Ayer domingo 23 de marzo falleció en Madrid el ex-presidente Adolfo Suárez a los 81 años de edad, víctima de una neumonía derivada de la afección degenerativa que padecía desde hacía varios años. Como homenaje póstumo a una de las principales figuras de la reciente historia de España iniciamos con él un nuevo apartado del blog que revelará la relación de varios personajes públicos con el deporte. Una relación no siempre conocida y que a veces influye de forma decisiva en su devenir profesional o personal.
La gran afición deportiva de Adolfo Suárez fue el fútbol, deporte que practica desde muy pequeño en su Cebreros natal, y para el que llega a desarrollar ciertas dotes. Juega en el Dinamita, un equipo aficionado local. Por su veloz carrera se adapta a la posición de extremo derecha, retrasándose tiempo después a lateral derecho. De orígenes paternos gallegos, se desplaza en los veranos a La Coruña donde juega también algunos partidos e incluso realiza una prueba para ingresar en el Juvenil del Deportivo coruñés. Tiempo después se tiene constancia de que organiza varios eventos lúdico-deportivos (partidillos de fútbol en su mayoría) ya como miembro de la organización Acción Católica.
Con el "Dinamita". Adolfo Suárez, abajo, segundo por la derecha |
Rey, Príncipe y futuro Presidente (26/06/1976) |
Suárez asistió por razón de su cargo a algunos partidos de fútbol. Como por ejemplo finales de Copa. En la final de Copa de 1976 –la última Copa del Generalísimo- tuvo lugar una conocida anécdota con el rey Juan Carlos. En el estadio Santiago Bernabeu de Madrid se disputaba la final entre el Atlético de Madrid y el Real Zaragoza, al que Suárez acudió en calidad de ministro secretario general del Movimiento. Entablando conversación con el rey, éste le señaló a Bernabeu y al presidente colchonero Vicente Calderón –ambos de avanzada edad- y después al presidente zaragocista José Ángel Zalba, el presidente de equipo de fútbol más joven de su época que contaba con treinta y seis años de edad. El rey Juan Carlos le dijo entonces a Adolfo Suárez “Bernabeu está muy mayor. Hacen falta en varios sitios presidentes jóvenes”. Captada la indirecta o no, fue desde luego premonitoria: justo una semana después, previa dimisión del presidente Carlos Arias Navarro, Adolfo Suárez era elegido nuevo presidente.
Aquel día, el Atlético de Madrid ganó el título de Copa tras ganar con un gol de Gárate mediada la primera parte, para alegría entre otros del aún imberbe príncipe Felipe, también presente en el palco del Bernabeu.
Uno de los últimos eventos públicos a los que Adolfo Suárez pudo acudir fue otra final de Copa, la que enfrentó en el mismo escenario al Real Madrid y al Deportivo de La Coruña, en el día del centenario madridista (6 de marzo de 2002). El Deportivo ganó por 1-2 y conquistó su segundo título de Copa, en el partido que fue bautizado como el “Centenariazo”. Suárez fue un confeso seguidor del Deportivo, club que le homenajeó en aquellas fechas con la entrega del carnet de socio nº 30.000.
Otra de sus aficiones deportivas fue el tenis. Según parece, se aficionó a este deporte durante los años sesenta, una época gloriosa del tenis masculino español que contaba con varias de las primeras raquetas de la época: Santana, Gimeno, Orantes... Instalado en el Palacio de la Moncloa desde 1977, una de las rutinas habituales en sus jornadas de descanso era un partidillo de tenis en una pista habilitada en el recinto monclovita. Llegó a disputar partidos de dobles informales junto a Manolo Santana frente a algunos de sus colaboradores. Ciertas fuentes apuntan que llegó a jugar con el rey Juan Carlos algún partido, aunque como es sabido al monarca le iba más el squash.
El golf fue otro de los deportes que el ex-presidente Adolfo Suárez practicaba de vez en cuando.
Panorámica del Estadio Adolfo Suárez de Ávila |
Recién elegido presidente de gobierno, en 1976, se inaugura en Ávila el nuevo estadio local al que se bautiza con su nombre. El Estadio Adolfo Suárez tiene capacidad para seis mil espectadores y su arquitectura tiene una singularidad poco frecuente en España que le emparienta con los estadios al modo francés: un velódromo rodea al terreno de juego de fútbol. Éste velódromo acogió el final de una de las etapas más recordadas de la historia de la Vuelta a España. En 1983, partiendo desde Salamanca, el campeón francés Bernard Hinault dio un vuelco a la clasificación en su favor atacando en el puerto de Serranillos. Sólo Marino Lejarreta y Vicente Belda resistieron el demarraje del bretón, llegando los tres juntos a Ávila. Tras dar una vuelta completa al velódromo el propio Bernard Hinault gana la etapa al sprint y accede al liderato que conservará hasta el final de la prueba.
Inaugurado con un partido amistoso entre el Atlético de Madrid y la UD Salamanca, es un estadio de grato recuerdo reciente para los oviedistas, ya que el Real Oviedo disputó en él dos partidos de promoción de ascenso a Segunda División B ante el Real Ávila. Ambos ganados. El primero en 2004 por 1-2, y el segundo el año siguiente -19 de junio de 2005- por 1 a 5, que dejó sentenciada la eliminatoria final en favor de los azules y que significó el ascenso.
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