Para determinar la sede del XVIII Mundial
a celebrarse en 2006 hubo el 8 de julio de 2000 una votación muy reñida
entre varias candidaturas. Quedando sólo la alemana y la sudafricana,
aquélla fue elegida en un desempate por un sólo voto de diferencia. Alemania
contaba con la experiencia de organización del Mundial de 1974 en la
RFA, y ahora como unida -aportando como extra la sede de Leipzig- se
esperaba una organización al menos tan brillante como lo había sido en
la anterior ocasión. Además de la mencionada Leipzig fueron sede
mundialista en 2006 Munich (incluido partido inaugural), Stuttgart,
Frankfurt del Meno, Nuremberg, Kaiserslautern, Colonia, Dortmund,
Gelsenkirchen, Hannover, Hamburgo y Berlín (escenario de la final). Casi
todos los estadios sufrieron profundas reformas que liquidaron las
pistas de atletismo típicas del modelo autóctono de estadio. En Berlín, por contra, no se eliminaron sino que se sustituyó el clásico tartán encarnado por un tartán azul que marcaría futura tendencia.
Turquía
(tercera en 2002), Irlanda, Senegal y Uruguay –presentes en la edición
anterior- no acudieron a Alemania. Tampoco Bélgica, habitual de los
últimos campeonatos. A cambio, volvieron clásicos del Viejo Continente
como Holanda y Suiza, y se estrenaron en la fase final nada menos que ocho selecciones:
las “herederas” de participantes anteriores Serbia y Montenegro,
Ucrania y la República Checa, más las africanas Ghana, Costa de Marfil,
Angola y Togo y la isleña americana Trinidad y Tobago entrenada por el
veterano holandés Leo Beenhakker.
El calendario se mantuvo con respecto a anteriores convocatorias y la novedad más destacada fue la abolición del “Gol de Oro” y la consiguiente disputa de la totalidad de la prórroga.
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Chut de Klose ante Ecuador |
Alemania,
país donde la fiabilidad es una religión, no permitió que Costa Rica le
amargara el partido inaugural en Munich. El encuentro fue muy animado y
se marcaron seis tantos (4-2 para los anfitriones) lo que hizo soñar a
los aficionados al fútbol con un Mundial lleno de goles. Alemania continuó su liguilla inicial con sendas victorias ante Polonia y Ecuador y lideraron sin problemas el Grupo A.
Los ecuatorianos, más maduros que en la anterior convocatoria,
consiguieron la segunda plaza eliminando a Polonia y Costa Rica.
El Grupo B tenía como cabeza de serie a Inglaterra, que tampoco falló. Cediendo un único empate ante Suecia (2-2), los hombres que entrenaba el nórdico Sven Goran Eriksson fueron primeros de grupo. Suecia
fue segunda, ya que cedió en su primer partido un sorprendente empate
ante Trinidad y Tobago, celebrado por sus jugadores como si del título
se tratara. Paraguay fue el otro contendiente del grupo que quedó
eliminada.
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Angola e Irán, en el Grupo D |
El Grupo C era muy duro. Enfrentaba a la siempre importante Argentina con la no menos prestigiosa Holanda,
la emergente Costa de Marfil y el rescoldo de la antigua Yugoslavia en
forma de selección conjunta de Serbia y Montenegro. Ésta fue una de las
grandes decepciones del torneo y fue goleada por Argentina por 6-0. Su
eliminación como última de grupo y la escisión montenegrina liquidó el
equipo tras la celebración del Mundial. Holanda superó en el partido
clave a la Costa de Marfil
de Didier Drogba con dos goles consecutivos de Van Persie y Van
Nistelrooy en la primera mitad. Argentinos y neerlandeses se
clasificaron para los octavos de final.
