Se presentaba por primera vez en Oviedo el equipo español de Copa Davis para enfrentarse en primera eliminatoria a la selección de Kazajstán. Una selección medio renovada-medio de apaño por la ausencia de las dos primeras raquetas patrias Rafael Nadal y David Ferrer y de la pareja habitual de los últimos años en dobles: Feliciano-Verdasco. Y con Àlex Corretja como nuevo capitán. Los kazajos se presentaron con Mikhail Kukushkin como único tenista de cierto nombre más tres jugadores menos conocidos como Golubev, Schukin y Korolev, que demostraron bien poco. Los cuatro jugadores eran de origen ruso.
El Palacio de los Deportes acogió el evento, habilitándose dos gradas supletorias y girando 90 grados el sentido de la pista (de tierra batida, por supuesto) para dar cabida a seis mil personas en total. Apenas se rebasó la media entrada y las charangas española y kazaja, junto con la garra de Ferrero y la buena compenetración de la pareja Granollers-Marc López fueron las únicas alegrías de un ambiente que se acercó a lo gélido.
España ganó los cinco partidos. El viernes, Ferrero derrotó a Kukushkin tras un partido muy complicado que fue la verdadera clave de la eliminatoria, y después Almagro dio cuenta de Golubev. El sábado se estrenó oficialmente el doble Granollers-Marc López logrando con brillantez el tercer punto y el domingo Almagro y Granollers cumplieron el expediente derrotando el primero a Korolev y el segundo a Golubev.
Cuando pensamos en Juan Carlos Ferrero se nos viene inevitablemente a la cabeza aquel muchacho que apenas contaba veinte años que tras ganar Roland Garros y ganar el partido decisivo al australiano Lleyton Hewitt en la final de la Copa Davis de 2000 parecía destinado a gobernar con raqueta de hierro el circuito masculino mundial. Ferrero no es el que fue. Las lesiones y la prolongada inactividad debida a éstas mermaron algunas de sus mejores cualidades (como el golpeo de derecha) pero ha ido ganando en capacidad física, experiencia y también en garra. La casta exhibida a partir del tercer set es el orgullo de quien ha sido alguien con galones en este deporte, y ese empuje del de Onteniente definió el partido y el conjunto de la eliminatoria ante un Kukushkin que mostró como de costumbre dos caras: la del tenista contundente y rocoso que puede hacerle “top 20” y la del irregular que le convierte en el 65 del mundo actualmente. Fue un partido de escasa brillantez pero muy tenso y disputado. Tras cinco sets y casi cuatro horas y media, y sufriendo problemas físicos, el español derrotó al ruso-kazajo por 6-1, 4-6, 7-6, 4-6 y 6-4
Almagro demostró su gran momento de forma y su creciente ambición ganando con solvencia sus dos compromisos frente a Golubev y Korolev (éste en sustitución de Kukushkin el domingo). Ambos jugadores ruso-kazajos son jugadores con ciertas capacidades para el golpeo (buen saque, buen resto) pero para competir se necesitan otras cosas que estos jugadores demostraron carecer (agilidad, rapidez, firmeza mental y solidez general de juego)
La gran curiosidad de esta descafeinada eliminatoria radicaba en cuál iba a ser el rendimiento de la pareja formada por Marcel Granollers y Marc López en el partido de dobles. Estos dos jugadores, que acostumbraban a ganar a los “oficiales” Feliciano López y Fernando Verdasco en los entrenamientos, confirmaron las buenas sensaciones con una victoria inapelable y contundente. Los kazajos Korolev y Schukin sólo opusieron como resistencia ocasional su saque y algún resto, pero la habilidad de Granollers y Marc López (el compañero de Nadal en dobles tuvo un gran debut con España. Se salió, especialmente en las proximidades de la red) se impuso con solidez y con cierta facilidad (¿por qué no decirlo?) con un 6-2, 6-3 y 6-1.
El detalle más cálido tuvo lugar el domingo tras la victoria de Almagro sobre Korolev. Juan Carlos Ferrero, que cumplía ése día 32 años, fue homenajeado por sus compañeros del equipo nacional recibiendo una tarta e incluso siendo manteado. La próxima eliminatoria de cuartos de final será contra los austriacos, sorprendentes vencedores frente a Rusia, en una sede española aún por determinar.
A continuación, los detalles estadísticos de la eliminatoria:
Puede que los espectadores que siguieran el desarrollo de la eliminatoria por TV puedan pensar que en Asturias en general y en Oviedo en particular el tenis carece de “tirón popular”, ya que como mucho se llegó a la media entrada el sábado con el partido de dobles y el aspecto de las gradas era “desangelado”. La realidad es distinta y hay que buscar la razón sobre todo en el bolsillo.
La RFET fijó unos precios desorbitados (abonos entre 90 € y 170 €) para una primera eliminatoria de Copa Davis frente al semidesconocido equipo kazajo, sin Rafa Nadal en la pista y en una situación económica singularmente difícil. Muchos aficionados asturianos, como ha sido mi caso, no hemos podido hacer frente a semejante desembolso y nos hemos tenido que conformar con verlo por la tele. Si en lugar de pretender conseguir dinero a toda costa se hubieran limitado a seguir la ley oferta-demanda, ellos hubieran hecho un buen negocio y el Palacio se habría llenado. Pero...
P.D.: Durante la retransmisión de uno de los partidos, los comentaristas recordaron un evento tenístico celebrado en el Palacio de los Deportes que se me había pasado por alto incluir en “Templos del Deporte”. Efectivamente, el gran Bjorn Borg disputó aquí a finales de noviembre de 1977 uno de los torneos “Grand Prix” de aquel año (equivalente al Circuito ATP actual), siendo muy sonada su derrota frente al estadounidense Sherwood Stewart al desaprovechar nada menos que seis bolas de partido (6-1, 7-6) El vencedor final fue el por entonces nº 9 del mundo Eddie Dibbs (USA). Pese a que el torneo estaba muy bien organizado y que acudían algunas de las mejores raquetas del momento, el torneo ovetense no cuajó y desapareció unos años después. Una lástima.
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