Hoy
festejamos un cumpleaños ilustre. Cumple cincuenta
años el futbolista que marcó a toda una generación de aficionados durante
los años ochenta, que rompió con el canon futbolístico que venía imperando en
las temporadas precedentes y que llegó incluso a representar el cambio
sociológico de la sociedad española recién incorporada a la Comunidad Económica
Europea. Un muchacho bajito y rubio que opuso la técnica a la táctica, el
talento ante el músculo y el fútbol vistoso, combinativo y de ataque frente al
imperio de la defensa y el fútbol-fuerza.
Con la
perspectiva que nos da el paso del tiempo y la evolución de los hechos, su
figura no ha hecho más que agrandarse. Podemos afirmar sin miedo a error que la
figura de este menudo y atípico futbolista entendido en arte y que practicaba
yoga se adelantó una generación natural a sus congéneres, profetizando un tipo
de fútbol que habría de convertir en un futuro a la Selección Española en
campeona del Mundo. Como Juanito o Fernando Martín, de quienes ya hemos
hablado, su carisma trascendió el ámbito del madridismo para ser admirado y
respetado por cualquier aficionado al fútbol y al deporte, sea del equipo que
sea. Hoy homenajeamos a Emilio
Butragueño.
______________________________________________________________________________
En el nido
Emilio Butragueño Santos viene al mundo en el hospital
Nuestra Señora del Rosario de Madrid el 22 de julio de 1963, como segundo hijo
del matrimonio formado por Emilio (padre) y Pilar. Tiene una hermana mayor
llamada como su madre. La familia Butragueño es una familia cristiana y tradicional
con un plan fijo para los domingos. Por las mañanas a misa, y luego al fútbol.
Emilio Sr. se dedicaba al mundo de la perfumería aunque de joven había sido
futbolista en clubes no profesionales. Forofo del Real Madrid, no dudó en hacer socio madridista a su hijo a la
mañana siguiente de su nacimiento.