El Grupo D estrenaba a México
como cabeza de serie, y junto a los norteamericanos competían Portugal,
Angola e Irán. Un gol de Pauleta apenas iniciado el partido dio la
victoria a los portugueses ante su ex-colonia. Tampoco cederían ante
iraníes y mexicanos, clasificándose primeros de grupo con tres
victorias. El conjunto portugués, subcampeón europeo, unía a la
generación saliente de Figo y compañía con la emergente encabezada por Cristiano Ronaldo –estrella mundial en ciernes-. México, pese a su derrota ante Portugal, se clasificó como segunda de grupo. Angola e Irán volvieron a casa.
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Zinedine Zidane |
Italia impresionó por su solidez en la primera fase, algo inusitado en su historial. Con Andrea Pirlo
como gran director de juego en el campo, el conjunto de Marcelo Lippi
ganó a ghaneses y checos y empató ante los estadounidenses. Pese a que
la participación de la nueva selección de EE.UU. había despertado gran
interés, sólo puntuaron ante Italia. Los checos, muy fuertes en
campeonato continental, se vinieron abajo en el Mundial y cedieron la
segunda plaza del Grupo E a Ghana, que contaba con un grupo de jugadores jóvenes, fuertes y sin miedo a ganar entrenados por el serbio Ratomir Dujkovic.
El Grupo F partía con Brasil
y Croacia como claras candidatas a octavos frente a las a priori más
débiles Australia y Japón. Pero a la hora de la verdad, Australia se
mostró como un equipo serio y difícil de batir. Japón fue la jueza entre
australianos y croatas. Aquellos ganaron a los nipones y los últimos
tan solo empataron. Australia fue segunda tras Brasil, que ganó sin alardes sus tres partidos de grupo.
El Grupo G suponía una oportunidad de redención para Francia. Zidane
había vuelto a la selección gala tras su inicial renuncia. Muchos de
los jugadores campeones ocho años antes seguían en el equipo francés,
que era muy veterano. La falta de frescura (la que aportaba el brillante
Ribèry) fue paliada con gran experiencia en partidos de competición. Suiza
fue primera de grupo tras empatar con Francia sin goles y superar
después a Togo y Corea del Sur. Francia, que empató ante los
surcoreanos, se lo jugó todo ante la Togo de Adebayor. El duelo entre
inexpertos y expertos fue ganado por éstos últimos. Francia fue segunda.
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Villa celebra su gol a Ucrania |
El Grupo H comenzó con el primer puñetazo en la mesa del Mundial. España, entrenada ahora por un experto en mil batallas (Luis Aragonés) comenzó el campeonato con buen pie deslumbrando ante la Ucrania de Oleh Blokhin con Shevchenko
como figura a la que goleó por 4-0 bajo un calor sofocante. Después,
España pasó por mayores apuros para doblegar a Túnez y a Arabia Saudí y
alcanzar la primera plaza del grupo. Ucrania fue segunda gracias a la
victoria final ante Túnez por 1-0 (Rebrov de penalti).
En los octavos de final se vivieron duelos muy intensos. Alguno de ellos abocado a prórroga (Argentina-México) y penaltis (Suiza-Ucrania). Las dos finalistas de 2002 no pasaron apuros: Brasil superó a la inexperta Ghana por 3-0 con goles de Adriano, Zé Roberto y Ronaldo (que se proclamó con éste gol máximo goleador histórico de las fases finales mundialistas), mientras Alemania
superó a Suecia con dos goles iniciales de Podolski. El resto de los
partidos se vivieron con mucha intensidad. España y Francia se
enfrentaron en un partido de octavos digno de una eliminatoria superior.
Villa, de penalti, adelantó a los ibéricos pero los galos empataron antes del descanso gracias a una jugada de Ribèry. Con igualdad en el campo, un error del árbitro italiano Rosetti –quien sancionó una inexistente falta de Puyol sobre Henry- provocó el 2-1 de Vieira. Con España aturdida y volcada al ataque desesperado, una contra finalizada por Zidane
sentenció el pase de Francia a cuartos. España quedaba eliminada una
vez más, pero de esa derrota nacería el equipo campeón del futuro. Por
su parte, Inglaterra, Italia y Portugal
ganaban por 1-0 a Ecuador, Australia y Holanda respectivamente. Italia
se benefició de otro error arbitral para lograr la victoria de penalti
en el descuento. Argentina derrotó a México en la prórroga por 2-1 y Ucrania pasó por penaltis en una tanda en la que Suiza fue incapaz de convertir uno solo de sus lanzamientos.
