![]() |
Recio y Delgado, en pos de la victoria |
Se nos acumulan las efemérides redondas en esta época del
año, pero desgraciadamente a mi no me conceden tiempo extra para preparar un
artículo en condiciones sobre cada una de ellas. Así que después de una
profunda reflexión acerca de qué quiero hacer con el blog he decidido que si no
puedo cumplir con un artículo a tiempo, prefiero anotar aunque sea en titulares
para desarrollarlo más adelante que tener el blog semi-abandonado como en los últimos
meses.
La que toca hoy es el XXX aniversario de la Vuelta de
1985, la primera del palmarés de Pedro Delgado. Y he escogido precisamente la
fecha de hoy por tratarse del aniversario de la etapa decisiva. La penúltima,
entre Alcalá de Henares y Palazuelos de Eresma (en las famosas Destilerías
DYC), y que junto al protagonista tiene en sus papeles estelares al “villano”
Robert Millar y al ciclista del Kelme Pepe Recio como compinche.
El escalador escocés (hoy Philippa York) vestía el
maillot amarillo desde la etapa de Tremp –a mitad de competición- tras una
sucesión de líderes que incluyó entre otros al más joven de la historia, un tal
Miguel Indurain, al emergente Pello Ruiz Cabestany y al propio Delgado. Tras la
contrarreloj de Alcalá de Henares del día anterior se daba a Millar como
ganador de la Vuelta’85 pero aún quedaba una etapa de riesgo: la por entonces tan
inefable como intrascendente etapa de los puertos del Sistema Central. “Perico”
había quedado sexto en la general a más de seis minutos del líder, pero contaba
aún con una pequeña posibilidad y decidió jugárselo todo a una carta. Justo en
las carreteras que más conocía: las próximas a su Segovia natal. Subiendo el
puerto de Navacerrada lanzó un ataque que Millar y su equipo subestimaron. Delgado
alcanzó a Recio -entonces cabeza de carrera- y juntos se conjuraron para llegar
a la meta y conseguir cada uno sus objetivos. Recio la etapa, Delgado la
Vuelta.