 |
Arriba
(Izq a der): Camacho, Maceda, Goicoechea, Gordillo, Señor y Buyo /
Abajo (Izq a der): Carrasco, Víctor, Santillana, Rincón y Sarabia |
|
Parece que
fue ayer, pero hoy se cumplen treinta
años del partido más recordado de la historia de la Selección Española de
Fútbol, título mundial aparte. El celebre España-Malta
del 12 a 1. Un partido que consolidó
la afición al fútbol en España resentida tras el fracaso del Mundial de 1982, y
que los españoles vivimos como un acontecimiento
trascendental a la altura del magnicidio de Kennedy, del de Carrero Blanco
(ayer 40 años ha), del golpe de estado del 23-F, de la boda de los Príncipes o
de los primeros pasos de Neil Armstrong sobre la superficie de la Luna. Llegado
el momento de contar esta historia a quienes no la vivieron, se me hace difícil
¿Cómo hablar de epopeya sobre un partido de clasificación para una Eurocopa a
aquéllos que sólo han visto a Iniesta
marcar el gol que nos hizo Campeones del Mundo? ¿Qué tiene éste partido que lo
hace tan extraordinario y recordado? ¿Los goles? ¿La angustia del resultado?...
Es uno de los
principales recuerdos de mi infancia. A mi me pilló a punto de cumplir seis años
y lo viví sentado en el sitio exacto en el que veintiséis años y medio después
vi a España conquistar el mundo futbolístico en el Soccer City de Johannesburgo.
Muy probablemente, los más veteranos de esos “conquistadores” (Puyol, Xavi, Capdevila,
quizás Casillas o Xabi Alonso) se prendaron de su futuro deporte viendo con sus
ojitos de niños pequeños como iban cayendo uno tras otro los goles en la
portería maltesa. La noche del glorioso 11 de julio de 2010, tras la final del
Mundial de Sudáfrica, me vino a la mente esta idea: Tal vez hoy somos Campeones
del Mundo gracias a lo que pasó aquella noche sevillana de diciembre de 1983.
Retrocedamos en la máquina del tiempo treinta años atrás...
Grandes
decepciones
El Mundial de España de 1982 había despertado grandes
ilusiones en los aficionados locales. El equipo parecía bueno y se habían
conseguido victorias notables (la primera en Wembley ante Inglaterra un año
atrás) Sin embargo, las expectativas no se cumplieron en absoluto y España pasó
a la segunda fase gracias –por una vez- a la ayuda arbitral ante Yugoslavia, y quedó
eliminada ante alemanes e ingleses, clasificándose como última de las
selecciones de segunda ronda, en el puesto duodécimo (el peor anfitrión de
Mundial hasta la fecha y aún durante tres ediciones más) La imagen del equipo en general fue
bochornosa y en la Selección se produjo una catarsis que afectó desde el
banquillo (José Emilio Santamaría fue crucificado por todos) hasta el césped.
Muchos de los jugadores que formaron parte del equipo de 1982 no volvieron a
jugar en la Selección (Juanito, López Ufarte, Alesanco, Zamora...) Incluso
algunos que sí habían dado la cara durante el Mundial fueron damnificados
(Perico Alonso –el padre de Xabi- o Saura). La llegada de Miguel Muñoz, el
veterano ex entrenador de Real Madrid, Sevilla y UD Las Palmas iba a suponer
una nueva época con nuevos jugadores. Pocos sobrevivieron la criba (Arconada,
Camacho, Gordillo, Víctor, Gallego, Santillana...) y para suplir a los
defenestrados se dio entrada a una nueva generación de jugadores. En el primer
partido de la “Era Muñoz” debutaron siete jugadores, lo nunca visto en casi
diez años.