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Lahm protege el balón ante Maxi Rodríguez |
Francia y Brasil se reencontraban tras la final de 1998 en los cuartos de final.
Un gran Zidane y un gol de Henry eliminaron a Ronaldo y compañía,
sumiendo a Brasil en una catarsis que acabaría con una gran remodelación
del equipo. Alemania y Argentina,
en otro duelo de campeones mundiales, se jugaron el pase a semifinales a
penaltis. Lehmann detuvo dos lanzamientos a Ayala y Cambiasso y con
ello clasificó a los anfitriones. Inglaterra y Portugal
reeditaron la eliminatoria de cuartos de final de la Eurocopa
precedente con idéntico resultado: Pasa Portugal a penaltis. Ricardo
volvió a ser el héroe luso y devolvió con sus paradas al país ibérico a
las semifinales tras la hazaña de 1966. Italia fue la única selección que pasó cómoda a la siguiente fase doblegando a Ucrania por 3-0.
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Cristiano y Zidane |
Cuatro equipos europeos se enfrentaron en semifinales en pos del título mundial. Alemania e Italia
ofrecieron una semifinal a la altura de la histórica que ambas
protagonizaron en 1970 en México, aunque sin el frenesí goleador de
aquella ocasión. Tras un partido muy intenso que terminó sin goles llegó
la prórroga. Cuando todo estaba preparado para la tanda de penaltis,
dos goles consecutivos de Grosso y Del Piero
clasificaron apuradamente a Italia para la final y provocaron la gran
decepción germana. Francia y Portugal se jugaron la otra plaza en la
final de Berlín. Zidane, de penalti, desequilibró el partido y clasificó a su selección. Posteriormente, Alemania consoló a sus aficionados con el tercer puesto ganado a Portugal por 3-1.
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En la final, Zidane adelantó a Francia de penalti |
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La imagen del Mundial 2006 |
El
estadio Olímpico de Berlín, con su tartán azul y su gran abertura
lateral, el mismo que acogió los Juegos de 1936 y en el que Jesse Owens sonrojó al régimen nazi, acogió la final
del XVIII Campeonato del Mundo. Los finalistas tenían aún fresco en la
mente el recuerdo de la final de la Eurocopa de 2000, en la que Italia
atacó por una vez y Francia -jugando a la italiana- ganó. Era el último partido de Zidane,
que había anunciado que se retiraría del fútbol profesional tras el
Mundial, y todo apuntaba a una fiesta francesa cuando apenas iniciado el
partido el árbitro argentino Elizondo sanciona una falta de Materazzi a Malouda. Zidane
emuló a Panenka en la final de la Eurocopa de 1976 y lanzó un “globo”
que burló a Buffon y tras impactar en el larguero, entró. Materazzi
enmendó su error y de cabeza empató el encuentro minutos más tarde.
Toni, el delantero centro italiano, gozó de una gran ocasión pero su
disparo fue repelido por el larguero de la portería de Barthez. El
veterano Vieira se lesionó y hubo de ser sustituido. El percance, sin
embargo, envalentonó a Francia. Zidane dispuso de otra gran ocasión
salvada por Buffon. La prórroga
fue inevitable y en ella los dos protagonistas del partido (Materazzi y
Zidane) se vieron envueltos en una refriega que terminó con un cabezazo
de Zidane al pecho del defensa italiano. El genial “Zizou” terminó su
carrera expulsado y asestó con ello un golpe moral a Francia del que no
se recuperaría. En los penaltis, el lanzamiento del atacante galo Trezeguet al larguero fue el único fallo y Grosso, al anotar el quinto chut italiano, dio a los transalpinos su cuarto título mundial.
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