Si fuera entrenador de baloncesto pondría el vídeo de este partido a mis jugadores para que vieran a un verdadero líder en acción.
Pau Gasol y Kevin Love (líderes en rebotes en los JJOO) pugnan por un balón |
LeBron James surgió como el villano de la película, propinándole un golpe fortuito a Pau en el inicio del último cuarto, y con dos acciones ofensivas casi consecutivas (una penetración con mate final y un triple) que sentenciaron la suerte del partido. Estados Unidos renovó con mucho sudor su título olímpico de Pekín y España, como allí hace cuatro años, volvió a quedarse a un escalón de la gloria olímpica. Da mucha rabia perder un campeonato como este muriendo en la orilla, pero a la vez debemos sentirnos todos orgullosos (muy pocos equipos han logrado subírsele a las barbas a los Estados Unidos en competición olímpica) y agradecidos (porque el resultado final no debe ocultar el errático devenir de la Selección Española en el transcurso de la competición). Por otro lado, considero justo el resultado final ya que los estadounidenses han ganado todos sus partidos, la mayoría por diferencias holgadas que en ocasiones fueron abrumadoras. El debate acerca de si éste grupo era mejor o peor que el “Dream Team” de Barcelona’92 no queda del todo resuelto, aunque es indudable que nos encontramos ante uno de los mejores planteles olímpicos que los norteamericanos han presentado junto con Roma 1960, Los Ángeles 1984, Barcelona 1992 y Pekín 2008.
Los miembros del equipo USA festejan su oro... |
En el capítulo de estadísticas individuales, a Kevin Durant le cabe el honor de haber sido elegido mejor jugador del torneo olímpico, aunque los cálculos de valoración por el sistema FIBA otorgan tal honor a Pau Gasol. Sea como fuere, ambos jugadores pueden repartirse la mayor parte del pastel dada su presencia en la avanzada de la gran mayoría de apartados. Pau es líder en rebotes totales junto a Kevin Love (el promedio lo lidera el chino Yi). Kevin Durant es el que más puntos ha anotado, aunque en el promedio el nº1 es para el la estrella aborigen australiana Patrick Mills. En asistencias lideran el ruso Shved en el total y el argentino Prigioni en el promedio. En tapones lidera ambas listas el tunecino Mejri, y en valoración FIBA Pau Gasol, Durant, LeBron James, Kirilenko y Ginóbili comandan por este orden tanto en puntos absolutos como en promedio.
... y los españoles, su plata. |
Fue un gran campeonato olímpico, en el que hubo bajas ilustres y retornos destacados (Brasil). Hubo partidos muy igualados pero paradójicamente en ninguno de ellos se llegó a disputar una triste prórroga. Hecho casi inaudito en un campeonato de semejante calibre. Los dos pabellones en los que se disputó el torneo (Basketball Arena la primera fase y el North Greenwich en las eliminatorias) registraron entradas irregulares pero se demostraron como sedes a la altura del acontecimiento.
Por último, y a sabiendas de que a algunos lectores puede que no les guste que mezcle churras con merinas (a otros sí, que de todo hay) no puedo traicionar mi memoria sin incluir en este especial sobre el baloncesto en Londres 2012 un último apunte paralelo que completa mi visión personal. Espero que se sepa interpretar bien, pues no parte sino desde el respeto y la admiración, que son sentimientos nobles como aseveran los clásicos.
Verán ustedes... Tras la disputa de la final del Mundial de Japón 2006 y la gloriosa consecución del primer Campeonato del Mundo de Baloncesto para España, tanto en el seno de la delegación española como en buen número de aficionados entre los que me cuento disgustó la no presencia de siquiera un miembro de la Familia Real en Saitama. Políticos los hubo, claro (hubieran asistido aunque el Mundial se hubiera disputado en Marte, ¿qué no hacen los políticos por una foto con un trofeo, verdad?) pero faltó la más alta representación nacional que sigue ostentando la Corona (aquel aforismo de “Viva el Rey y muera el mal gobierno”, ya se sabe). Esa ausencia supuso que el baloncesto patrio se sintiera olvidado y marginado en su gran día frente a otros deportes. Zarzuela alegó problemas de agenda para justificar la ausencia de sus miembros, pero lo cierto es que bien para la final o para disputar el bronce (ambas eran circunstancias históricas), se sabía que habría posibilidad de medalla desde cuatro días antes. Tiempo suficiente para desmadejar agendas, adaptarse al jet-lag y a diferencias horarias... (Cuestión que tampoco era problema, pues semifinal y final se disputaron al mediodía español) Y bastaba con enviar a uno de los entonces esposos de las infantas. Y hay que tener en cuenta, además, que para eventos de semejante categoría no faltó la presencia real (Título Mundial de Fútbol en Sudáfrica, de Balonmano en Túnez, etc... incluido el propio baloncesto –Eurobasket 2007, 2009- deporte al que por cierto se sabe que es muy aficionado el Príncipe)
Sí hubo tal presencia en los Juegos Olímpicos de Londres, como la hubo en Pekín 2008 (con 6 horas de diferencia horaria, por cierto), ya que acudieron a diversas competiciones la Reina y los Príncipes. Seguramente no se presentó así vestida en el Pabellón de North Greenwich con intención de ganarse el perdón de nadie, pero la aparición de la Princesa Letizia -francamente atractiva con un conjunto “sport” blanco que incluía una versión del polémico polo de la firma Bosco- dejó boquiabiertos a los espectadores (entre otros, al mismísimo David Beckham) y consoló a nuestros subcampeones olímpicos, que lucieron sus medallas de mucho mejor semblante que en Pekín. Tan efectivo despliegue de encantos bien vale para perdonar a la Casa Real en su conjunto por su desliz japonés. Al menos yo lo he hecho.
La Princesa Letizia fascinó con su belleza a propios y extraños en la final del North Greenwich Arena |
Además de otras cualidades meramente personales (inteligencia, carácter) una de las cosas más admirables de la Princesa Letizia es que en ciertos actos y apariciones públicas brilla muy por encima de lo que cabe esperar de su belleza y su elegancia, que dicho sea de paso no es poco. De igual modo, aún sabiendo de los límites que cada uno tiene, jugadores como Pau Gasol, Juan Carlos Navarro, Kevin Durant o LeBron James suelen brillar en los momentos más decisivos. En finales como la de Londres sin ir más lejos. El gran espectáculo ofrecido en la cancha por ambas selecciones, aderezado con esta suculenta guinda principesca desde las gradas, convirtió la final londinense en un acontecimiento digno de conservarse en la memoria por distintos motivos. Letizia Ortiz no fue la única guapa oficial en el North Greenwich, ya que también asistió la ex-Miss España Helen Lindes, en calidad de pareja de Rudy Fernández. España ganó claramente en la grada...
Y después de los requiebros y de los piropos, el dossier prometido. Para compensar mi tardanza en publicarlo lo he enriquecido con el cálculo de la valoración por puntos FIBA, dados los datos de los que dispuse. Es un documento preparado con mucho esmero y dedicación, pero si aún así algún lector detecta algún error o errata no dude en comunicármelo.
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